En 1976 Motörhead lanzaban al mercado “On parole” y al año siguiente con el homónimo “Motörhead” ya nos presentaban su particular mascota que ha permanecido fiel a la banda durante sus 30 años de carrera y que ahora, una vez más, vuelve a protagonizar la portada de este “Kiss of death”, vigésimo quinto lanzamiento discográfico de los de Lemmy y demostración, una vez más, de que la maquinaria del viejo bigotudo sigue intacta.
Lo cierto es que nunca he sido un gran seguidor de la banda pero no por ello voy a ser incapaz de reconocer que hablar de Motörhead es hablar de una de las bandas más veteranas, revolucionarias e incombustibles del planeta. Nadie escapa a la influencia de Motörhead, a sus poderosos riffs y a la etiqueta de ser uno de los precursores del que posteriormente seria conocido como thrash metal.
Motörhead son una de esas bandas que son capaces de seguir creando discos cargados de generosidad compositiva, que siempre suenan como el primer día y que a los no especialistas en su discografía les puede parecer “más de lo mismo”. Dicho de otro modo, para mi Motörhead son como AC/DC, es decir, da la sensación que siempre publican el mismo disco, siempre suenan igual y los temas suelen ser completamente previsibles pero el caso es que funcionan y eso es lo que les diferencia del resto de los mortales.
Son 3 décadas repartiendo guitarrazos y baquetazos completamente socarrones, vacilones, desafiantes, gamberros, fiesteros y cargados de Jack Daniels pero Lemmy resiste al igual que lo hacen sus dos inseparables compañeros Phil Campbell y Mikkey Dee, que acompañan al gran vaquero desde 1984 y 1992 respectivamente.
El disco tiene una duración total de 44:54 minutos y alberga 12 cortes que transpiran pura esencia Motörhead sin ninguna sorpresa. El disco ideal para los fieles seguidores de Lemmy y de muy fácil digestión. Entre los temas destacan trallazos completamente agresivos como es el caso de “Sucker”, que abre el disco, la pegadiza “Trigger” o la gamberrota “Sword of glory”. También merecen especial mención la roquera “Christine”, la balada “God was never on your side” o la acelerada y clásica “Going Down”.
Poco más cabe decir de este nuevo lanzamiento de uno de los estandartes del heavy metal y de uno de los tipos más carismáticos y queridos de la escena. El sonido de siempre, buena producción, crudeza, riffs directos y duros sin concesiones y sin efectos de ningún tipo. En definitiva, tan buenos como siempre.
Marcel•lí Dreamevil
Temas: 1. Sucker, 2. One night stand, 3. Devil I know, 4. Trigger, 5. Under the gun, 6. God was never on your side, 7. Living in the past, 8. Christine, 9. Sword of glory, 10. Be my baby, 11. Kingdom of the worm, 12. Going down