Abriendo fuego teníamos a los tarraconenses Between the Frost que con su flamante “Realms of desolation” dieron buena muestra de su potencial. No me cansaré de destacar a esta banda pues desde hace una década están demostrando que es una de las grandes bandas de Metal Extremo de este país aunque la suerte no les ha acompañado en parte por la intermitencia de sus lanzamientos. Ahora, más fuertes que nunca, se han colado en la gira de Nile pero no para ser meras comparsas sino para dar un latigazo de Black / Death Metal de corte escandinavo a quienes nos acercamos a su llamada. “Naked (between the frost and the fog)” o su nuevo tema “Wolf’s eyes” fueron dos muestras de lo que pueden ofrecer. Quizá no fue su mejor concierto porque las condiciones escénicas no son las más adecuadas cuando abres para tres bandas más pero sin duda estuvieron a la altura de las circunstancias. No te los pierdas si pasan por tu ciudad.

La noche continuaba y la Salamandra empezaba a llenarse de gente para ver a una de las bandas que más ha crecido en popularidad en los últimos años: Belphegor.  Los austríacos salieron con una alarmante falta de intensidad, algo que subsanaron a los pocos minutos, entregando temas como “Hell’s ambassador” o una inconmensurable “Lucifer incestus”. El problema de esta banda es que son músicos muy buenos pero cuando vendes la imagen de malignos en las fotos promocionales y luego te presentas en directo con esa cara de niño bueno la cosa pierde credibilidad y eso es lo que le pasa a Helmuth. Pese a todo en lo musical la banda se fue creciendo conforme pasaban los temas y el personal se iba rindiendo a sus encantos. Gozaron de buen sonido y en 40 minutos mostraron el porqué de su éxito aunque seguro que en mejores condiciones la banda puede ofrecer mucho más de sí.

Y tras un rápido cambio de equipo llegaba el plato fuerte para un servidor. Aún con su histórico último concierto en Tarragona retumbando en mi cabeza, me disponía a disfrutar de la descarga de Grave. La banda de Ola Lindgren sigue fiel a sus principios, no engañan a nadie, lo suyo es el Swedish Death Metal de la vieja escuela y así lo refleja su último trabajo “Dominion VIII”, del cual presentaron entre otros “A world in darkness” y “Bloodpath” del que han grabado un video clip y que resultó muy efectiva en directo. Sin embargo, todos esperábamos los clásicos de siempre como “Turning black”, “Back to the grave”, “Deform” “Into the grave” o “You’ll never see” que supuso el mejor momento de la noche. Todo ello antes del “I die” con el que cerraron el show. Sin duda, un concierto de actitud, de principios, no apto para posers ni fans que se enganchan al Metal extremo por modas.

La sala prácticamente estaba llena y la expectación por ver a Nile era muy grande pese a que “Ithyfallic” no sea su mejor disco.
Antes de empezar el concierto muchos comentaban lo sucedido en la última visita del combo americano a Barcelona cuando de una patada, Karl Sanders lanzó a un chaval del escenario. Todos pensábamos que aquello era aislado. El concierto empezó con “Sacrifice unto Sebek” de “Annihilation of the wicked” y aquello hacía augurar emociones fuertes. El sonido era sensacional y aunque estéticamente la banda siempre ha presentado fuertes carencias en directo todo era perdonable ante la avalancha de riffs contundentes y demoledores. Ya desde el principio se pudo observar como Chris Lollis, el bajista de sesión de Nile se comía al resto de la banda con una forma realmente agresiva de tocar pero al mismo tiempo gozando de los favores del respetable que veía en él a un bass hero de altura. “The black flame” y “Papyrus (…)”  mantenían un ritmo frenético de concierto pero, claro, había que liarla.

Una chica intentó subirse al escenario y lanzarse sobre el público y cuando estaba a punto de llegar a la cumbre, de más de 1.5 metros, “Gordo” Sanders le propinó un empujón que hizo que la chica cayera al suelo doblándose cuello y espalda. Afortunadamente no le pasó nada aunque imagino que al día siguiente los dolores serían bastante agudos. El ambiente se caldeó. A los pocos minutos otro chico intentó poner una mano en el escenario y Dallas “payaso Krusty” Toller-Wade le propinó otro pisotón. El chico contestó lanzándole una lata de cerveza que no impactó en el músico. La banda perdió la concentración, Dallas provocó al susodicho y el concierto perdió su encanto pese a que tocaron temas de la talla de “Cast down the heretic” o “Sarcophagus”. Ya en la recta final, cuando todo pareció volver a la normalidad la banda se sacó la genialidad de la chistera para “Black sedes of vengeance” y “Unas slayer of gods”. Sin duda un gran final para un concierto impresionante en lo musical.

Sin embargo, hay algo que no entiendo. Todos los presentes, la organización y los tour managers sabíamos que esto podía pasar ¿Por qué no solucionarlo? ¿tan difícil era que antes del concierto saliera alguien de la promotora, de la sala o del entorno de la banda a decir al público que nadie subiera al escenario porque la banda así lo exige? ¿es que los músicos no saben que tocan Death Metal y esas cosas pueden pasar? ¿tan difícil es que la seguridad de la sala se preocupe de la gente en lugar de hacer que la gente apague los cigarros o no vaya sin camiseta –esto, aunque cueste de creer es real-? ¿tanto cuesta evitar este tipo de situaciones absurdas y desagradables? ¿tanto cuesta tener educación y buenos modales con la gente que te da de comer comprando tus discos y camisetas y pagando por verte en concierto? Los Nile tienen caras de buenas personas pero a tenor de lo visto espero que a partir de ahora traigan teloneros que no me interesen para no tener que ir a sus conciertos y si así sucede procuraré irme de la sala antes de que empiecen a tocar.

Texto y fotos: Marc Gutiérrez
Crónica y fotos en colaboración con Empire Magazine
(www.myspace.com/empirezonemagazine)

————
Promotora del concierto:

www.eclipsegroupbcn.com
www.myspace.com/eclipsegroupbcn