No sé que me  pasa últimamente, que llego tarde a casi todos los eventos. A duras penas me da tiempo a fotografiar a los Stick Men, que ya van por la tercera canción. Abandono el foso con la  esperanza de que haya salido alguna foto buena y me dispongo a disfrutar del concierto. Encuentro un hueco entre la multitud y… ¡no puedo creer lo que estoy oyendo, es “Red”, de King Crimson! Nada descabellado teniendo en cuenta que Tony Levin y Pat Mastelotto son miembros del grupo, pero aún así, qué grata sorpresa. No esperaba tener la ocasión de escuchar este temazo en directo. Y juraría que acabo de reconocer a Steven Wilson entre bambalinas, vigilando.

Lo que más llama la atención de Stick Men  son los impresionantes cacharros que les dan nombre, los chapman sticks que tanto Levin como Michael Bernier pulsan con extrema soltura. Yo no sabría por dónde empezar a tocar tanta cuerda y tanto traste, pero no en vano estoy ante dos legendarios intérpretes del instrumento. Y se nota que disfrutan como enanos tocándolo. Pat Mastelotto, otra leyenda – de las baquetas en este caso –, nos ofrece una actuación magistral.  Ahora suena “Scarlet Wheel”, un tema de su último trabajo en el que los músicos consiguen generar unos interesantísimos soundscapes. Le sigue la delirante “SOUP”, en la que Levin demuestra su amplio carisma y buen humor, y para terminar nos tienen reservada otra joyita. “Elephant Talk” es uno de mis temas preferidos de King Crimson, ¿qué más puedo pedir a unos teloneros?

Aprovecho para darme un garbeo mientras alguien pasa la aspiradora por el escenario, para que Wilson pueda salir a tocar descalzo sin temor a pisar nada desagradable. El Sant Jordi Club está a menos de la mitad de su capacidad y como viene siendo habitual en los conciertos del género, la media de edad es  bastante elevada. Una voz en off nos anuncia que está prohibido fotografiar el concierto y nos insta a reprender a los posibles infractores. Escrupulosos, estos Porcupine Tree. Yo me vuelvo al foso que esto está  a punto de empezar.

El escenario luce bastante austero, con una gigantesca pantalla de proyecciones al fondo. En primer plano, un avejentado escritorio me trae a la mente The Australian Pink Floyd Show, que tuve ocasión de presenciar hace un año en esta misma sala. Porcupine Tree no se hacen esperar, encabezados por el mítico Steven Wilson, que viste una camiseta negra con el signo de Leo. Con su peinado perfecto y su aspecto de eterno adolescente, a estas alturas nadie duda ya de su pacto con el Diablo para conservar la juventud. Le acompañan en primera fila el guitarrista de directo John Wesley y el siempre sonriente Colin Edwin. En segundo plano, Gavin Harrison y Richard Barbieri, a sus cosas. Desde las sombras estallan los acordes de “Occam’s Razor”.

El sonido es absolutamente impecable. Limpio, potente, equilibrado y con unos graves vibrantes que le aportan esa sensación de directo. “The Incident” se desarrolla ante mis ojos con una fidelidad pasmosa, amenizado con unas proyecciones a juego. Notable trabajo de guitarras a cargo de Wilson y Wesley, ambos alternando la interpretación de guitarra acústica y eléctrica, detalle importante para reproducir los numerosos cambios de intensidad del disco. Wesley está además a cargo de las segundas voces, tarea que desarrolla estupendamente, algo imprescindible para entender la música del conjunto en todo su esplendor. En los momentos más íntimos de la obra, Wilson se retira a su escritorio, imagino que para apuntar en su lista negra los nombres de todos los que están haciendo fotos sin su permiso. Siempre he considerado a Gavin Harrison como uno de los mejores bateristas del mundo, pero he visto a muy pocos capaces de cortar la respiración de más de mil personas con algo tan aparentemente insignificante como un  redoble de hi hat.

