Si juntamos que en el título lo único que llama la atención es la palabra Rock, que la portada seguramente sea lo menos atractivo que he visto en mucho tiempo, y que el subtítulo tampoco ayuda demasiado (“Lecciones del mundo de la música para directivos y emprendedores”) lo que tenemos, a priori, es un libro que atrae poco a primera vista. Y es una lástima, porque su contenido merece mucho la pena y está plagado de grandes enseñanzas y buenas anécdotas. |
Cuando leemos la sinopsis las ganas de leerlo aumentan, todo hay que decirlo. Y qué mejor que una muestra del texto de la solapa:
“¿Se había planteado alguna vez, por ejemplo, qué podemos aprender de la innovación de Pink Floyd, del liderazgo de Sting, de la creatividad de Queen, de la adaptación al cambio de Genesis, de la formula creativa de Deep Purple, de la reinvención permanente de Bob Dylan o U2?”
Y por ahí van los tiros. No es un libro que marque un paralelismo entre grupos de rock y empresas, si no un texto que pretende mostrarnos las estrategias y la lógica con que los músicos resuelven sus necesidades y encuentran soluciones creativas, originales y efectivas y como las empresas pueden, y deberían, aprender de ello. Ahora solo falta lo complicado de verdad: que quieran.
El autor, Salva López, es profesor colaborador del departamento de marketing en ESADE Business School, asesor de Marketing de varias empresas, director y locutor de dos programas de radio sobre música y tiene su propia banda de rock. Además da conferencias en donde unifica sus dos pasiones, la música y la empresa. El curriculum deja pocas dudas, pero tras leer el libro queda claro que Salva sabe bien de lo que habla, y además lo hace en un tono ameno y divertido, incluso en los puntos más áridos de su discurso. Quizá sea algo reiterativo en algunos puntos y demasiado insistente con ciertos artistas y, aunque es
Muy interesantes resultan las reflexiones acerca de: el poder del equipo en una banda de rock y como sería aplicable a las empresas; la creatividad de los músicos y como en las organizaciones no se fomenta ésta y siempre se ve menoscabada por las finanzas; las diferencias entre el concepto de cliente y el de fan, que no son otra cosas que los clientes de los artistas, y como estos los fidelizan de una manera mucho más acertada que grandes empresas; de la innovación, el romper barreras o el teletrabajo, algo que los músicos llevan realizando unos cuantos años y que sin duda en otros ámbitos, si la mentalidad de los grandes dirigentes cambiase mínimamente, sería un éxito y un beneficio para todos.
Por si esto no fuera poco, todos estos puntos vienen aderezados con anécdotas y ejemplos de varios artistas de gran calado: Peter Gabriel, Jimi Hendrix, U2, Sting, Rammstein, Black Sabbath o Pink Floyd son algunos de los muchos que podremos encontrar a lo largo de las casi doscientas páginas.
Y para terminar conviene no perderse el porqué ha elegido el rock, y no otro estilo musical o arte, para escribir este libro.
Tras recomendar su lectura encarecidamente, ya que hasta en ciertos momentos puede llegar hasta a servir de autoayuda, poco queda más que decir que las palabras de Dominic Miller (guitarrista de Sting) que adornan la contraportada:
“Salva López ha escrito un libro importante sobre la música y lo que representa ser músico hoy, en una industria permanentemente cambiante”
Alberto López