El trío de Düsseldorf, liderado como siempre por el inefable e infalible Tom Angelripper, nos muestra todo lo que aún les queda por ofrecer con su quinceavo trabajo repleto del thrash violento y sin concesiones que siempre les ha caracterizado. Después de 35 años de carrera, cuesta imaginarse que nada nos vaya a sorprender demasiado, pero aunque está claro que este Decision Day no supone ninguna revolución, sí que hay lugar para un buen puñado de canciones frescas y pegadizas, conformando un trabajo de calidad en el que no se repiten demasiado a sí mismos y en el que incluso hay sitio para algunos momentos moderadamente inesperados.
Albert Vila
De los cuatro grandes del thrash alemán, Sodom siempre han sido los más sucios y los más brutos, adoptando a Venom y a Motörhead como referencias más obvias. Sus primeros trabajos, el EP In the Sign of Evil (1984) y el LP Obsessed by Cruelty (1986) tienen un sonido absolutamente infumable y la ejecución tampoco es mucho mejor. Aún así, fueron clave en la incepción de ese proto black metal que sería tan popular al cabo de pocos años en Europa, y que caló con especial pasión en Noruega. Imaginaos si tuvieron influencia en todo ese movimiento que Deathlike Silence, la discográfica que publicó la mayoría de discos de esa primera oleada de bandas black, fundada por el infausto Euronymous, guitarrista original de Mayhem y personaje clave en la escena del país escandinavo, toma por nombre el título de una canción del primer disco de Sodom. Con su segundo álbum, Persecution Mania (1987), la banda deja un poco atrás el black metal (la semilla ya estaba plantada) para abrazar con fuerza ese thrash que tanto lo estaba petando en tierras germanas (y más allá). Ese disco (me pongo a cubierto) aún me parece algo mediocre tanto en sonido como en canciones, pero nadie puede poner en duda que con el incontestable Agent Orange (1989) fueron capaces de aportar uno de los álbumes clave en la historia del género, no solo a nivel europeo sino mundial.
En los últimos 25 años no han cambiado demasiado y está claro que no lo van a hacer ahora. En los noventa, como es habitual en la mayoría de bandas de thrash metal, hubo un periodo de cierta incertidumbre, con continuos cambios de formación y coqueteos con el death metal, el punk y el groove. El primer trabajo que escuché de ellos fué Masquerade in Blood (1995), que en su momento no me desagradó en absoluto pero que el juicio del tiempo solo salva algunos temas, no siendo hasta el aclamado Code Red, en 1999, que retornaron a lo de siempre y, en consecuencia, volvieron a gozar del beneplácito de la comunidad metalera. Bernd Kost se asentó como guitarrista y Bobby Schottkowski lo hizo también a los parches durante casi quince años, hasta ser remplazado en 2010 por Markus Freiwald, que actualmente ocupa el sillón tras la batería de los teutones.
Últimamente, Sodom se han acostumbrado a producir álbumes totalmente fieles a su propio cliché y a lo que se espera de ellos, con indudable efectividad pero sin demasiado lugar para la experimentación. Es innegable que en lo suyo son infalibles y tanto In War and Pieces (2010) como su más reciente Epitome of Torture (2013), que recibió alabanzas bien poco unánimes, me gustan entre bastante y mucho. Este Decision Day tampoco es que suponga una revolución, pero yo sí veo algunas cositas algo novedosas. Hay bastante variedad, con lo que el disco resulta dinámico y entretenido de escuchar, intercalando thrash más clásico con temas más melódicos, componentes rock, punk, groove e incluso una buena dosis de black metal moderno, mirando más hacia el aspecto pesado y oscuro del estilo que no hacia la velocidad aspersor que carecterizó el género que ayudaron a crear. Por otro lado, la producción es nítida sin dejar de ser sucia y contundente, y suena totalmente acorde con las canciones del álbum.
Como siempre, la portada de este nuevo trabajo está protagonizada por la mascota del grupo, el llamado Karrenheinz, que en esta ocasión recuerda bastante (me imagino que intencionadamente) al Snaggletooth de Motörhead, en lo que no será la única referencia que veo a las añoradas huestes de Lemmy. Tanto la temática de esta ilustración como la inmensa mayoría de las letras, como es habitual también, están inspiradas en historias bélicas, por las que Tom siente una apasionada fascinación. El Decision Day del que habla el disco, de hecho, se refiere a uno de los días clave de la Segunda Guerra Mundial, el del desembarco de las tropas americanas en Normandía. Siendo así, la portada tiene un pequeño goof, con las banderas americana y rusa medio rasgadas entre el fuego y a la espalda de un desquiciado y desmejorado Karrenheinz. Huelga decir que en 1944, en plena época soviética, la bandera de la Rusia actual no estaba ni en uso ni demasiado bien vista. Dejaremos que se tomen esta licencia teniendo en cuenta que la guerra fría siempre ha sido un tema recurrente en las portadas y la temática general de muchas bandas de thrash ochentero, así que también podríamos interpretar la presencia de estas banderas aquí como un intento un poco extraño de modernizar esa melancólica rivalidad.
Para poner al oyente en la ambientación bélica, "In Retribution" empieza con una corta marcha militar, que rápidamente se transforma en un muy buen riff thrashero y bastante kreatoriano que funciona fantásticamente como base para la canción. El tema está bastante bien y el bridge es buenísimo, pero el estribillo es un poco raro y no me acaba de convencer. "Rolling Thunder" tiene un cierto toque groove metal noventero, con algunos momentos acústicos, otros más punk, un buen desarrollo y acertadas transiciones entre cada una de las partes, mientras que "Decision Day", el tema que da título al álbum, es más accesible, épico y pegadizo. Con riffs bastante melódicos, es bastante sencillo y muy disfrutable, con un solo especialmente heavy. También me gusta mucho "Who is God?", pegadiza, ligera, motorheadiana y divertida, con guitarras abiertas y un aire algo hardcore punk. Es rápida y de algun modo agresiva, pero se escapa de nuevo de los cánones del thrash, y eso es quizás lo que la hace tan disfrutable en el contexto de este álbum.
