Sale a la luz la versión de Roger Waters del álbum “The dark side of the moon”(TDSOM) de Pink Floyd, fruto de ese arrebato de autoría que el músico británico defiende, como consecuencia de la rivalidad y confrontación de Roger con Pink Floyd y en concreto, contra David Gilmour.
Toni Marchante
Quería empezar diciendo que Roger Waters es un genio. Roger es uno de los pilares de posiblemente, una de las bandas más grandes de la historia de la música: PINK FLOYD. Creador de grandes conceptos y grandes álbumes, no hay ningún tipo de discusión en este aspecto.
Ahora bien, Roger Waters siempre ha sido un personaje polémico, de fuerte personalidad. Por todos es conocido su liderazgo en Pink Floyd, sobre todo, a raíz de la marcha de Syd Barrett y su rivalidad con el guitarrista David Gilmour, rivalidad que desembocó en odio y confrontación.
Y no es que Roger fuera el malo en esa película, como sucediera en muchas bandas. Las circunstancias y el éxito produjeron distanciamientos y diferencias. Incluso en esas épocas difíciles Roger llevó el timón con decisión y con un gran nivel poniendo toda la carne en el asador en detrimento de sus compañeros, que no aportaban al mismo nivel de implicación, con el grandioso “The Wall” y la despedida con “The Final Cut”, del que incluso podríamos decir que es su primer disco en solitario.
Tras eso, se deshace la banda, siguiendo cada uno su camino, sin ningún tipo de aprecio ni expectativas de regreso, dado el nivel de deterioro en las relaciones. La refundación de Pink Floyd sin contar con Roger Waters fue un detonante adicional, para que incluso se acudiera a los juzgados por el uso de la marca Pink Floyd. Mason y Gilmour al final fueron los que se quedaron los derechos del nombre de Pink Floyd.
Roger Waters, ha ido sacando buenos álbumes en solitario, pero ninguno ha alcanzado el nivel de su antigua banda. Su rentabilidad se ha basado en sus grandes producciones en directo, apoyadas fundamentalmente en los trabajos de Pink Floyd, algo que por derecho también le pertenecen y hasta ahí no hay nada que objetar.
Sin embargo, Roger Waters ha ido un poco más allá. Ha traspasado la línea de la música, transmitiendo claros mensajes políticos, opiniones musicales y también sobre músicos, en concreto sus ex compañeros. Esta actitud, no ha sido bien encajada por todo el mundo, ganándose así, un gran grupo de detractores.
Como todos sabemos 2023 es un año especial, “TDSOM” cumple 50 años y Roger Waters, en mi opinión comete un error. El error no es hacer una versión propia de esta obra maestra, de la que él mismo ha manifestado que la original es insuperable, sino porque lo hace por despecho, declarando que él fue quien escribió el álbum, aunque fueran una banda y todos contribuyeran.
Si atendemos a los registros, Waters tiene los créditos de todas las letras del disco de 1973, se le reconoce en la composición de tres canciones y por haber co-creado con sus compañeros cuatro más, de las 10 que componen el disco. Evidentemente el peso de Waters es innegable, pero la participación de sus tres compañeros fue crucial para la creación de tan magna obra maestra.
Según cuenta Roger Waters, siente “TDSOM” como el lamento de un anciano sobre la condición humana y ha querido reimaginar ese concepto después de 50 años, con la mente de un hombre de 80 años, es decir grabar el álbum con su visión actual.
Waters comenzó a trabajar en esta nueva versión de manera secreta, saliendo a la luz que estaba trabajando en este proyecto por su parte en unos de esos cruces de declaraciones a principios de año. Para esta versión ha contado con el multi instrumentista Gus Seyffert, la cantante siria Bedouine, además de los músicos de estudio Joey Waronker, Jonathan Wilson, Johnny Shepherd y Jon Carin.
Esta nueva versión, presenta partes diferentes a la grabación inicial, con un enfoque muy personal y muy orientado lógicamente a su estilo, inhibiendo prácticamente todas las virtudes que le dieron al disco el resto de sus compañeros, si bien, hay ciertas partes en las ambientaciones que pudieran resultar interesantes.
El disco en el global me suena plano, saturado de “spoken word”, con una batería enlatada durante todo el trabajo, pero con la eliminación en lo posible de la guitarra eléctrica y esos magníficos solos de Gilmour; del que se evidencia una intención objetiva de borrarlo del mapa durante todo el disco.
