17 de julio de 2009. Aunque el tiempo para la segunda noche de Moondance seguía frío, el calendario musical para la tarde prometía “subir la temperatura”. Una implacable noche de metal y melodía estaba en orden, con Zed Leppelin y Spin Doctors como teloneros, seguidos de Lita Ford, Judas Priest y Whitesnake. El número de personas fue ligeramente menor en comparación con la tarde anterior, pero todavía hacia las 9:00 los terrenos estaban plagados con cabezas de serpiente y metálicas para hacer que tu cabeza de vueltas, sin intención de hacer un juego de palabras. Partiendo con algo de entretenimiento vespertino, Zed Leppelin es un tributo al clásico Led Zeppelín. Si el nombre no delató su agenda para reproducir al clásico grupo en cada aspecto, sus pelucas lo hicieron. Aunque el grupo hace un buen trabajo musical, se esforzaron mucho en lo visual y al final acabó pareciendo algo un tanto estúpido. Se tocó una amplia selección extraída del catálogo del grupo, incluyendo todas las canciones que se podría esperar como “Stairway to Heaven” y “Dazed and Confused”. El cantante Andy Lijewski no tiene los pulmones ni la belleza de Robert Plant, pero desde luego fue convincente en el escenario.
Mucho más en el camino de la originalidad estuvo Spin Doctors, una banda que puso humor intencionadamente durante su actuación y durante la entrevista pre-concierto con Jeb Wright de Classic Rock Revisited. La música fue de calidad, y la banda sonó bien tocándola mientras que mantenían la misma formación y la forma que ya tuviesen en sus comienzos. Como banda que mueve multitudes que no se ajusta al rock clásico, Spin Doctors no se preocupó en intentar y actuar la parte de un acto de rock antiguo. En vez de eso mantuvieron las cosas alegres y divertidas, contestando a la pregunta “¿Cómo mantienes tu música fresca?” con un “baño frecuente”, y preguntando a un miembro del público para comerciar prendas para la cabeza. No son el típico grupo de rock, y esa es una cualidad refrescante. Cada uno cantó, o intentó cantar con el grupo durante “Two Princes”, y los Doctors dejaron el escenario con un aprecio mutuo hacia la multitud.
A las 7:00, Lita Ford salió a escena para devolver su título como reina reinante del heavy metal. Después de un retiro de la música de 12 años, para hacerse cargo de la familia, ha vuelto con un nuevo tour, y un nuevo álbum está en camino. Durante su entrevista con Jeb antes de la actuación, reveló que fueron sus dos hijos quienes la animaron diciendo “¡Vamos mamá, eres Lita, sal ahí y rocanrolea!”. Tanto los niños como su marido Jim Gillette (del grupo Nitro) estuvieron en el escenario mientras Lita cantaba y tocaba como si el tiempo no hubiese pasado desde su disco debut de 1988. No debe parecer como si estuviese en sus 20, pero su aguda y todavía sensual voz no ha cambiado en absoluto.
Empezó con un trío de éxitos menores incluyendo “Hungry” y “Can’t Catch Me”, todo esto vestida para matar en un abrigo de leopardo. A mitad del show, su marido Jim salió para dar varios de los gritos que le dieron a conocer cuando era miembro del glamuroso grupo Nitro. Después, Lita tuvo una multitud de puños al aire para “Kiss Me Deadly”; un dedo arriba para ‘kiss me once’, dos dedos para ‘kiss me twice’, y cuernos satánicos para ‘kiss me deadly’. Su acompañamiento no puede ser olvidado tampoco. Formado por músicos jóvenes y energéticos, esta actual encarnación del grupo de Lita Ford es definitivamente para mantenerse a la vez que continúa actuando en más conciertos. En esencia, Lita realizó la perfecta presentación de Whitesnake.
Y qué decir de Whitesnake, un grupo que ha resistido el paso del tiempo y de alguna manera consigue situarse en lo más alto de su juego. El montaje del escenario fue revelado una media hora antes de que las serpientes salieran, dejando a una multitud ansiosa y rugiente al tiempo que la guitarra sonaba y la banda irrumpió con el nuevo single “Best Years”. Fue literalmente una explosión de excitación y gritos cuando David Coverdale salió a escena con magnetismo instantáneo y diciendo “¿Estáis preparados?” Tanto si fue por su ajustada vestimenta de cuero, sus inmaculados remaches, o esa voz, las mujeres que había entre el público se desmayaron como si fuese 1987 otra vez.