"Caligula" es uno de los temas más sorprendentes del disco. Suena a homenaje a Motörhead, con un riff principal casi pastado al de "Ace of Spades" y un desarrollo muy cercano a la época Bastards , recordando a temazos como "Death or Glory" o "I Am the Sword". Menudo discazo, el Bastards, y qué poco valorado está en el global de la carrera de Motörhead. Tom y Lemmy siempre habían tenido una excelente relación y muchas cosas en común, así que tampoco es extraño que Sodom quiera tener un pequeño recuerdo para un icono del rock como Lemmy a raíz de su triste y reciente fallecimiento, aunque sea utilzando extrañamente al emperador romano Calígula para ello. El estribillo es potente aunque bastante mejorable, pero el tema en general me parece muy entretenido, a pesar de que parece que este tipo de experimento no ha acabado de calar entre los fans.
A pesar de haberme gustado lo que he escuchado hasta ahora, donde disfruto especialmente es en la segunda mitad del disco. "Strange Lost World" y "Belligerance" son dos temas algo parecidos: lentos y oscuros (más el primero que el segundo, ciertamente), casi blackmetaleros, que recuerdan en sus riffs y en su desarrollo a grupos bombásticos como los últimos Satyricon (y en el riff final del primero, también a Pantera!). No les faltan tampoco momentos donde se descantillan y saltan con riffs thrasheros y veloces (más el segundo que el primero, ciertamente), pero en general se mueven en estos derroteros poderosos, pesados e inesperados, con un resultado muy disfrutable. Incrustada entre estos dos temas más oscuros, la magnífica "Vaginal Born Evil" es thrash metal a piñón, rápido y contundente, con riffs rompecuellos y un estribillo antémico y melódico. Y más cañera aún es "Blood Lions", poseedora de un espíritu más punk y sin un solo segundo de pausa.
"Sacred Warpath" es un tema excelente, pegadizo y bien construido. Se trata de uno de los mejores cortes del disco, pero la pena es que ya formaba parte del EP de su mismo título que los alemanes publicaron en 2014 (y que contenía este tema y 3 clásicos grabados en directo). Por este motivo, me resulta un poco extraño e innecesario que lo hayan incluido aquí. No es que el disco anduviera corto de minutaje, así que creo que podrían haber pasado perfectamente sin él. Dicho esto, la canción es magnífica, a lomos de un medio tiempo muy poderoso que surge a partir de un inspirado y épico inicio, y desembocando finalmente en un gran bridge y un no tan fantástico estribillo, más veloz, que creo que no acaba de pegar. Pero vaya, que tampoco se puede tener todo. El disco acaba de forma un poco irregular. La final "Refused to Die" empieza con un rito exorcista profesado en latín, que introduce atmosféricamente uno de los temas menos excitantes y memorables del álbum, que de hecho me cuesta bastante recordar después de haberlo escuchado ya unas cuantas veces.
En su globalidad, Decision Day me parece un disco notable, muy regular, algo más antémico que otros, con un sonido poderoso y con bastantes temas diferentes a lo que podríamos esperar de un álbum de thrash metal puro y duro, demostrando que Sodom se mantienen en un muy buen estado de forma. Por el momento, se trata del único de los cuatro grandes del thrash teutónico que no tiene conciertos programados en nuestro país. Destruction estarán por aquí este mismo mes, mientras que Kreator y Tankard vendrán durante la próxima primavera. Por cierto, me extraña bastante que a estas alturas, con la de bombo que se le dá a la etiqueta, no se haya planteado aún un tour a lo grande con las cuatro bandas. A no ser que existan rencillas entre ellos, que lo cierto es que no lo sé, supongo que sería algo bien fácil de montar y que gozaría de una elevada expectación y un éxito garantizado.
Los fans del thrash metal no nos podemos quejar de este 2016, que nos ha aportado una generosa cantidad de discos más que disfrutables. Clásicos de siempre como Megadeth o Anthrax han sacado su mejor álbum en tiempo. Otros baluartes como Destruction, Death Angel, Flotsam & Jetsam o estos Sodom que nos ocupan, aunque ya nos lo esperáramos, han publicado también trabajos excelentes. Asimismo, hemos tenido discos magníficos de grupos revivalistas como Vektor, Suicidal Angels o los mismos Crisix. Y por si todo esto no fuera suficiente, en los pocos meses que le quedan al año aún estamos esperando nuevos trabajos de Suicidal Tendencies, Testament, Overkill, Dark Angel y Kreator que, vista la solidez y el estado de forma de estas bandas, me extrañaría que decepcionaran a nadie. Supongo que todo está preparado para que venga Metallica en noviembre con su nuevo álbum, si es que aún los consideramos thrasheros, y nos suelte un truñaco. En todo caso, saquen lo que saquen, el thrash está en un momento de forma fantástico y el año para el género habrá sido sobresaliente. Y ni tan siquiera Lars va a poder cambiar eso.
Albert Vila
Temas:
1. In Retribution (6:15)
2. Rolling Thunder (4:23)
3. Decision Day (4:04)
4. Caligula (4:02)
5. Who is God? (4:36)
6. Strange Lost World (4:59)
7. Vaginal Born Evil (5:16)
8. Belligerance (4:01)
9. Blood Lions (3:17)
10. Sacred Warpath (5:35)
11. Refused to Die (4:27)