Gélida tarde de Enero, pero que apetecía ir a un concierto. En este caso era para disfrutar de la vuelta de SÔBER en la Sala Jimmy Jazz de Vitoria – Gasteiz, donde les acompañaban, al igual que el anterior día en Burgos, los murcianos DARKNOISE.
Texto y Fotos: Anne Gallardo |
Este fin de semana era parte de esos últimos conciertos previos a la serie que van a hacer de Morfología. Algo que no acabo de entender, que en medio de una exitosa gira, paren de repente y se pongan con otra que no tiene nada que ver. Pero bueno, esperemos que tengan éxito y si podemos trataremos de acudir a alguno de esos conciertos tan especiales conmemorativos de dicho álbum.
Comenzaron el tempranero concierto los murcianos DARKNOISE, con una presencia más bien escasa de gente, pero que paulatinamente iba a ir incorporándose según se acercaba la hora de SÔBER: Y es que estos chavales que cuentan con un reciente disco titulado “Insomne”, nos deleitaron con un repertorio de aproximadamente cuarenta y cinco minutos en el que descargaron una batería de temas, con una buena ejecución y sonido, pero que, pese a hacer cantar a la gente en un tema como “Cada segundo”, les faltó algo más de gancho y contundencia en el sonido para ser aclamados con contundencia.
Aunque la labor del telonero a veces es ingrata, siempre es muy interesante el escucharles, y disfrutar de los minutos que disponen, ya que tratan de aprovecharlos al máximo: Este caso no iba a ser menos, así con canciones como “Farhenheit”, o la versión de Skizoo “Renuncio al sol” nos situaban en su sonido perfectamente, algo que debe evolucionar y sobre todo coger tablas en esta ocasión que les han dado desde SÔBER para acompañarlos en algunos de los conciertos de la gira.
Aplausos varios al finalizar su repertorio, ya que puede o no gustarte lo que hayas escuchado, pero creo que se merecen un respeto por subirse encima de un escenario a tratar de agradar a la gente que se congrega.
Tras ellos era el turno de los hermanos Jorge y Carlos Escobedo, Antonio bernardini y Manu Reyes, SÔBER. Los madrileños que irrumpieron con fuerza en los 90, y que han protagonizado un regreso esperado a los escenarios tras su separación en Savia y Skizoo, siempre se han caracterizado por tener un directo demoledor y donde mejor se desenvuelven.
Por eso estábamos en la sala, para poder comprobar in situ si el paso de los años les ha mejorado y como les ha sentado dicho regreso.
De primeras está claro que si, al menos en cuanto a la expectativa generada en la sala, que tuvo una muy buena entrada, tal y como pudimos comprobar, al tener la zona principal bien llena.
Y de segundas, que tras la intro se les vió con ganas y eso que el día anterior habían estado en Burgos.El logo presidía el escenario, así como una gran batería y la presencia de los tres miembros que se han vuelto a juntar tras varios años en sus proyectos anteriormente mencionados. Y se nota que van con ganas desde el primer momento, listos para pasárselo bien,. Salen poco a poco y el último en hacerlo es Carlos Escobedo, así cuando él sale, ya comienzan a tocar “Superbia”, el tema homónimo de este disco que les sirve de excusa perfecta para salir a la carretera.
El sonido en todo momento es perfecto, al igual que las luces, una combinación que junto con la presencia escénica de ellos, o el moverse por el escenario, o que suenen canciones como “Diez años” o “Umbilical”, son perfectas para pasar una tarde de sábado disfrutando de un buen concierto como estaba siendo este desde un primer momento.
No han perdido ni un ápice de su presencia escénica y de saber llevar lo tiempos, la interacción con el público, en definitiva un grupo que mueve mucho y que se agradece que estén de nuevo ahí. Un sonido compacto y bien compenetrado es el que nos hace disfrutar de temas como “Eternidad”, o “La Nube”, se nota que están en plena forma sobre el escenario, ya que la compenetración es máxima y la intensidad que reflejan en cada canción también.
Dan repaso a sus mejores y más conocidos temas, combinando nuevos como “La araña”, como pasados como “Paradysso” además de poder presentar temas, no solo por parte de Carlos Escobedo, sino también Bernardini participa en ello, dando imagen de lo que son, un grupo, y dando a entender que cualquier tiempo pasado, atrás quedó. Tras disfrutar con “El hombre de hielo”, era el turno para las demostraciones instrumentales, primero con las guitarras, cortesía de Bernardini y Jorge Escobedo, en la que nos deleitaron con una especie de duelo guitarrero, que sirvió para relajar un poco la intensidad del concierto.
Tras quedarse solo Antonio, era el turno de dar el relevo a Carlos y a Manu Reyes, ambos a la percusión, el primero en la batería del segundo, y el titular de las baquetas en un set de percusión. Esta parte suele ser resultante por que es amena, y el que estuvieran ambos en ello, así fue. Y para acabarlo se unió Antonio, con ,lo que quedó bien, la verdad, aunque hubiera preferido que hubieran tocado algún tema más.
Tras ello, sonó “Naúfrago” con Carlos a la acústica, haciendo que todos coreáramos la canción, disfrutándola a tope, y con una entrega que hizo subir la temperatura de la sala por enteros. Acabaron, con el roadie tocando el bajo de Carlos, mientras él seguía a la acústica. “oxígeno”, fue inconmensurable, y para acabar antes de los bises pudimos disfrutar de una grandísima canción como es “Arrepentido”, donde se les vió muy entregados.
Tiempo para la pausa y tiempo para el discurso de Antonio, que salió con botella de tequila en mano para agradecer a la gente que su participación es fundamental para poder seguir ahí, y de paso tomar un poco de dicho licor.Era hora que sonara el reloj, era hora de “Tic tac”, con una interpretación sublime, a la que le siguió “loco”, y por último quisieron que sonara “Sombras”. En este último lo que hicieron fue alargarlo para hacer partícipes al público.
Se presentaron, al ritmo marcado y también se despidieron con una grandísima ovación. No quedó tiempo para que sonara más música, cosas legales, pero si que estuvieron sobre el escenario un rato más despidiéndose de la gente y agradeciendo la asistencia, así como fue el momento para hacer la foto “familiar”, de ellos solos con el público detrás más una con sus compañeros de concierto Darknoise. Sencillamente decir que han demostrado que están más vivos que nunca y que han vuelto con más fuerza de la que se fueron.
Texto y Fotos: Anne Gallardo
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Intro
Superbia
Diez años
Umbilical
Eternidad
La Nube
La araña
Paradysso
Fantasma
El hombre de hielo
Solos de guitarras
Solo de percusión
Naúfrago
Oxígeno
Arrepentido
—Bises:
Tic Tac
Loco
Sombras