Comenzaré esta crónica destacando la pena que me dió que un grupazo como Royal Hunt apenas convocara algo más de cien personas. Siendo fiel a la verdad, la sala Ritmo y Compás estaba llena, pero aun así un grupo de esta categoría no se merece esta escasa valoración por parte del público madrileño. Quizás sea hasta cierto punto comprensible teniendo en cuenta que fue un domingo, o que hay muchos conciertos este mes… pero realmente quienes vivimos aquellas horas disfrutamos como locos con el espectáculo.
Podemos decir que fue un concierto bastante completo, comenzando por temas como «Paper blood» (tema que da título a su último disco), «Time», «The mission», «Never give up», «Can’t let go» y «Last goodbye».
En escena destacaba visiblemente el enorme set de teclados de Andre, quién incluso colgó uno al hombro y salió a ejecutar una instrumental entre Per y Marcus. Apenas cabía un alfiler en el escenario, ya que además habían colocado a modo de bandera dos sábanas con la imagen del disco que presentaban, “Paper blood” (imagen francamente horrible, si se me permite decir). Pero la carencia de espacio de movimiento no desmotivó, y Andre fue el encargado de animar al público y exigirle corear sus canciones.
Aproximadamente dos horas de espectáculo, fue un concierto francamente estupendo, lamento decirles a los que se lo perdieron.
Texto : Vanesa Gómez
Fotos : Mariano Crespo – Force Magazine –