Unas pocas salieron para probar que estarían cualificadas para interpretar su propio vídeo de Whitesnake, pero eso es otra historia. Con “Bad Boys” el señor Coverdale hizo que la multitud se animase aún más. Las cosas que hace con su micrófono sobre el escenario son casi ilegales en muchos estados. Más sorprendente es lo que el cantante puede hacer con el micrófono en sí. ¿Gritos con sonido de cristales rotos? Claro. ¿Un trance inducido por un barítono? Si. ¿Retazos de un acento británico? Por supuesto. Las acusaciones de que Coverdale usaba grabaciones surgieron, pero en Moondance cantó en directo.
Unas pocas canciones, el 25 aniversario de Slide It In estuvo marcado con dos pistas de su álbum: “Love Ain’t No Stranger” y “Slow An’ Easy“. Como Journey, un elemento clave que permite a Whitesnake mostrar frescura son las versiones alteradas de los clásicos. “Here I Go Again” un sencillo en las actuaciones en directo del grupo desde su lanzamiento, nunca ha sonado tan bien en un concierto. La increíble melodía de la canción se pone al frente, y el guitarrista Reb Beach se une con su solo. Aunque el grupo ha tenido como su núcleo a David, hay que decir que la formación que compone Whitesnake en la actualidad, es quizás, la mejor. Los egos y las enfermedades se fueron, y el presente son dos pedazos de guitarristas como Doug Aldrich y Reb Beach, también de Winger. Beach es un músico flexible y salvaje, mientras que Aldrich se centra más en la melodía.
Al final, los dos se compenetraron extremadamente bien, manteniendo su propio estilo único y creando el mejor duelo de solo de guitarra que pudieses pedir para seguir con “Lay Down Your Love”, otra nueva canción de su último disco Good To Be Bad. El bajista Uriah Duffy y el batería Chris Frazier son los últimos músicos en unirse al grupo, y encajan a la perfección. ¿Qué mejor canción podría poner fin a la actuación de Whitesnake que “Still of the Night“? Ninguna canción puede crear un final tan dramático; todo el mundo estaba esperando a que Coverdale derrumbase el escenario con su tono alto. Whitesnake absolutamente lo bordó, y dejaron al público preguntándose si Judas Priest harían lo mismo.
El público de Moondance enfervorizó hasta otro nivel antes de que los dioses del metal entrasen en escena. Se pudieron ver muchos empujones según pasaba, por el escenario, una cortina gigante con las palabras “The Home of British Steel”. Comenzando por su gran obra, British Steel al completo, el público se volvió loco con “Rapid Fire” y “Metal Gods”. Los puños se elevaron en el aire hasta donde se podía ver, y como observación, las mujeres que se habían reunido para ver a Whitesnake, dejaron lugar a los hombres, con las pilas más cargadas. Un grupo formado por hombres, Judas Priest no mostró signos de vejez a nivel musical ya que tocaron cada canción de su álbum Steel.
Rob Halford, KK Downing y Glenn Tipton forman el primer trío de heavy metal y demostraron porqué son altamente considerados en la arena (¿mundo?) del metal. Verdaderos pioneros en el género, no cabe duda de que los Judas Priest son conscientes de su lugar en la historia del rock y sus miembros. Auténticos pioneros en el género, no cabe duda que Judas Priest tienen muy presente su lugar en la historia del rock y sus miembros insisten en elaborar una decoración para el directo que dejen un gran nivel de calidad.
El cantante Rob Halford se cambió varias veces de vestimenta durante el acto, pero las cosas se pusieron interesantes cuando salió con su moto para cantar “Freewheel Burning”. Parecía un poco torpe al sentarse y cantar la canción entera – sólo Judas Priest puede lograrlo. Su voz ha ido abordando las calidades demandadas de las canciones de Priest durante décadas, pero todavía es sorprendentemente fuerte y resonante. En conjunto, el volumen subió a 11 durante la actuación, y las guitarras no parecía que dejasen de sonar.
Aunque el último álbum de la banda, Nostradamus, fue una mezcla de críticas poco entusiastas, una nueva canción en forma de “Prophecy” consiguió ajustarse al resto del repertorio. “You Got Another Thing Coming” finalizó el repertorio y dejó a unos 10000 fans con los oídos bufando mientras se dirigían a los campings. La segunda y más amenazadora noche de Moondance había concluído.
Texto y Fotos: Matthew Becker
Traducción: Leticia Ballester