Obviamente es inevitable comparar esta versión con el original, ver a qué se renuncia y qué nos ofrece de nuevo y es humano pronunciarse sobre la versión que a cada uno le parezca mejor. En esta confrontación la nueva versión sale perdiendo claramente por goleada.
El disco comienza con “Speak to me” de forma muy diferente, no hay latidos, se escuchan pajaritos y Roger acapara el protagonismo de inmediato recitando, para llegar a “Breathe” que es reconocible al principio, con bonitos arreglos de teclado iniciales, pero cuando escuchas esa voz a de Roger Waters produce un frontal rechazo frente a la aguda voz aterciopelada de Gilmour de la original. Es una versión, está claro que no puede ser igual, pero no logra un efecto cautivador.
En “On the run”, recita un poema producto de una pesadilla que asumió como una revelación, nos relata la trama con el secuenciador activado sonando de fondo, en un corte que en el original es instrumental.
“Time”…¿Dónde están mis relojes? ¿Hacer una versión de TDSOM y quitar los relojes y sus alarmas?. Pues sí, Roger renuncia a esa genialidad sónica, para presentarnos una versión que puede ser el tema que quizás más me haya gustado del disco, aunque los coros no sean del mismo nivel. Tiene un tranquilo e interesante solo de Hammond, pero la gran decepción es la pérdida del solo de Gilmour.
En “Great gig in the sky”, tema compuesto por Rick Wright, sustituye las míticas vocalizaciones por vocalizaciones tratadas de poco impacto, no hay color, de un original intenso y sentido a una evolución apagada e insulsa.
“Money”, mantiene su compás 7/4 pero más lento, con ambientaciones más oscuras y la voz de Roger comienza susurrante para pasar luego a modo spoken, probablemente para reflejar la visión de alguien de 80 años, pero el efecto no convence, es más, da la sensación de que se destroza el tema.
“Any color you like” sigue la melodía del tema original y Roger va recitando frases y colores a discreción, el bajo evidentemente es interesante y presenta algunos arreglos de teclado, pero no ofrece nada más.
En “Brian Damage” por lo menos Roger le da más importancia a la entonación, dándole al tema un estilo a lo Leonard Cohen, con el Hammond presente pero mucho menos enfatizado, una versión mucho menos emocional y por tanto, de nuevo, a años luz de la original. El final engarzado de “Eclipse” nos trae a un Waters susurrante con suaves coros, muy lejos de la emotividad que requiere la conclusión de este álbum.
Este disco es, en mi opinión, una muestra más de que Roger Waters ha perdido el norte, fundamentalmente en la forma de proyectar sus ideas y su resentimiento hacia sus anteriores compañeros. En mi opinión, ningún fan de Pink Floyd se merecía un disco como este, sé que habrá muchos fans incondicionales capaces de asumir cualquier cosa, pero siendo sinceros, cuando queramos escuchar TDSOM, todos tiraremos del original, dejando esta versión en la estantería cogiendo polvo.
Hablamos de una persona que ha alcanzado muchísimos éxitos y a sus 80 años de edad seguro que pensará que está en su derecho de no reprimirse. Así lo ha demostrado en sus conciertos, criticando a Trump y al sistema, siendo acusado de anti semita, manifestándose abiertamente contra Israel o a favor de Rusia, en contra de Ucrania, llegando a prohibirse su show en alguna ciudad. Asuntos políticos, a los que ya da más relevancia en detrimento de su música y sus composiciones.
“TDSOM Redux” es un capricho de Roger Waters, donde ha querido revisitarlo después de 50 años, pero sin sus excompañeros (desde aquí un recuerdo al gran Richard Wright que desde 2008 ya no está con nosotros). Con el enfoque que tiene el disco, desde luego, habría sido imposible que se hubiera puesto de acuerdo con David Gilmour, aunque Nick Mason seguro se hubiera prestado, pues ha dado una buena opinión de este trabajo, en su siempre comportamiento “polite”.
Con esta publicación, se pone de manifiesto que Rogers da su visión actual del disco y que sus compañeros, fueron imprescindibles para que TDSOM sea hoy día, considerado como uno de los mejores álbumes de la historia.
Toni Marchante
Temas:
1.Speak to Me 1:54
2.Breathe 3:22
3.On the Run 3:47
4.Time 7:19
5.Great Gig in the Sky 5:47
6.Money 7:32
7.Us and Them 7:36
8.Any Colour You Like 3:18
9.Brain Damage 4:55
10.Eclipse 2:20