De sobras conocida es la pasión de Neil Young por todo lo viejo. Según él, los objetos con años de vida esconden experiencias que hablan a quienes saben escuchar. Es por eso que nunca verás a Young con una guitarra nueva, un ampli último modelo o, como el caso que nos ocupa, un coche de formas modernas. En "Special Deluxe: Mi Vida al Volante", editado en nuestro idioma por Malpaso, nos encontramos una autobiografía del tito Neil que huye de los convencionalismos del género. En este tomo no hay reglas cronológicas que valgan o datos precisos. Lejos de querer presentar un análisis clínico, detallado y fidedigno de su carrera, Neil Young usa su pasión por los coches, y la cantidad de ellos que ha poseído y coleccionado a lo largo de su vida, para invitarnos a dar un paseo por sus vivencias a base de recuerdos, flashes y sensaciones.
Comenta el propio Young en el prólogo que su idea era escribir un libro sobre coches y perros, pero al final optó por centrarse en los viejos clásicos de metal sobre ruedas que le han robado el corazón desde que era un crío.
La estructura del libro no esconde orden alguno. Bien es cierto que los primeros capítulos describen el inicio de la relación de amor con los coches de Neil Young desde que era un niño y vivía con sus padres, pero a partir de que Young se va a vivir a Estados Unidos, podemos estar leyendo un capitulo sobra la grabación de ‘Ragged Glory’, para luego volver a las etapas de ‘Tonight’s the Night’ sin pestañear. Y esa es, precisamente, la gracia del libro. Su lectura te deja descolocado en sus primeros compases, pero a medida que las páginas se van sucediendo te das cuenta de que, probablemente, estemos ante la historia más sincera que nos pueda contar el propio Young.
¿Cómo no va a ser sincera esta historia aquí escrita si se mueve única y exclusivamente por la pasión? Y es que esa es la palabra: ‘pasión’. Es imposible no empatizar con Young cuando habla de ‘Mort’, uno de sus primeros coches que, casualmente, era un coche fúnebre al que tenía mucho apego y con el que él y su banda hicieron sus primera giras por Canadá. Es el lector el que acaba cogiendo cariño al coche gracias a las palabras de Young y es casi imposible no sentir tristeza cuando el autor se ve obligado a abandonar el coche en una cuneta tras llegar al límite de sus posibilidades.
Ése es solo un ejemplo de lo que encontramos en "Special Deluxe: Mi Vida al Volante": historias cotidianas que giran alrededor de los coches. Historias que nos van desvelando detalles y fragmentos de una vida irrepetible que siempre giró alrededor de la música y los coches clásicos americanos. Desde los inicios de Buffalo Springfield, a la compra de su rancho de California, pasando por grabaciones de ‘Harvest’, su relación con Pegi Young o la construcción de un granero para albergar su colección de automóviles que aprovechó también para usar en la grabación de ‘Ragged Glory’. Los relatos de Young vienen aderezados con ilustraciones del propio autor de todos los coches que tuvo en propiedad, cada una de ellas encabezando el capítulo dedicado a los momentos y sensaciones de una época que giró alrededor del coche en cuestión.
La perspectiva del tiempo (incluso el propio Young lo menciona con cierta socarronería) le juega una irónica mala pasada al Neil Young más ecologista, pues es indudable que todos esos monstruos de cuatro ruedas que tantó usó a lo largo de su vida fueron auténticos verdugos del medio ambiente. Young lo admite sin problemas y alude a su ignorancia en esos años como justificación a todo lo expuesto, y se redime un poco señalando la cantidad de CO2 generado por sus vehículos en cada momento. Brillante.
"Special Deluxe: Mi Vida al Volante" podría parecer una obra menor enmedio de todo el cuerpo literario dedicado a la figura de Neil Young, pero el fan curioso puede descubrir una faceta inesperadamente sencilla y sincera de su artista favorito. Pocas veces veremos un Young más desinhibido, irónico y cotidiano que en estas páginas. Una pequeña joya.
Edko Fuzz