Acostumbrados a que un porcentaje importante del rock melódico se haga en tierras Nórdicas, puede parecer sorprendente que surja buen AOR en Holanda y, en los años 80s tenemos buenos antecedentes como Picture o Vandenberg. En este caso, nos encontramos con dos hermanos, Thomas Riekerk y Robert Riekerk que crecieron con los posters de Bad English, Giant, Toto y Foreigner en la pared. Una pasión apoyada en sus padres, hasta que escribieron el tema que da título a este álbum, “Tomocyclus”. Casto Mschenker |
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Nota:7,5/10 |
En el país de los tulipanes se escucha mucho AOR, hace años recuerdo que un compañero Holandés de estudios me contó que una amiga suya estaba obsesionada con Robby Valentine ex vocalista de Zinatra. Y es que, éstos hermanos tenían su particular ídolo Holandés del rock melódico, Ralph Van Manen que en la misma época que Robby Valentine (1992) estaba cosechando éxitos con “Face the Feeling”, y finalmente logran conocerle y trabajar con él.
Finalmente nos traen “Tomocyclus”, que es un crisol de todas las influencias Bad English, Giant, Toto y Boulevard, que tanto escucharon en casa junto a sus padres, una pasión familiar convertida en trabajo discográfico.
Excepto Thomas, el resto del Line Up domina los teclados y es que, el trabajo realizado en ese apartado es brutal, al igual que en los coros y arreglos. Si bien es cierto, que se trata de músicos muy jóvenes y que han estudiado con mucho tesón a sus ídolos, la juventud y la pasión de estos chicos es patente en cada corte.
“The game” tiene un arranque oscuro y logra ganar fuerza con la entrada de los teclados, al más puro estilo Journey o Bad English, con un potente chorus, quedamos rendidos al talento de estos Holandeses. Consiguen alternar una base rítmica con unos movimientos corales y arreglos, de primer nivel. El segundo corte, “Skyline”, tiene una entrada de teclados súper ochentera que rinde homenaje al mejor Jonathan Cain o Mark Mangold para luego romper en un tema que es un medio tiempo con acordes y coros que nos recuerdan la época dorada de Def Leppard. Estos chicos se han empollado a los grandes del rock melódico, cada compás es una prueba de ello.
La voz de Thomas es suave, melódica, en la línea de Robby Valentine quizá menos pomposo pero en su misma tesitura de voz. “Joane”, en cambio es una balada que tras un intercambio de notas entre la guitarra de Robert y los teclados, se torna en una melodía romántica que deja la voz y el piano como protagonistas, sin embargo el chorus es un coqueteo entre una power ballad y la pomposidad del desarrollo principal. Es como si estuviéramos escuchando a los REO Speedwagon o TOTO del siglo XXI, una interpretación que podría haber encajado en cualquier álbum de aquellos primeros años maravillosos.
“Oasis” es más cañera, comercial, entre Pop y rock. “Shattered Dream”, con acústica y los instrumentos de viento, tiene ese aire folk y esa voz melosa, una balada maravillosa que sube al clímax con unos coros y notas agudas en los registros de voz. “Afterlife”, es de esos temas atmosféricos y melódicos, una estructura musical más trabajada y compleja que consigue atraparte en toda su travesía melodiosa.
Estamos ante un disco largo, frondoso pero de mucha calidad. Es para tener una tarde libre o escuchar en varias partes, van alternando medios tiempos, baladas, power ballads y temas comerciales. “State of Mind”, es otra power ballad con una afinación de guitarra por parte de Robert que cabalga entre lo mágico y se enlaza con la voz de su hermano una y otra vez. Y alcanzado ya el ecuador de este trabajo, damos de bruces con un tema diferente a todo lo anterior, oscuro, comercial, alejado del rock melódico. “The feeling is gone”, es así, una frontera entre lo melódico y lo alternativo.
Han decidido poner el nombre del grupo, al tema instrumental, “Sparklands”. Las tierras de la chispa, realmente no sabemos si chispa pero fuego sí que enciende Robert con su estremecedor solo de guitarra y los teclados de fondo, hacía mucho tiempo que no me llegaba tan adentro un tema instrumental, desde “Mandy” de Harem Scarem. Y llega el momento de dejar que las chispas vuelen, “Let Sparks Fly”, es de nuevo otra oda a sus ídolos, tiene un comienzo muy a lo Giant para explotar en un medio tiempo muy compensado.
Otro tema que alterna lo atmosférico, alternativo y melódico es “Lost in Space and time”; “Let it Out”, en cambio tiene ese aura Tejano y rockero a la par que comercial, igualmente alejado del sonido AOR. En los últimos temas del álbum, los hermanos Riekerk se salen del campo de acción AOR por completo, la mejor prueba de ello, es “Open your Eyes”, teclados que nos templan los ánimos e invitan al sosiego total, acústicas y voces susurrando. La madurez de estos chicos se ve manifiesta aunque realmente hagan a veces que todo esto se convierta en una escucha frondosa y mal gestionada por parte de ellos y sus productores.
“Tomocylus”, cierra el álbum y le da título al mismo, un corte que fue compuesto hace mucho tiempo por los dos hermanos Riekerk donde ambos protagonizan todos los compases, uno a la guitarra acústica, y el otro a la voz seguido por los coros que ambos han pregrabado en otra pista. Silbidos al mismo ritmo de los acordes principales del tema, nos va anunciando la despedida de estos Holandeses que quieren enarbolar la bandera del rock melódico en su país.
El mejor ejemplo de un trabajo bien gestionado es el nuevo trabajo de David Saylor, a veces es mejor 8 cortes muy buenos antes que 14 en los que, la mitad son de mucho nivel y la otra mitad es una mezcla extraña que despista al oyente asiduo al sello discográfico correspondiente. Todo lo comentado al principio de la reseña queda ahí, se trata de unos chicos que han tenido una buena escuela en casa, unas influencias que quedan patentes en el 50% del trabajo, y como artistas demuestran un nivelazo no sólo en esos cortes sino también en los que procuran navegar en otras aguas pero quizás es más sincero hacer dos discos diferentes o dos bandas diferentes. Aunque esto es una opinión nada más, una enhorabuena muy sincera porque consiguen emocionar y llegar alto siendo todavía unos desconocidos.
Casto Mschenker.
1) The Game
2) Skyline
3) Joanne
4) Oasis
5) Shattered Dream
6) Afterlife
7) State Of Mind
8) The Feeling Has Gone
9) Sparklands (instrumental)
10) Let Sparks Fly
11) Lost In Space And Time
12) Let It Out
13) Open Your Eyes
14) Tomocyclus
SPARKLANDS:
Thomas Riekerk: Voces y coros
Robert ‘Ty’ Riekerk: Guitarras, acústica y teclados
Simon Gitsels: Sintetizadores y teclados
Minco Eggersman: Batería, percussion, sintetizadores y teclados
Martijn Groeneveld: Sintetizadores y teclados