Mucho hemos hablado de los Sun Studio (o Sun Records) de Memphis, de lo que se creó allí y quien lo hizo… pero no hemos dicho o referenciado nada de como se formó ese cubículo donde se cocinaron los standards del rock y que ha ido evolucionando a lo que conocemos a día de hoy.
Así que aprovechando que en estos días su creador Sam Phillips hubiese cumplido 99 años, y hoy los estudios cumplen 72 años, tal y como hicimos con el museo de Johnny Cash haremos un paseo virtual para aquel que tenga oportunidad de visitar estos estudios museizados, o que simplemente sirva de homenaje celebrando este par de efemérides en la historia del rock.
El 706 de la Union Street en Memphis, donde se encuentran los Sun Studio
Para situarnos un poco en la historia, diremos que en 1945, Sam Phillips trabajó como DJ e ingeniero de sonido para la emisora de radio WREC, grabando los programas de radio semanales de la Skyway Ballroom en el Peabody que ya emitía la música del icónico Beale Street.
Con toda esa experiencia en métodos y técnicas de grabación que le dio ese trabajo, y viendo todo el potencial que atesoraban todos los artistas que grababa, comenzó a buscar en Memphis un lugar para abrir un estudio de grabación para que tuvieran medios para difundir su música.
El que encontró fue en el 706 de la Union Avenue, un antiguo garaje para vidrios de automóviles al lado del Restaurante Taylor’s.
Vistas e interior del Taylor’s Restaurant
Ayudado por su secretaria Marion Keisker, Sam Phillips abrió el Memphis Recording Service el 3 de enero de 1950 bajo el lema «grabaremos cualquier cosa, en cualquier lugar y en cualquier momento» para grabar como decíamos aquello que llamaban «música negra», es decir, el blues de la época como el que practicaron por aquel entonces unos desconocidos Howlin Wolf o BB King. Ya al año siguiente grabó «Rocket 88» de Jackie Brenston y sus Delta Cats (que incluían a un jovencísimo Ike Turner en sus filas), que se conoció como el primer disco de rock and roll debido a la distorsión creada por Phillips. Viendo la repercusión de su negocio, Sam decidió crear su propio sello bajo el nombre Sun Records.
Y a partir de aquí como se suele decir, lo siguiente ya es historia… el descubrimiento de Elvis, su traspaso a RCA, las decenas de personas que pasaron por allí, los que despuntaron como Cash, Perkins, Jerry Lee y Orbison … etc etc.…
Hasta llegar al año 1969 que es cuando vendieron los estudios de grabación. No fue hasta finales de 1980 que volvieron a rehabilitarlos gracias a varios accionistas, adquiriendo el antiguo restaurante para hacer las visitas guiadas que montan actualmente.
Fotos y memorabilia del Sun Studio
De hecho, la entrada actual se hace a través del restaurante donde se encuentra un pequeño bar donde comprar las entradas para la visita y mientras se espera a que comience el tour, se puede ver la cantidad ingente de merchandising que tienen de los estudios.
Tras el aviso sonoro que indica el inicio, subimos al piso de arriba donde hay la mayor parte de memorabilia y expositores para explicar de la forma más resumida posible toda la historia que generaron aquellas 4 paredes.
Al igual que hemos hecho aquí, hay una parte para poner en contexto al visitante explicando como era la época reproduciendo el estudio de un DJ de aquellos días con la mesa de sonido, el plato para los vinilos y el micro de la WHBQ en este caso con demás enseres como una botella de 7up de aquel entonces o alguna foto dedicada.
Los primeros artistas de la Sun
Están muy bien documentados los primeros pasos del estudio con multitud de detalles de sus primeros artistas, fotos, carteles, copias de las canciones que habían grabado allí o instrumentos como guitarras, o una silla que usó BB King en el 93. Bobby Blue Bland, Walter Horton o Little Milton son algunos de esos artistas que podemos ver en esas fotos, destacando a los peculiares The Prisionaires, un conjunto vocal de presos de la cárcel de Memphis con los que trabajó Phillips y grabaron «Walkin’ in the Rain» que les sirvió como indulto que les dio el gobernador por aquel entonces Frank G.Clement.
Aquellos primeros pasos eran también del Memphis Recording Service, por tanto también vemos grabadoras, mesas de sonido e incluso recortes de prensa anunciando el estudio o su primera tarjeta de contacto.
Detalles de la recepción donde estaba Marion Keisker
Una vez vistos todos aquellos detalles, recortes de prensa, folletos, posters e instrumentos se sigue viajando en el tiempo bajando de nuevo por las escaleras para dar a la habitación que está delante del bar/tienda y quizá la más importante de todo el edificio, el estudio de grabación propiamente dicho.
Hay que recordar que en esos primeros años no se entraba por el restaurante, sino que se hacía por la puerta de los neones de «Memphis Recording Service», por eso estaba ahí el despacho/recepción del estudio donde estaba Marion Keisker.
Al igual que el resto de instancias, su mantenimiento es inmaculado sin descuidar un solo detalle: su máquina de escribir, su nombre en el despacho, su ventilador, una primigenia máquina de vending para sacar refrescos, de nuevo miles de detalles y textos para hacer más completa la visita.
Cartas sobre el Million Dollar Quartet y el club de fans de JLL
Como es de esperar cualquier pared del estudio/museo está llena de fotos, portadas, recortes de prensa o textos explicativos para intentar explicar todo lo que pasó allí.
La recepción está pared con pared con el estudio de grabación, así que desde la recepción vemos una luna enorme que ocupa toda la pared para que desde ahí se vea quien está grabando.
La rodean decenas de fotos promocionales de los artistas del sello, además de todos esos documentos curiosos e interesantes, como una carta de un periodista que había asistido al Million Dollar Quartet, o una carta del club de fans de Jerry Lee Lewis.
Con cierto nerviosismo pasamos al estudio donde se creaba la magia, los himnos para la posteridad, que en algo tan pequeño se hiciese algo tan grande, algo tan intenso, tan crudo… no deja ser realmente sorprendente.
En la habitación que aún conserva las baldosas y paneles de la época los guías nos reproducen unos audios de unas sesiones de grabación con Elvis y tal es la situación y el ambiente que parece que viajas al pasado y te imaginas a Sam en la pecera dando indicaciones.
Suenan más cortes de radio, canciones y como sorpresa final nos enseñan un micro de Elvis del 52 y un piano del mismísimo Jerry Lee que aún conserva la quemadura de su puro en la madera.
Interior del estudio de grabación
Se acaba la visita y mientras se vuelve del pasado y se asimila lo vivido aún se pueden ver los cientos de detalles del piso de abajo antes de que comience el siguiente turno.
Siempre hay que tener en cuenta la memoria histórica, de cualquier tipo, rendirle respeto y admiración ya que gracias a eso somos lo que somos a día de hoy.
No deja de ser revelador visitar un sitio así, para quitarnos la venda de los ojos y ver más allá de los iconos musicales que siempre se nos han impuesto como Cash, Presley, Jerry Lee y Perkins (es verdad que son los primeros que hemos nombrado, pero no dejan de ser los que despuntaron), pero como decimos siempre hay más allá… más gente que sudó de lo lindo para grabar sus canciones y darse a conocer en un mundo tan difícil como el musical, y más en aquella época llena de prejuicios sociales y políticos.
Desde aquí nuestra más sincera admiración a cada uno de ellos que pasaron por los micrófonos de la Sun, ya que por las circunstancias que les llevaron allí, todos son igual de importantes.
Hemos dicho bastante, pero lo suyo es verlo en persona ya sabéis, por si por cosas de la vida acabáis en Memphis.