Vuelven a la carga Satyricon, grupo liderado por Satyr Wongraven desde hace ya unos cuantos años. Satyricon es una banda formada en Noruega, cuna del black metal. Desde sus primeros trabajos, se convirtieron en uno de los grupos estandarte de ese movimiento, por sus ritmos gélidos y oscuros y sus voces típicamente black.
La trayectoria del grupo nórdico ha ido transformándose con los años, pasando del black más puro en sus inicios, a un black mezclado con Death, y por último a una forma de black edulcorada, que mezcla también elementos de Doom metal e incluso stoner, por el uso de riffs lentos y pesados que conforman el punto central de los temas..
Para sus fans más antiguos y acérrimos, esto ha significado la muerte del grupo, que ha abandonado sus raíces black buscando una forma musical muy diferente que, sin embargo, no deja de beber del black metal. Los temas, lentos y pesados de «The age of nero», siguen esa trayectoria; son lentos, pesados, pero también fríos como el black más primigenio. En este disco, que no es, ni mucho menos, lo mejor de Satyricon, encontramos las propias raíces de esa frialdad, remontándonos a los primeros Ancient o Mayhem, e incluso a los famosísimos Venom.
He de resaltar un defecto, y es la producción. El disco suena tan tan limpio, tan perfecto, que no parece, en modo alguno, Black metal. De acuerdo, no lo es, pero el estilo no deja de ser completamente «blackie», y por lo tanto la producción debería plasmar la siniestralidad que envuelve los temas. Las guitarras son crudas, cortantes, pero el sonido es tan nítido que parece que estemos escuchando un disco producido para Dream Theater, y no una obra de Satyricon. Desde luego no pedimos una producción a lo «black noventero», de esas que grababan en un 8 pistas en medio del bosque, pero si que tendrían que haber plasmado algo más el estilo que profesan.
Este defecto, como he dicho, le resta enteros al disco, sobre todo en el apartado de las guitarras, y también en el de las voces. El black puro (no el sinfónico de los últimos Emperor, o de Dimmu Borgir y Cradle of Filth a finales de los 90) tenía un ambiente oscuro, favorecido por la recreación de una estancia gigantesca (para los expertos, me estoy refiriendo al efecto de reverb) en la que el sonido rebotaba de un lado a otro, creando la impresión de eco, y transportándonos a los bosques. Esto es importante para entender cuán lejos están Satyricon en «The age of Nero» de un sonido black.
Sin embargo, este es un buen disco de metal extremo, con algunos riffs soberbios, que son la pieza central de los temas. (en «Black Crow on a tombstone» o «My skin is cold» encontramos reminiscencias de Black Sabbath por la importancia de los riffs). Es un disco oscuro y lúgubre, en el que ningún instrumento destaca por si virtuosismo, pero si por su intención, bien trabajado en las voces, y con unas composiciones (especialmente en los temas intermedios) muy laboradas.
Entrando en lo que es el disco, el primer corte, «Commando», me parece una mala elección para abrir el nuevo trabajo de Satyricon. Es un tema un tanto aburrido, con unos riffs a medio gas que no convencen y una batería bastante sosa. Siendo el primer tema, he de admitir que me dio muy mala espina.
Ya en «The Wolfpack» mejora bastante el nivel, aunque por momentos también es una canción que podría tildarse de «mediocre». Sin embargo, algunos pasajes más blackmetaleros lo hacen sobresalir y demuestran que el disco puede, finalmente, ser bastante potable.
Ahora vienen, para mi gusto, los temas fuertes. «Black crow on a tombstone», «Die by my hand» y «My skin is cold», temas que se basan en una clara estructura rítmica, con un riff central y algunas variaciones, muy directos. La voz y algunos adornos de guitarra aderezan un metal muy muy pesado, y el ambiente recreado por las armonías puede transportarnos a los tiempos de Ancient y compañía. No sé con qué tema quedarme, puesto que es una especie de «black-stoner», aderezado con algunos toques de Death, algo muy a lo Satyricon. Desde luego, quien busque comercialidad no la encontrará, aunque hay un par de riffs que pueden grabarse a sangre y fuego en nuestra memoria.
Este segmento del disco es, sin lugar a dudas, mucho más blackie en cuanto a lo que transmite; oscuro, frío, en cierto sentido incluso violento (recordemos el carácter de los miembros del Inner Circle, con algunos grupos excelentes como Emperor o Mayhem, pero igualmente brutales por los atroces crímenes cometidos en los 90). No es «norgewian black metal», pero se le acerca por el sentimiento qeu evoca.
Quizás sean estos temas los que pueden llegarle al seguidor clásico de Satyricon, precisamente por ese ambiente blackie, por desgracia empañado por la producción. Sin embargo, un amante del Death y otros estilos también encontrará un espejo donde mirarse. También he de destacar que los temas de esta sección son algo más rápidos y las rítmicas tienen un mayor dinamismo, lo que ay
Después el disco va bajando de intensidad, lo cual es normal en un disco de este estilo, ya que el propio parecido entre los temas, y la lentitud dominante, hacen que resulte un tanto pesado escuchar la obra entera. Son temas que ganan fuera del contexto del disco, pero aún así creo que no están a la altura de los anteriores.
Concluyendo, un buen disco de metal extremo, quizás poco original, en la linea de los últimos trabajos de Satyricon, no rehuyendo el black, pero tampoco vanagloriándose de sus orígenes. Es un buen trabajo, a la altura de esta banda, pero dista mucho de ser una obra maestra. Sin embargo, su ambientación y la atmósfera de frialdad, así como algunos riffs que realmente merecen la pena, hacen muy recomendable su adquisición.
Belial Báez.
Temas:
01. Commando
02. The Wolfpack
03. Black Crow On A Tombstone
04. Die By My Hand
05. My Skin Is Cold
06. The Sign Of The Trident
07. Last Man Standing
08. Den Siste