Nos encontramos ante un discos que va a dar mucho que hablar este año fundamentalmente  por la dirección musical tomada por Steven Wilson, algo que no debe pillar por sorpresa a nadie, cuando él manifestó abiertamente que su próximo disco iba a ser muy distinto e iba a estar orientado hacia el pop. El mismo Steven hace unos días incluso llegó a afirmar que era consciente de que iba a perder una cuota de fans por este trabajo, que evidentemente ganará con aquellos que se dejen seducir por su lado más comercial. Su postura la empezamos a notar con  el lanzamiento hace dos años del recopilatorio “Transcience” enfocado hacia aquellas canciones más comerciales. Ya notábamos en sus declaraciones su admiración a sus iconos del  pop (fundamentalmente Kate Bush, ABBA, Tears for Fears, etc…) y le notábamos molesto cuando se relacionaba su música con los parámetros del metal. Tras “The Raven that refused to sing” su compromiso con el rock progresivo se vio cumplido, dejando claro que la electrónica y el pop acaparaban su atención y ese era su deseo para este nuevo y último trabajo de estudio.

Toni Marchante

Como sabemos todos, independientemente de su carrera en solitario, en sus bandas ha ido coqueteando con multitud de estilos, algunos muy cercanos al pop como es el caso de Blackfield y de hecho es evidente que algunas de las canciones de este disco bien podrían pertenecer fácilmente a cualquier álbum de este proyecto con su amigo Geffen. Pero lo que está claro es que Wilson ha querido hacer un álbum con el mismo objetivo que ha realizado sus discos anteriores, es decir, para su satisfacción personal, si luego le gusta o no a sus seguidores no tiene una relevancia absoluta, le importa pero prefiere ser honesto consigo mismo. Unos opinarán por su actitud de que se cree por encima del bien y del mal y otros opinarán que se trata de un tipo íntegro que no se deja influenciar por factores externos haciendo el disco que realmente quiere hacer.

Esta puesta en situación nos sirve para comenzar a  valorar su última obra “To the bone” que en mi opinión no es comprable a sus discos anteriores, de la misma forma que ninguno de sus  discos en solitario son comparables entre sí, porque cada uno tiene su estilo y personalidad propia. A partir de ahí, si entramos en las valoraciones personales, mi opinión sobre “To the bone” es que se trata de un buen disco, pero lejos de “The Raven that refused the sign” o “Hand.Cannot.Erase”. Aquellos más cercanos a rock progresivo posiblemente se llevarán una gran decepción. Por hacer una similitud, este disco va en la línea de los discos de Peter Gabriel en solitario después de haber dejado Genesis, con algún tema muy comercial acompañado por otros muy buenos a medio camino entre lo comercial y lo excepcional que solo te puede dar un genio.    

Steven se ha basado en el concepto pop para este disco, pero siempre dentro de su propia óptica por lo que hablamos de un disco de Steven Wilson con muchos matices pop, tratando de abarcar diversos puntos de vista de este género, pero el espíritu de los mismos tienen el ADN Wilson,  temas como “Refuge”  no sonarían nunca en las radio fórmulas aunque por el contrario “Permanating” podría perfectamente sonar a todas horas. Si entramos a analizar las canciones, comienza con “To the bone”, con un inicio muy cinemático y engañoso  se nos convierte en una canción donde el bajo tiene un papel preponderante (hasta el punto de que me viene a la cabeza el “keep the faith” de Bon Jovi ). Con un estribillo de buen encaje, con apoyo en las voces de Ninet Tayeb pero de poca transcendencia, adquiere mayor profundidad cuando los coros y los teclados entran en acción, lanzándonos a paisajes dentro de los mundos de Hand.cannot.Erase. Lo siguiente en sonar es “Nowhere now”, melódico pero dotado de la dulzura  y la brillantez que tienen las canciones de los últimos trabajos de Wilson.

“Pariah” es una de las grandes canciones el disco a  dúo con Ninet Tayeb, la complicidad, los sentimientos y la genialidad compositiva cristalizan en música para crear algo bello y sutil culminando en capas de teclado al estilo shoegaze tan de moda en los últimos tiempos que hacen subir la emotividad. “The same Asylum as before” es un corte muy típico de Wilson, un tema amable que sigue la línea de su anterior trabajo y donde utiliza diversos recursos,  un estribillo reconocible que desemboca en las partes más contundentes en cuanto a riffs se refiere, además de usar falsetes en la voz en momentos puntuales.

La figura de Peter Gabriel  está muy presente en este disco, “Refuge” es un claro ejemplo, un corte que comienza muy tranquilo con una intro a piano y voz y que va evolucionando hasta llevarlos a un escenario sónico que a mí me recuerda al “San Jacinto” de Peter Gabriel  en una maravilla de desarrollo instrumental donde Steven demuestra que no reniega de sus raíces progresivas, cerrando de forma sutil a piano y voz y concluyendo otra de las joyas de este disco. Ocurre lo mismo con “Song of I” donde la influencia de Peter Gabriel es más que notable: las percusiones, los arreglos de teclado y las entonaciones vocales de Steven que canta a dúo con Sophie Hunger; un todo que redondea con una fase final instrumental  orquestada impecable; un tema estrambótico al estilo “Index” de esos donde nos muestra su lado más oscuro.

Cuando escuchamos a Steven hablar de pop una de las bandas que suele aparecer es ABBA y “Permanating” es su tributo para ese punto de vista del pop. Un corte cantado en falsete que resulta ser el más simple y comercial. “Blank Tapes” es un corto tema de nuevo compartido con Ninet a modo de interludio. “People who eat darkness” es el pop visto desde la perspectiva de Pocupine Tree, es inevitable que la mente se nos vaya a la banda donde se nos dio a conocer y donde llevaba todo el peso, las estructuras y la forma de interpretar  siguen fielmente las líneas de identidad del puercoespín. Los tema que cierran en disco son “Detonation”, la canción más larga del disco que a mí me ha recordado a cuando los Génesis  de los 80 se decantaron por el pop (“Domino”, etc…) y “Song of Unborn” que sigue el esquema Blackfield en todos los aspectos.

En conclusión, buen álbum del gurú británico, no decepciona, consiguiendo transmitirnos sus inquietudes musicales hacia unos campos donde tenía el deseo de cultivar para hacernos esta vez, probar una fruta distinta que sabe bien y que demuestra una vez más que para él no existen límites. Para este trabajo ha vuelto a contar con sus ya incondicionales Adam Holzman a los teclados y Nick Beggs al bajo. Para la batería esta vez ha contado con Craig Blundell y Jeremy Stacey (se manifiesta el distanciamiento con Marco Minnemann) y a las guitarras ha colaborado David Kollar.

Steven Wilson presentará este su nuevo trabajo en una gira que pasará por España gracias a Madness Live, estarán el 1 de febrero de 2018 en el Wizink Center de Madrid y el 3 de febrero en Barcelona en L´Auditori Forum.

Welcome to the Progressive Pop!!!

Toni Marchante

Temas:
 1. "To the Bone" 6:41
 2. "Nowhere Now" 4:03
 3. "Pariah" 4:46
 4. "The Same Asylum as Before" 5:14
 5. "Refuge" 6:43
 6. "Permanating" 3:34
 7. "Blank Tapes" 2:08
 8. "People Who Eat Darkness" 6:02
 9. "Song of I" 5:21
 10. "Detonation" 9:19
 11. "Song of Unborn" 5:55

Página web: http://stevenwilsonhq.com

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