Por fin llega la esperada “Time Flies”, destinada a convertirse en uno de los grandes clásicos del grupo, si es que no lo es ya. Me desgañito coreando el estribillo mientras la canción se precipita hacia ese tenebroso interludio de floydianos ecos. El brillante final es recibido con tremendos aplausos y no es para menos. A partir de ahí el ambiente se va oscureciendo progresivamente hasta culminar en la durísima “Circle of Manias”, momento en el cual me siento impulsado a cerrar la libretita y hacer headbanging. Los individuos de mi entorno, en cambio, no parecen muy amigos del consabido movimiento cervical. La decadente “I Drive the Hearse” cierra la primera parte del repertorio, tras el cual la banda abandona el escenario durante unos minutos  de interludio. El público se deshace en aplausos. “The Incident” es un disco realmente bueno, pero en directo es incluso mejor.

Una cuenta atrás en la pantalla anuncia la reanudación del espectáculo. La segunda parte, pensada para repasar los temas célebres del cuarteto, se arranca con “The Start of Something Beatiful”, lo que resulta bastante apropiado. Proyecciones que recuerdan a las animaciones en stop motion de algunos videos de Tool. El sonido sigue siendo arrollador, y la idea de disfrutar de una hora más de concierto en estas condiciones me hace sonreír. Las luces palidecen para recibir el embriagador principio de “Russia on Ice”, pero el momento más gigantesco de la noche es sin duda la interpretación del segundo fragmento de “Anesthetize”, que me pone todos los pelos de punta. Porcupine Tree son unos maestros en lo suyo, no importa que se trate de la balada más Pop o del Metal más duro. Steven Wilson se pasea desafiante en primera línea del escenario, abandonando su pose de geniecillo retraído para encarnar por unos segundos a una salvaje estrella del rock.

El repertorio contiene en su recta final una pequeña variación del de anoche en Madrid. Los barceloneses vamos a poder disfrutar en directo de la emotiva “Normal” y de una de las mejores canciones de su último trabajo, la negra “Bonnie the Cat”. Y si ha estado bien empezar con “el inicio de algo  bonito”, no es menos coherente acabar con “Way out of Here”. Con videoclip incluido. Las luces de la sala no se encienden, o sea que todavía hay más. “The Sound of Muzak” no podía faltar esta ni ninguna otra noche, y en directo suena a pura gloria. Colin Edwin lleva todo el concierto con la misma sonrisa boba pintada en su  rostro, a estas alturas nadie duda ya que antes de salir a tocar se fuma unos canutos de antología. Y ahora silencio, que Steven va a hablar.

Barcelona, you’re supposed to be one of the most enthusiastic audiences in Europe”. No sé dónde lo habrá leído, pero el entusiasmo del público es más propio de un campeonato de ajedrez. Wilson decide conmemorar el final del evento anunciando el momento de “El Pollou” (tal como suena) y estrujando unos pollos de goma. Añade que agradecería nuestra participación en la última canción, ya sabremos qué tenemos que hacer cuando llegue el momento. Se trata de “Trains”,  y el momento es el de las palmas. Barcelona consigue salvar su reputación en el último minuto del encuentro. Para despedir la noche, el jefe nos presenta a sus subordinados ayudado por unas fotografías y melodías que se supone identifican a cada uno de los componentes. Harrison hace desaparecer sus baquetas bajo su toalla con un divertido truco de magia y deduzco que a Richard Barbieri le gustan mucho las tostadas con mantequilla.

Aplausos sentidos para una actuación inapelable que habrá satisfecho los ojos y los oídos de los más exigentes, marcada por la calidad y profesionalidad de una de las mejores bandas del momento. He disfrutado lo que no está escrito. Mis editores me han pedido una lista con los dos mejores conciertos del año. El primer puesto ya está ocupado, pero éste tiene muchas posibilidades de estar en el segundo.

Texto y fotos: Rider G Omega
Crónica en colaboración con Empire Magazine
https://www.myspace.com/empire_magazine

Setlist:

Occam’s Razor
The Blind House
Great Expectations
Kneel and Disconnect
Drawing the Line
The Incident
Your Unpleasant Family
The Yellow Windows of the Evening Train
Time Flies
Degree Zero of Liberty
Octane Twisted
The Séance
Circle of Manias
I Drive the Hearse
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The Start of Something Beautiful
Russia on Ice
Anesthetize (part 2)
Lazarus
Bonnie the Cat
Normal
Way out of Here
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The Sound of Muzak
Trains

ENLACES RELACIONADOS:

Porcupine Tree : The Incindent // Roadrunner Records ( Background Noise )