Sôber + 3tri State Corner + Contrabanda – 31 de Marzo ’17 – Sala La Riviera, Madrid
Tocaba volver a ver a Sôber, con las mismas ganas e ilusión que la primera vez que los vi hará ya unos quince años o más. Y es que es algo que tienen los madrileños, que siempre hay ganas de verlos, que con cada nuevo disco regeneran la expectación sobre ellos y su directo.
Texto: Alberto López
Fotos: Mario López
Caminábamos hacia la sala sumidos en nuestras cavilaciones, yo recordando las anteriores veces que habíamos estado en aquel mismo lugar para ver a Sôber, y cómo cada vez entrabas pensando que era imposible que superasen la anterior y salías alucinando porque lo habían hecho, y con creces. Bien, pues esta iba a ser otras más de aquellas. Los hermanos Escobedo y compañía dieron un concierto al alcance de muy pocos, con un sonido, una ejecución y una profesionalidad que ya desde hace tiempo les hace jugar en otra liga. He visto muchos, muchísimos conciertos, y pocos son los que pueden equiparar su sonido al de Sôber, tanto de aquí como de fuera. Ya es hora de decirlo, y bien alto.
Pero antes teníamos dos buenos aperitivos para disfrutar. Contrabanda fue el primero, quienes con su reciente “Retrophonic” ya levantaron una buena polvareda y que con sus conciertos en esta gira están dejando claro que tienen un buen futuro dentro del rock de este país.
Mientras sonaba “The Passenger” de Iggy Pop, y una buena cantidad de humo artificial dificultaba la visión, fueron saliendo los integrantes de la banda para dar comienzo a “Maldición”. No había demasiada gente, pero la que había estaba muy expectante y enseguida respondieron a la enérgica propuesta de los madrileños. Su rock, de tinte americano, con toques grunge y una gran dosis de personalidad, bebe directamente de bandas como Velvet Revolver, Foo Fighters, Pearl Jam o incluso Black Sabbath en ciertos momentos. Pese a algunos problemas de ejecución antes del solo, comenzaron sonando verdaderamente bien, con mucha contundencia y energía. Siguieron presentando temas de su reciente lanzamiento como “Todo acabó”, “Mal actor” o “Muero entre tus ojos”, derrochando virtudes y vitalidad en cada nota.
Tony Laspiernas, el cantante, llevaba dos micros, algo que se está empezando a utilizar mucho últimamente con la finalidad de llevar uno para ciertas partes con un efecto concreto y otro para otras. La verdad sea dicha, las partes en las que sonaba con esa mezcla de sonido añejo y reverb, ésta a veces estaba demasiado presente para un lugar tan amplio y quizá con menos gente de la esperada. No menos cierto es que si encontrabas el punto de la sala correcto, la cosa mejoraba sustancialmente, pero claro, esto no siempre es posible. Aun así, nada empañó su gran actuación y el público, cada vez más presente, acabo rendido a sus pies con “Miedo”, seguramente uno de sus mejores temas, que puso punto y final a una actuación corta pero intensa que dejó a muchos con ganas de más. Y eso siempre es bueno.
Tras un breve cambio de escenario nos tocaba el segundo, y exótico, aperitivo: 3tri State Corner. Se trata de una banda multicultural, proveniente de Grecia, pero que entre sus filas cuentan con griegos, polacos y alemanes. Su seña de identidad no es otra que el papel principal que le otorgan al bouzuki. Para quien no lo conozca es un instrumento musical de cuerda pulsada con cuerpo de pera y un largo mástil. Forma parte de la familia de laúdes de mástil largo y se puede confundir su apariencia con la de la mandolina. Es un pilar de la música griega moderna y ellos lo han convertido también en el elemento característico y diferenciador de su música.
“Faster” abría su actuación a un volumen atronador que enseguida se reguló, para tranquilidad de los asistentes. Ya desde el primer momento encandilaron a la audiencia con su fusión tan particular. Janni al bouzuki y Lucky, que cuando no estaba cantando dejaba el frontal del escenario para dedicarse a la percusión, comandaban esa interesante mezcla, bien respaldada por una banda muy bien engrasada que demostró enseguida su calidad. “Free Prison” y “Nothing At All” refrendaron nuestra opinión de que estábamos ante un grupo fresco y original, del que poco sabíamos hasta entonces, pero que nos encandilaron para investigar más allá en cuanto acabase el concierto. A veces con partes de corte más power, otras más rockeras y otras totalmente heavys, pero siempre con su particular estilo.
“Sleepless”, “Home” o “Kapia Stigmi” fueron otros de los temas que fueron cayendo entre intentos de Lucky de comunicarse con el público en español con frases como “¿Qué pasa amigos? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?” o “Venimos de Grecia, Polonia y Alemania ¡A tomar por culo! Y después de cuatrocientos conciertos estamos en España”. Hay que decir que el pobre Lucky lo llevaba escrito en una chuleta y le costaba bastante expresarse, pero el público lo agradeció entre risas y buen rollo. Para terminar su actuación eligieron “My Own World”, por la que recibieron una sonora ovación como respuesta.
