Y nos llega la otra opción de la competencia por la esencia musical de Queensrÿche. Tras la separación de su cantante de toda la vida Geoff Tate, y en pleno litigio, donde ambas partes (Tate por un lado y el resto por otro) ambicionan la marca del grupo, Wilton, Rockenfield, Jackson y Lundgren han contado con Todd La Torre para afrontar esta nueva aventura. Y la cuestión es ¿siguen estos la estela de lo que fue esta gran banda? O por el contrario, ¿siguen los derroteros de sus últimos discos?. Toni Marchante
Toni Marchante
Nota:6,5/10  

Los que han podido escuchar la nueva obra de Geoff Tate bajo el nombre de Queensrÿche ya reseñada en nuestra webzine, habrán podido deducir, que la senda que ha seguido ha sido la de los últimos trabajos de Queensrÿche. Y en el caso de este disco nos presentan una visión mucho más interesante, pero cometiendo algunos de los mismos errores, como sacar un disco con prisas, sin perfilar los temas, con una producción bastante mejorable…aspectos que habiendo hecho las cosas de otra forma podrían haber presentado un mejor producto, ya que nos ofrece cosas muy positivas en un trabajo que para mi gusto está por encima de los anteriores y me ha gustado más que el de Tate.

Este disco lleva por título la marca de la banda, al igual que aquel EP debut de 1983 compuesto por cuatro temas, que dio el pistoletazo de salida a este proyecto que ha atravesado un camino de luces y sombras hasta llegar a nuestros días.

Inicialmente la incorporación de Todd La Torre nos animaba a esperanzarnos en un gran disco de vuelta al sonido clásico de la banda, señalando todos a Tate como el “cenizo” que imponía sus composiciones, alejándose del estilo clásico del grupo. Todd La Torre había contribuido a la resurrección de Crimson Glory, banda de culto del metal progresivo de los ochenta, con la que se iba a editar un nuevo disco que los llevara de nuevo a la actualidad, un disco que siempre iba a salir y que nunca acababa de llegar. Todd La Torre giraba con Crimson Glory , pero la cosa parecía que no acababa de cuajar, hasta que la ruptura de Geoff Tate con Queensrÿche le brindó la oportunidad de liderar uno de los referentes del metal progresivo. Una oportunidad que no podía rechazar por varios motivos: romper con las continuas incertidumbres de los nuevos Crimson Glory, dar un salto de nivel en cuanto a banda, la ventaja de que Queensrÿche partía de un nivel bajo en cuanto a la repercusión de sus últimos discos y con la ilusión de que si hacía un buen trabajo desbancaría a Tate relanzando el grupo de nuevo al estrellato. Y Todd no desaprovecha esta oportunidad ya que realiza un gran trabajo clonando perfectamente a Tate, del que no nos acordamos ni por asomo además de disfrutar también de su particular estilo.

En lo musical es donde más se notan las prisas. El anuncio a bombo y platillo de su productor estrella James “Jimbo” Burton tiene más pinta de un empujón publicitario a la vista de sus resultados. Un álbum de realmente nueve canciones (porque dos de ellas son intros), con una duración de treinta y cinco minutos donde ningún corte pasa de los cuatro minutos y medio y alguno no llega a los tres, denota una lucha contra el reloj para el urgente lanzamiento. En general los temas suenan muy apelotonados y es algo que no desencanta, ya que Scott Rockenfield le ha dado un dinamismo rítmico a muchas de las canciones bastante distinto a lo habitual, siendo para mi otro de los puntos fuertes del disco. Quizás donde veo que falla es en la producción, donde no se ha sabido encajar bien el puzzle sonoro y la dosificación de los volúmenes de los instrumentos.

El disco abre con una intro muy de ciencia ficción que nos lleva a “Where Dreams Go to Die”, el tema más largo del disco y que tras escuchar a Todd nos deja la sensación de que Tate no se ha ido. Se trata de un corte que perfectamente podría haber encajado en su “Promised Land” sin haber desentonado para nada, por el tempo de la canción y las tonalidades de voz.

La siguiente en sonar es “Spore” un medio tiempo más denso con ciertos matices árabes que nos recuerda a los tiempos de “American Soldier”. “In this light” es otro medio tiempo con estribillo directo pero que no presenta ninguna sorpresa, aunque posee una buena orquestación, además de un solo de guitarra típico Queensrÿche.

“Redemption” es el primer tema que pudimos escuchar como adelanto y dista mucho del estilo habitual que nos venían ofreciendo últimamente al ser más progresivo. El trabajo de Todd a la voz es destacable al recorrer numerosos aspectos vocales, pero no deja de ser un tema que se queda como a medias.“Vindication” cuenta con una entretenida base rítmica y ciertas referencias a Crimson Glory y nos recuerda también a los primeros Queensrÿche, aunque algo faltos de alma.

Tras el interludio “Midnight Lullaby” nos llega la balada “A world without” quizás la mejor canción del disco, donde si alcanzan el nivel de lo que fueron en su día. Todd esta espectacular y las orquestaciones envuelven perfectamente las estructuras que con las pistas pregrabadas le dan ese toque inconfundible, que los aproxima a lo que no son y que bien pudieran haber sido. “Don´t look back” es un corte rockero que mantiene el nivel medio del disco para encarar el final con “Fallout” que no llega a los tres minutos, donde la voz de Todd me recuerda mucho a la de D.C.Cooper (Royal Hunt). El disco finaliza con la balada “Open Road”.

En este disco se perciben más brotes de los gloriosos Queesrÿche, pero a mucha distancia todavía de aquellas sensaciones. Toda esa contaminación tendente a lo alternativo que existía en sus discos tras “Promised Land” desaparece en este disco, presentándonos temas más metaleros pero con perspectivas más innovadoras. A toro pasado las cosas son muy fáciles de decir, pero ya no me queda ninguna duda al opinar que Queesrÿche murió tras su álbum “Promised Land”. ¿Era Chris DeGarmo la esencia de aquellos Queensrÿche? pues posiblemente sí, aunque nunca lo sabremos. Es cierto que la magia desapareció cuando él abandonó la banda, pero también es cierto que colaboró en “Tribe” que no está a la altura de ninguno de los discos de su época dorada. Las dos partes en las que se ha dividido Queensrÿche son dos grupos distintos que nada tienen que ver a día de hoy con aquello, pero esta versión con más tranquilidad y centrándose en la música sin las interferencias de las competencias legales ni las prisas por llegar el primero, podría encontrar la senda para retornar a sonidos cercanos a lo que en su día fueron con una clara evolución a nuestros tiempos.

Toni Marchante

Temas:

1.X2
2.Where Dreams Go to Die ?
3.Spore
4.In This Light
5.Redemption
6.Vindication
7.Midnight Lullaby
8.A World Without
9.Don’t Look Back
10.Fallout
11.Open Road

https://www.queensrycheofficial.com