Con una sala a más de medio aforo,un público entregado y fiel que cantaron todos y cada uno de los temas, un sonido bastante bueno una vez superados los imprevistos iniciales y presentando el disco “Once romances desde Al-Andalus”,un compendio de poemas e historias de Andalucía que es todo un manjar a deglutir.Todo estaba preparado para dar el pistoletazo de salida.
A las 9, bastante puntuales,y después de la clásica intro, atronaban a la concurrencia con “El monte de las ánimas” que hizo que nos hirviera la sangre hasta limites peligrosos a los allí reunidos. Una canción de su último disco que todos cantamos de principio a fin, demostrando la total simbiosis entre grupo y publico.
Con la fiestera “la taberna” incluyeron juegos malabares y con “dioses eternos” hicieron un sentido homenaje a Barón Rojo.”Laberinto de los secretos” retomo el repertorio de su ultimo disco al igual que su single y vídeo clip “Wallada la omeya”,donde la bella rubiales que sale en el video se paseó de punta a punta del escenario. Hay que ver que chica más guapa, felicito desde aquí a sus padres por lo bien que lo hicieron.
Vuelta a la festividad con “Mendigo” y “La batalla de los cueros de vino”. Cuando anunciaron “El arquero del rey” de su ya lejano 1º lp el público saltó y brincó hasta el paroxismo, recordándonos que si bien Saurom es un grupazo con obras maestras por canciones, cuando se llamaban Saurom Lamderth tampoco se quedaban mancos. Retomaron su último disco con “Lejos del mar de rosas”, “En el abismo” y ”Romance de la luna, luna”. Tocaron “Sandra” ,”la musa y el espíritu” , “las minas de Moria” , “acertijos en las tinieblas”,donde otra vez salio el malabarista y ”Nostradamus” que sonaron muy potentes.
En la recta final otro romance,”Más allá de la tierra prometida” a la que siguieron “Dracum nocte” con otra chica vestida de hada negra disparando pompas de jabón y confeti a diestro y siniestro .Finiquitaron el magno concierto con “historias del juglar”,la sala enfebrecida coreaba un nombre hasta desgañitarse: SAUROM. Nadie quería irse. El grupo emocionado saludo efusivamente. Se les notaba que habían disfrutado tanto como nosotros.Y lo más importante, se fueron con la completa seguridad de que en Madrid se les quiere.
Texto y fotos: Andrés Horrillo