Ya hemos vivido la quinta edición de este festival autofinanciado por unos cuantos fans de este tipo de música, el rock en su vertiente más visceral, con toques de blues, y no haciendo ascos a grandes del Hard rock o rock sureño. Calella es un sitio muy acogedor, y es cierto que el festival ha cogido una dinámica muy fuerte, lástima que los resultados en cuanto a público no sean lo satisfactorios que todos quisiésemos. La verdad es que hoy día el mantenerse es lo realmente difícil en estos casos, espero que a pesar de la poca respuesta de público que tuvimos este año no sea el final de este viaje tan bonito y entrañable que siempre ha sido el Calella rockfest.
Viernes – 13 de Octubre’17
La gente que organiza el festival siempre dan una oportunidad a alguna banda de la zona, este año no podían faltar estos representantes. En este caso para abrir los dos días de festival, con unos casi totalmente desconocidos, Slavedown, una banda con miembros de La Banda Del Yuyu, un exAspid y Sue Gere al bajo; el tipo de música que hacen lo definen perfectamente en sus currículums, metal alternativo; y lo cierto es que lo hacen bastante bien, consiguieron en su tiempo de acción encima de las tablas mantener la atención de todos los que les ignorábamos hasta entonces, y esto ya de por sí es positivo. Luego vinieron una banda de Los Ángeles, The Voodoo Fix. Teniendo en cuenta que ya los conocía al dedillo y que a priori ya pensaba que eran una de las grandes bazas desconocidas para este año en Calella rockfest.
Creo que acerté en su plenitud, ya que The Voodoo Fix nos demostraron que en directo también son una banda perfecta para hacernos disfrutar con un tipo de música que mezcla el hard rock con el funk/soul de forma más que correcta. Y puede que este eclecticismo les vaya a su favor porque se nota que disfrutan encima de las tablas y lo mejor de todo es que saben contagiarnos con ello. Tras tal demostración de tener en su haber buenas canciones de los americanos, uno de los reclamos más fuertes del festival. La presencia del ex guitarrista de Motörhead y sus hijos con su nueva banda, Phil Campbell and the Bastard Sons. Que a excepción de su vocalista todos son familia, fueron la banda que muchos querían ver ante todo en esta edición por razones obvias. La verdad es que yo los había visto hacía un tiempo y tampoco es que me encantaran, pero en Calella se salieron de forma súper positiva, el hecho de tener a unos técnicos de sonido espectaculares como siempre nos regalan la gente de Calella y que la banda se mostraba fresca y entregada, nos hicieron disfrutar de lo lindo con sus propias canciones, lo mejor y esas versiones que todos esperaban. Al final todos satisfechos de haber disfrutado de otro gran concierto.
Ya en la parte final y para terminar la jornada la presencia de unos daneses, que a nivel underground son muy aplaudidos pero que a nivel más multitudinario a excepción de los países del norte de Europa son más bien desconocidos, D.A.D., eran los que terminaban la jornada, y como todo va a gustos, a mí me parecieron un banda correcta y que supo conectar con sus fans, en cambio no consiguieron levantar y convencer a los incrédulos con los que me cuento. Al fin y al cabo quienes estaban allí era porque les gustaban y creo que todos salieron con la risa en la cara.
Sábado – 14 de Octubre’17
Esta vez en el festival tuvimos una pequeña sesión de tarde en otro sitio cercano, un bar que suele programar conciertos llamado “Rock and apples”. Allí se nos presentó de forma gratuita la nueva formación de los ExBanda Del Yuyu con una vocalista femenina, Silverflame, su planteamiento de rock sureño gustó, y lo mejor es que el concierto fue de menos a más y eso es algo positivo para una banda como ellos que empezaban aquel día.
Ya de nuevo en el recinto de “la fábrica del Llobet”, el primero en enfrentarse al público esta jornada era un tipo que practica blues de forma magistral, uno escuchándole ya se puede hacer una idea, pero es que la banda que acompaña a Simon Mcbride es realmente espectacular. Puedo calificar su concierto como absolutamente brutal desde el primer segundo, un tipo que puede pasar desapercibido y que hace esto con su guitarra, voz y esas grandes canciones que ha llegado a componer tendría que estar en el mismo nivel que algunos más conocidos. Yo creo que este concierto fue lo más sorprendente de todo el festival, abduciéndonos con sus canciones y esa forma discreta de convencer a todo presente.
Lo tenían difícil los suecos, Crazy Lixx tras tal demostración, pero yo creo que supieron lidiar, su estilo es muy diferente y fueron a lo que saben hacer, bien por ellos pero en ese momento era difícil olvidar a Simon. Y llegado este momento otro de los atractivos a nivel más conocido del festival, la presencia del que fuera guitarrista de Scorpions en su primera etapa, Uli John Roth que vino con su banda y el vocalista de Stingers (banda de versiones de Scorpions del estado español) a ofrecer una versión diferente del “Tokyo tapes”, a mí me gustó cuando tocaba en formato rockero sus temas más directos, pero me resultó aburrido cuando los cuelgues instrumentales rondaban de forma intensa en su set.
Para finalizar un grupo que repetía en Calella, los ingleses The Quireboys. Una banda habitual en nuestros escenarios desde hace mucho tiempo, y que se les ha visto muchas veces, pero la diferencia es que esta vez The Quireboys facturaron el mejor concierto posible que uno pueda imaginar. Creo que desde el primer segundo salieron a matar, y toda la banda estuvo compenetrada al máximo, con ese sonido tan espectacular que salía de los altavoces, increíble ver a Spike y los suyos en tan buena forma, un final espectacular a nivel musical que al fin y al cabo es lo que importa en conciertos como este.
Texto y fotos: Joaquim Valls