Trono de reyes, tumba de cadáveres. Alemania, nación con una sabida cultura metalera cuyos límites no se atisban, es capaz de lo mejor y de lo peor en cuanto a música se refiere. Decenas de bandas salen cada día de sus discográficas con la ilusión puesta en calado de sus propias creaciones, aunque por motivos de saturación de mercado pocas son las que alcanzan tan codiciada meta. En este marco se encuadran President Evil, que de la mano de AFM Records encuentra en “Hell in a Box” a su reto más ambicioso, el de su segundo disco. Los de Bremen, ciudad de tradición musical y cuentos donde las halla, se nos presentan como una banda independiente y libre que interpreta y compone sus temas sin condicionarse por cánones de ningún tipo. Veamos en qué consiste dicha mezcla.
Parece que actualmente está de moda mezclar estilos dispares. Habiendo experimentado éxitos considerables las osadías musicales de bandas como I, cuyos miembros mezclaban el sonido de sus bandas de black metal habituales (Immortal entre otras) con los esquemas de rock clásico, lo que parece claro es que el rock n’ roll en su concepción clásica está viviendo una segunda juventud, aunque su vuelta, si es que algún día se fue, está condicionada por una serie de matices. Y es que hoy en día lo que prima es la mezcla de estilos en pos de la búsqueda de un añorado estilo propio que pocos encuentran. En el caso de President Evil el rock de bandas como Mötorhead, inimitables aunque últimamente influencia directa de muchas formaciones, es la base para desarrollar un estilo tan personal como de dudoso poder de captación, basado en nociones de thrash metal a lo Slayer o Anthrax y adornado con toques Kyuss de la vieja escuela del stoner rock. El conjunto, que lejos de lo que pudiera parecer suena muy homogéneo, quizá demasiado, suena “modernito” y está impregnado de un aura de mala leche y actitud que a buen seguro hará las delicias de unos cuantos.
Esto es a grandes rasgos President Evil, quienes todo sea dicho no han variado gran cosa musicalmente con respecto a “ Trash ‘N Roll Asshole Show”, confiando ciegamente en esa mencionada mezcla explosiva a la que les gusta llamar Thrash ‘N Roll, como ya dejaron claro con su mencionado primer LP. “Hell in a Box”, que cuenta con la masterización de Andy Classen en los Stage One Studios y la producción de Guido Lucas en los BlueBox, rara ve alterada su fórmula de modo que a lo largo de los escasos 43 minutos que dura la variedad va a reinar por su ausencia, haciéndosenos incluso largos los que normalmente suelen resultar cortos 43 minutos.
Distorsión a raudales, voz rota y forzada camino intermedio entre thrash y stoner, bases simples….Son elementos comunes a todos los temas ente los que destacamos “Jesús Factor Negative” o “Hell in a Box”, que da nombre al disco. Es difícil rescatar unos pocos por lo que comentábamos de lo compacto del disco, que tras escucharlo varias veces es más que probable que no te permita recordar ningún tema en concerto. La producción es muy buena y el trabajo que lleva detrás parece muy correcto, incluso la portada se adecua perfectamente a la estética e imagen que con su música pretenden transmitir, pero a los temas les falta feeling. Esperemos que la idea, que sinceramente me resulta muy acertada, madure con el paso del tiempo y el sonido de estos chicos se defina mejor adquiriendo con ello ese algo que les falta para que la típica escucha que los más abiertos de mente ofrecen a gran parte de los lanzamientos, se convierta en B.S.O de muchos capítulos de la vida de todos ellos.
Raúl del Amo
Temas: 01. Viva la Muerte, 02. Jesús Factor Negative, 03. Hell in a Box, 04. White Fire, 05. King Asshole, 06. The Anti Loser, 07. Bring Out Your Dead, 08. The Return of the Speed Cowboys, 09. Godforsaken, 10. One Brain Army, 11. New Junk City.