La carrera de Soen ha sido un continuo ascenso desde su primer disco. Fue un lugar común destacar en 2019 que Lotus era un gran salto adelante y, sin duda, lo será decir que dos años después han tocado techo con Imperial. Si es o no lo mejor que vamos a escuchar en los próximos meses, el tiempo lo dirá.
Sara J. Trigueros
El último disco de Soen acudía puntual a su cita (casi) bianual el reciente 29 de enero. Y van cinco desde que lo mejorcito del metal progresivo se juntara en 2012 para deleitar a un buen puñado de oyentes con Cognitive. Unos meses antes habían lanzado como adelanto «Antagonist», un tema en el que se concentran los principales puntos fuertes del álbum: fluidez melódica y una gran reflexión en el mensaje que pretende transmitir. Con el hype por las nubes, solo era cuestión de tiempo abalanzarse sobre este Imperial que hace que 2021 empiece con el listón bastante alto en lo que respecta al género.
Antagonist – Soen
Imperial es, con diferencia, su trabajo más breve. Apenas transcurren poco más de 40 minutos entre el riff inicial de «Lumerian» y las últimas notas de «Fortune». Suele ser habitual que cuando esto pasa, el resultado final sepa a poco y hubiéramos deseado que estiraran un poco más la fórmula. Craso error. Con lo que hay, ya queda todo dicho y no es necesario alargar nada que les hiciera correr el riesgo de ofrecer algo superfluo.
El álbum deja cierto poso agridulce, que es la tónica general que domina sus 8 cortes. No obstante, esa atmósfera está jalonada por algunos momentos más vigorosos que llaman a la resistencia. El tema inicial es buena muestra de ello («Someday we’ll scream / to raise our voice for our belief / Together we can change the fate of all»), pero también lo era «Antagonist»), donde la labor de Martin López a la batería tiene mucho que ver. En no pocas ocasiones la llamada a la acción («Fire up your guns, to honor the ones / who walk on the edge of the light to follow their cause») impide que el ánimo decaiga y contribuye a que, cuando llegamos al final, la desesperanza se haya convertido en algo más benigno y, hasta cierto punto, luminoso.
Illusion – Soen
«Illusion» es uno de los cortes más intensos gracias a la conducción melódica de Joël Ekelof, que queda resalzada por el rollo setentero que ofrecen como contrapunto las guitarras (Cody Lee Ford y Lars Enok Åhlund). Esa combinación entre diferentes estilos la repetirán más adelante y con igual grado de sutileza en «Dissident». Pero quizá el punto culminante esté al final, con el magistral trabajo vocal de «Fortune».
“Searching for a cause / Leaning on the answers”
Como avanzaba un par de párrafos atrás en la valoración general, la temática de Imperial es algo sobre lo que merece la pena detenerse algunas líneas. Es sinuosa, y nos conduce desde la ingenuidad a la desilusión («With every step we take we get further away / from everything we need to reach harmony»), y desde esta a la esperanza («Follow me, follow us / ‘cause there’s no one coming to help us / coming to help us to defeat this monster»). Precisamente en los teclados de Lars Enok Åhlund en «Modesty» será donde se cristalice en el aspecto musical el significado de este estribillo. Si el resultado final es, no obstante, amable, es gracias a una sensación de aire limpio a la que contribuye también el trabajo entre bambalinas: la producción de Iñaki Marconi es espectacular, y la labor de Kane Churko en la realización de la mezcla tampoco se queda atrás. El resultado es un sonido transparente que permite una escucha desde dentro de la música. La experiencia emocional desde esa posición es incuestionable.
No me cabe duda de que, además de estar ante uno de los trabajos más logrados de Soen, estamos, sin exagerar, ante lo que puede que sea uno de los mejores discos de 2021. Esto lo dice alguien que detesta profundamente cuando la crítica se empieza a venir arriba antes de llegar al primer tercio del año, pero a veces la evidencia es mucho más fuerte que las convicciones. Y en esta ocasión lo es.
Monarch – Soen
Sara J. Trigueros
Temas:
Lumerian
Deceiver
Monarch
Illusion
Antagonist
Modesty
Dissident
Fortune