Dirty Thrills – 17 de Febrero’16 – Sala Rocksound (Barcelona)
Que Barcelona no es una ciudad con alma rockera lo sabemos todos. A pesar de los esfuerzos de salas, promotores, bandas y público fanático, la ciudad condal es irremediablemente reducto hipster y multiculti. Y a pesar de todo ello, se hace difícil digerir que un pedazo de banda como los británicos Dirty Thrills no llenaran ni media Rocksound. Primero, porque la calidad de la banda es indudable y segundo, porque han pasado poco más de dos meses desde que tocaron ante un Razzmatazz casi lleno teloneando a Europe. Está claro que aquí la gente va a tiro fijo. Ellos se lo pierden.
Texto y Fotos: Edko Fuzz
Los Londinenses llegaban a Barcelona para dar el pistoletazo de salida a su primera gira española, y nos venían presentando su último EP, "Sweetheart of the Slums", aunque en realidad, el grueso del setlist se basara en su álbum de debut. Los cuatro chavales tomaron el escenario de Rocksound a ritmo de "Rock’N’Roll" y, como era de esperar, explosionan en el momento de sonar el primer acorde, y desatan un auténtico vendaval en la sala. Louis James es un torbellino con sus movimientos grandilocuentes y espasmódicos, bien arropado por Jack Fawdry a la guitarra y Aaron Plows al bajo. Los tres forman una primera línea en el frente para Dirty Thrills a la cual es muy difícil quitarle el ojo de encima: saltan, giran, van al suelo, se cambian de lado… lo único que les falta es correr, pero solo porque las dimensiones del escenario no lo permiten.
Con "Reign" y "The Man Who Lost His Way" la banda ya deja claro que esta noche vamos a sudar, a pesar de la gélida noche que transcurre tras la puerta de la calle. El público conecta con la electricidad que desprenden los rocosos riffs de hard blues de la Stratocaster de Fawdry, y la banda no está para florituras. "Feeling", "No Resolve", "Letterbomb"… todas ellas caen sobre nuestras cabezas como toneladas de plomo mientras los chavales, a lo suyo, no paran ni un segundo. El pobre Steve Corrigan desempeña un papel más que digno a la batería, pero apenas entra en nuestro campo de visión, pues el trio de cabeza se lo está pasando demasiado bien como para dejar un pequeño hueco en el escenario por el que podamos vislumbrar siquiera al hombre tras los parches.
La única concesión al ritmo endiablado llega con "Is This Home", un precioso tema con ciertos toques western en disco, pero que en directo sube enteros eléctricos y en el que James muestra sus cualidades vocales. Así, la banda encara la recta final del set con el single "Hourglass" y se despide de nosotros con "Sigh", el tema que cerraba su largo para llegar a completar una hora justita de actuación.
Ahora viene cuando muchos protestan por la duración del show, pero si eres de los que no mira la hora cuando empieza un concierto de rock, y solo valoras la calidad y entrega de una banda sobre las tablas, no deberías dejar pasar a Dirty Thrills. Aún en edad de tener un amplio margen de mejora, si siguen por este camino los de Londres deberían dar que hablar en los años venideros. Aquí les estaremos esperando, y más aún si prometen cobijarnos del frio invierno a base de chutes de infeccioso blues. Tremendos.
Texto y Fotos: Edko Fuzz