Dave Ellefson, Cáncer de garganta, pandemia global, cirugía de cuello por exceso de headbanging, años de adicciones: Dave Mustaine está vivo y coleando y su legado crece con su nueva creación. El dieciseisavo álbum de la banda está en la calle esperando que le hinques el diente. Porqué si MegaDave habla, como mínimo hay que escucharle.

Marcel Palagós

Megadeth puede que haya parido su último masterpiece hace años (Youthanasia fue mi último mindblowing y de eso hace ya 28 años) pero también es cierto hay signos de recuperación. Dystopia (2016) llegó para dar esperanzas (y obtener un Grammy). Si bien no creo que llegue otro Rust In Peace, con el disco anterior y éste The Sick, The Dying… and The Dead podemos decir que, como mínimo, el material es más que decente. Porque para discos sorprendentes en el ámbito thrash ya tenemos nuevas bandas que se dejan la piel. Crisix   y Angelus Apatrida  son dos buenos ejemplos de ello sin salir de la península. El revival del thrash es real así que si una banda legendaria (en este caso Dave Mustaine) sigue empeñado en crear música es un motivo de alegría. Su trayectoria habla por sí sola, la formación actual es buena y ya sabemos que la formación más o menos clásica nunca volverá así que pinchemos este nuevo plástico y veamos que nos ofrecen estos nuevos MegaDeth.

Monty Python abre el disco con el “bring out your dead”, sample de la genial Los Caballeros de la Mesa Quadrada (1977) queda entrada al título homónimo. Como inicio es maravilloso.

The Sick, the Dying… and the Dead!

Si empezamos por las malas noticias lo más notorio es que al disco le sobra dos temas de manera clarísima: Killing Time y Junkie rallan la mediocridad y rompen con un desarrollo que me parece particularmente bueno. No solo no aportan nada nuevo en el crisol megadethiano si no que son bastante aburridas. Además, al ir seguidas la sensación de corte es más acusada. Esta, por un lado, la otra (y última) es que la voz de Mustaine se resiente mucho de sus pasados problemas con la garganta y su acostumbrada agresividad se ve rebajada. ¿Y eso es todo lo malo? Pues parece sí. La banda suena sólida y en la mayoría de composiciones sobresale alguno de los miembros si no todos.

Volviendo a The Sick, The Dying… and The Dead: como arranque del disco resulta más que oportuno y disipa las dudas de relegar We’ll Be Back como tema que cierre el disco. El corte que da título al álbum resulta rabioso y pegadizo, catchy a más no poder y, eso amig@s, para engancharte al disco es básico. Thrash clásico con componentes melódicos que obran el milagro. Cierto es que durante todo el álbum nos encontramos con autorreferencias a álbumes clásicos de la banda como Peace Sells o Coutndown to Extintion y es lógico que a los 60 años Mustaine pueda caer en ciertas repeticiones, pero bienvenido sea.


Mucho más al grano va Life In Hell, riffs endiablados y cortantes guitarras acompañadas por una solidísima base rítmica hacen de este tema un must en los setlist y un formador de mosh pits y walls of death! Enough?

El sonido más primigenio de Megadeth queda plasmadísimo en el trallazo Nightstalkers. El featuring de Ice-T es un guiño a los 90’s y a esa banda sonora esencial llamada Judgement Night (1993) en la que se combinaban thrash y hip hop de manera magistral. Así mismo, es una manera de agradecer la aportación de Mustaine en el álbum de Body Count de 2017 Bloodlust. En este tema el atronador bajo de James LoMenzo después del break melódico es absolutamente destructor. JLO ha vuelto para demostrar que el bajo tiene un comandante de garantías. Hay también lucimiento para el baterista Dirk Verbeuren que ya demostró como se las gastaba en Soliwork.

Nightstalkers

Hablábamos de la limitación vocal de Dave y en un corte donde se hace bastante evidente es en Sacrifice dónde algo más de agresividad le hubiera sentado de muerte al tema.

A pesar del bache que suponen Killing Time (con ecos a Countdown) y Junkie el disco se recupera rápidamente y nos ofrece un póquer muy disfrutable. También lo es la pieza de minuto y cuarenta segundos llamado Psychopathy en el que la batería arrea con ganas. Hubiese sido otra gran opción como opener del disco y que puede pasar desapercibido tal y como está ubicado.

Célebutante, Soldier on! Nos demuestra, cada una en su textura, como todavía se las pueden gastar. La primera haciendo brillar a cada uno de los músicos (atención a los fills de batería) y la segunda escupiendo riffs como puñetazos de titán que recuerdan al increíble sonido de Rust In Peace. Con este nuevo arranque y ya encarando la recta final el disco vuelve a tomar altura. Cuando Megadeth se pone serio y en su salsa todavía tienen cosas que decir y, esto, es motivo de celebración.

Soldier on!

Mision to Mars juega con los elementos melódicos de manera brillante, iniciando en un estilo Rammsteiniano con unos teclados atmosféricos que aportan épica a la historia. Las letras también tienen su papel importante con guiños cómicos. Este tema es más asequible y juega perfectamente sus cartas, siendo muy pegadizo sin caer en fórmulas mediocres como Junkie. Sin duda uno de los mejores cortes del álbum.

Y, para terminar, We’ll Be Back. El primer single del disco y, probablemente, el más aplastante ejercicio de thrash de todo TSTDATD. Comentábamos que era extraño que se haya relegado al final del álbum, pero bien pensado (y con algún tema menos en el disco) esta decisión ayuda a crear la sensación de un disco completo, sin añadidos. Y casi lo consigue. Lo que si consigue Dave&Co es parir una canción que te deja peinado, sentado de culo y screaming for more. Pareciera que incluso la limitación vocal queda aquí superada, dando un plus de intensidad a un tema ya de por si tremendamente adictivo y rabiosamente poderoso y thrasher.

We’ll Be Back

Si escuchas el disco en plataformas o te haces con la edición de luxe no termina aquí la juerga. Como ya hiciera en Youthanasia con Problems de los Sex Pistols aquí encontramos una descarga de los Dead Kennedys, el clásico Police Truck interpretado a la manera de Megadeth. Sammy Hagar es el encargado de cerrar el álbum colaborado en la versión de su propio tema This Planet’s on Fire (Burn in Hell). Dos versiones realmente buenas y que dan el toque final a un buen disco.

El mundo ha cambiado mucho en seis años, en el universo megadethiano o lo que es lo mismo, de Mustaine también. Y parece ser que para mejor. No vamos a pedir que nos entreguen nuevos clásicos, pero sí que lo que entreguen sea merecedor del legado y a tenor de lo escuchado así es. Probablemente sea el mejor disco de Megadeth del siglo XXI. A mí, en todo caso, me ha reenganchado al servicio de Vic Rattlehead. Todo en su sitio, welcome back Megadeth y, como se corea ya en todo el globo:

Megadeth! ¡Aguante Megadeth!

Marcel Palagós
Temas:
  1. The Sick, the Dying… and the Dead!
  2. Life in Hell
  3. Night Stalkers (featuring Ice-T)
  4. Dogs of Chernobyl
  5. Sacrifice
  6. Junkie
  7. Psychopathy
  8. Killing Time
  9. Soldier On!
  10. Célebutante
  11. Mission to Mars
  12. We’ll Be Back

Bonus Track

    1. Police Truck (Dead Kennedys)
    2. This Planet’s on Fire (Burn in Hell) (Sammy Hagar)