Hace ya tiempo que Rammstein es una realidad demoledora. El grupo de metal más espectacular o que más espectáculo lleva en todos sus conciertos. Desde el lejano concierto de la sala Garatge (1997) ha llovido mucho y, en el caso de los teutones, ha llovido fuego, críticas, siempre en el ojo del huracán por su imaginería, su acento muniqués y sus constantes provocaciones.
Marcel Palagós
Sea como sea viven en la provocación y (casi) siempre les ha funcionado. La sombra de la disolución de la banda se alarga cuando el silencio es todo el ruido que emana. Y es que si miramos atrás vemos que hasta el disco homónimo del 2019 ( aquí tienes la crítica que le hicimos al disco) habían pasado diez largos años desde el anterior LIFAD. Con la colosal pandemia que trastornó a todo el mundo Lindemann y los suyos vieron como todos los proyectos, propios o paralelos, quedaban congelados. La tiranía del calendario sin anotaciones pareció avivar la llama creativa de la banda que a finales de 2020 entraban en los estudios La Fabrique Studios en Francia para empezar a coser el monstruo que llevaría por nombre Zeit y que sería el octavo álbum.
Bryan Adams es el encargado de la foto de portada y de las fotos de la banda y la verdad que ha hecho un gran trabajo el canadiense, también podrás disfrutar de su arte en el calendario Pirelli 2022 dónde reunió a un gran elenco de músicos.
Como decíamos Rammstein vive en la polémica, la necesitan, la buscan y la alimentan. Pasado el asombro por el video clip Pussy (que años más tarde sería como un mero chiste al lado del video de Lindemann en solitario que solo se pudo ver en páginas porno de pago) para esta ocasión lanzaron el bulo (en April’s Fools) de que abrían un salón de cirugía estética en Berlín y editaron una revista de edición más que limitada (que duró pocos segundos disponible) llamada Zick Zack en apoyo al single del mismo nombre. Toda una jugada maestra para promocionar un álbum que, si toda la parefernalia, probablemente también se venda solo.
Todo eso no está nada mal, pero estrenar un tema en la ISS (Estación Espacial Internacional) es otro cantar. Así se las gasta, así se los gastan Rammstein. Si has visto algún show suyo ya sabrás que es una auténtica locura el show que montan. Un espectáculo que en esencia es el mismo que ese que vieron los pocos afortunados que abarrotaron la Garatge hace ya tanto, tanto…ZEIT.
Rammstein promo pic
El tiempo, el paso del tiempo, ese asesino silencioso que a todos acaba cazando incluso a los titanes y colosos como Rammstein. Pero los titanes no mueren sentados, jamás, lo haen dando guerra. El arranque del disco es apabullante con Armee der Tristen que viene a ser algo así como el Ejército de los Desesperados. Y lo que resuena es solemne, oscuro, introspectivo. Un manto sonoro que envuelve la práctica totalidad del álbum y a este tema en concreto que puede llegar a pasar desapercibido aún siendo el mascarón de proa de las nuevas andanzas de los berlineses. Con cada nueva escucha cada uno de los coros de este tema hace que los pelos se ericen, los teclados, sintetizadores y efectos te envuelven como la noche más oscura y te muerden con los colmillos más sedientos de sangre que jamás hayas visto. Las clásicas guitarras cortadas pronto aparecerán para entonces ya eres presa de este disco.
Sea este quizás su disco más oscuro e introspectivo y lo que es, sin duda, es el mejor disco que han sacado en mucho tiempo. Mucho más sólido que el anterior aunque muchas de las cosas que ahí se vislumbraban aquí son fogonazos cegadores.
El primero de los tres singles, hasta el momento, fue Zeit y, además de un videoclip absolutamente maravilloso, es quizás el tema más elaborado del disco. Poético, dramático, épico, colosal. Este tema me tiene absolutamente enamorado. Lindemann saca a relucir su parte más lírica y la ampulosidad sonora del corte es sencillamente sublime. La creatividad de la banda se encuentra en cotas muy altas, los temas suenan con garra hechos con ganas había algo que contar esta vez.