Después se produjo un hecho curioso, parecían recoger cuando en un momento dado se oía a Lucky preguntar por Jorge o Carlos (Escobedo, intuimos) y hacer un gesto como de tocar una más. Tras una breve deliberación tuvieron que dejar el escenario sin tocar ese extra que nos querían ofrecer y con más aplausos. Una lástima, pero ya sabemos todos cómo van los horarios en Madrid…
Llegaba el momento de la verdad, del plato fuerte de la noche, con una sala ya a reventar, y es que Sôber cuentan últimamente sus conciertos por llenos absolutos. Tras el obligado acondicionamiento del escenario subía a él Jorge, de Rock FM, quien iba a ser el encargado de presentar el evento con un discurso muy emotivo, y que daría paso a la proyección, en exclusiva para los que allí nos encontrábamos, del nuevo video clip de la banda: “Estrella Polar”. Dos pantallas, colocadas a ambos lados de la sala, encima de las barras, nos ofrecieron la novedosa primicia para enseguida sonar el sempiterno “Back In Black”, que nos preveía de que el comienzo era inminente.
“Vulcano” nos golpeó con fuerza y abrió otra de esas noches mágicas a las que ya nos tienen acostumbrados “Sôber”. ¡Qué sonido! Y lo mejor de todo es que durante el transcurso de la noche fue mejorando paulatinamente hasta cotas absolutamente brutales. Salieron muy enérgicos, casi demasiado, diría yo, para lo que nos tienen acostumbrados. Mucho movimiento en el escenario y una banda ejecutando a la perfección desde la primera nota. Sin descanso dieron paso a otra de las nuevas, “Irreal”, que si en casa ya apuntaba maneras, en directo sonó arrolladora. El público coreó con ganas aquello de “Prefiero reír, nunca más llorar. Las puertas del cielo quieren verme entrar…”.
El público estaba animado, sin duda, pero nada comparado a cuando comenzó a sonar “Loco”. La sala se puso a botar al ritmo cortante de ese riff que ya forma parte de la historia del rock/metal alternativo de este país.“Sombras” y “Fantasma” nos llevaron inmediatamente a la época de la reunión y rápidamente les sucedió otro de los cortes del nuevo disco, “Papel mojado”, de los más flojos, para mi gusto, pero que en directo, como no, mejoró sustancialmente. El comienzo de batería que le imprimió Manu Reyes a “Oxigeno” marcó un antes y un después en el devenir del concierto, y es que si hasta entonces estaban sonando increíblemente bien, fuer a partir de ese momento cuando el sonido rozó la perfección. Uno de los temas más antiguos de la banda, de aquel lejano “Synthesis”, que sigue funcionando tan bien como el primer día. Hasta el momento estaban combinando el set list de manera bastante inteligente, intercalando nuevo temas entre clásicos de la banda, pero es que… el seguidor de Sôber lo sabe, ¿cuál no es un clásico de la banda?
“Blancanieve” volvió a poner la sala patas arriba y durante el estribillo se oía más al público que a Carlos, y no es que estuviera este precisamente bajo, “Umbilical” relajó el ambiente mínimamente, para que fuese con “El hombre de hielo” cuando alcanzase cotas todavía no vistas esa noche. Increíble cómo funciona esta canción, como todo el mundo se deja la voz en cada sílaba. Imprescindible.
El que fuera primer adelanto del nuevo disco, “Arena”, sonó la siguiente y obtuvo una magnífica respuesta. Está claro que “Vulcano” ha calado bien entre sus seguidores y que los nuevos temas están ya más que interiorizados. Aun así, la elección, por poner una pega, no me gustó. Cortes como “Enterrado” o “La escalera” nunca deberían haber faltado en esta presentación. “Lejos” y “Cientos de preguntas” fueron dos grandísimas sorpresas que la gente celebró al máximo, y que, junto a “Arrepentido”, pusieron punto y seguido al show. Tras un breve retiro, volvían para interpretar un largo bis que comenzó con su parte más íntima y sensible. Contando con un terceto de cuerda y piano interpretaron sus, ahora mismo, dos baladas estrella: “Naufrago” y “Estrella Polar”. Todo muy emotivo y preciosista, que rebajó un poco la temperatura de la sala, seguramente en previsión de lo que quedaba por venir.
Primero fue “Tic Tac”, después la maravillosa “10 años”, en la que aprovecharon para presentar a la banda y marcarse cada uno un breve solo, y para terminar “Héroes”, la cual se va a convertir en un clásico absoluto en muy poco tiempo y para la que invitaron a varios fans a subir al escenario para hacer los coros y con ello dar por terminado un concierto que rozó la perfección más absoluta en cuanto a sonido y ejecución.
Texto: Alberto López
Fotos: Mario López