Rammstein – Zeit
Me pasa lo mismo con Lügen, el penúltimo corte del disco. Sin apenas nada más que la voz filtrada por un vocoder y unas melodías que aparecen como nana incialmente pero que se enroscan en la locura y el sufrimiento y un sonido que parece rallar el black atmosferico hacen que este tema sea una bestialidad. Si, se aparata algo del sonido clásico de la banda pero le sienta de fábula al disco y a la banda.
Sin lugar a dudas cuando la banda está en este trance es cuando más brilla actualmente: Schwarz sigue dónde Zeit lo dejó y el piano allí cercena el aire como un bisturí una melodía que se clava como un lamento enterno en el alma.
Pero ya sabemos que Rammstein no viven solamente en el eterno dolor esperitual ni mucho menos. Su sonido más determinado, más reconocible aparece en Giftig (Tóxico). Flake da rienda suelta a sus synths y la máquina más industrial, más gótica toma el control. Zick Zack es el segundo single y la cara más guasona, más irónica e hiriente. Esta vez le toca a la industria de la cirugía estética ser el blanco de las burlas. Un tema resultón que por momentos me recuerda a Los (Reise, Reise 2004). Schöner, größer, härter, Straffer, glatter, stärker es el grito de Till aludiendo al slogan de las Olimpiadas pero en este caso las del mal gusto y de cirugía correctiva para parar los estragos del tiempo, de nuevo, el tiempo.
OK (Ohne Kondom, sin condón) sirve para dar rienda suelta a la ya clásica alusión al sexo a la que Rammstein nos tiene acostumados. Contudencia pura. Pero cuando la máquina iba ya desbocada de nuevo la introspección toma el mando con Meine Tränen (Mis lágrimas). De nuevo la lírica y la complejidad son las reinas aquí, otro grandísimo tema con grandes coros. Centrado en otra temática icónica: la relación madre-hijo, este tema punza hasta que la rotundidad del tema más contundente y, quizás de lo mejor que ha parido la banda en los últimos tiempos, asoma la cabeza como Jack lo hacian en el resplandor: Angst. Los terrores de los niños con el hombre del saco, el hombre negro que se llevará a todos lo niños, como un flautista de Hamlin diabólico. Este tema es simplemente debastador. El bajo de Riedel es demoledor aquí mientras la dupla de guitarras generan una masacre sónica.
Rammstein – Angst
Sin tiempo para el respiro salta otro tema ligero, un divertimento ultrasexual: Dicke Titten. Las tetas. Y no, no es la oda de Rigoberta a las madres y las mamas. Es el alegato folklóriko en favor de las bavaresas portadoras de grandes jarras de cerveza y abultados pechos. Una canción bobalicona pero terriblemente adictiva con esas trompetas sacadas directamente de las Oktober Fest. La contraposición de la música popular con el sonido crudo de Rammstein da en el blanco.
Me sorprende el lugar dónde han situado este tema puesto que rompe con la apuesta por el dolor que llevaba el disco, quizas con el objetivo de resaltar Lügen por contraste. Ya lo hemos dicho pero no nos cansamos: este tema es puro oro.
El tiempo del disco también se acaba y Adieu es el responsable de que los mentideros se llenen de especulaciones de si la banda ha echado el cierre a su carrera con este álbum. Acabando con la tradición de acabar los discos con algo más sosegado Adieu nos levanta con sus guitarrazos y el piano frágil le hace de contrapeso. Será este el finde Rammstein? Quien sabe, pero no lo creo. Si siguen sacando discazos como este, definitivamente espero que no. Para mi se trata sencillamente al cierre del disco en forma de coda, de la muerte, del fin del tiempo.
Así llegamos al fin, sin rastro de Entre Dos Tierras más allá del audio que se filtró y que no sabemos del todo de su autenticidad. Lo que si está claro es que parece que la versión será de Till Lindemann en solitario. Pero eso es otra guerra. La que nos ocupa, la del Tiempo, la tienen ganada puesto que se han ganado ya un puesto en la mitología metálica.
Marcel Palagós
Temas:
1. Armee der Tristen (3:26)
2. Zeit (5:21)
3. Schwarz (4:18)
4. Giftig (3:08)
5. Zick Zack (4:04)
6. OK (4:03)
7. Meine Tränen (3:57)
8. Angst (3:44)
9. Dicke Titten (3:38)
10. Lügen (3:48)
11. Adieu (4:36)