Un año más nos dirigiamos a la ciudad de rock que se monta alrededor de Norje, en SOlvesborg, en una nueva edición y ya van 26 del inmortal Sweden Rock Festival.
David Aresté
El ambiente, la temporada de festivales, el cartel, el repetir año tras año… Cualquier excusa es buena para ir en peregrinaje a Sölvesborg, llegar a Copenhage, coger el tren, pasar por varias estaciones de pueblecitos y de repente meterte por debajo del mar y al rato aparecer ya en Norje. Si se busca en un mapa, como se suele decir casi se cae al agua ya que está apartado de los grandes centros urbanos, y quizá por eso uno de los méritos que tiene el festival es que estando en el medio de la nada vayan 30 mil personas año tras año a la ciudad que se monta como decimos en Norje.
Le llamamos ciudad a varios campings, parkings, una unidad de enfermeria, un supermercado, varias calles de tiendas de ropa y complementos relacionadas con el festival y obviamente algunos sitios de comida. Quizá conscientes de la envergadura del evento y del terreno que disponen para ello, como decimos todo es a lo grande… infinidad de puestos de comida para que nadie tenga problemas para alimentarse bien durante el festival, aseos, puestos de merchandising, ropa, complementos, discos, vinilos, equipos de limpieza constantes, cualquier tipo de medida para que todo estuviera dentro de las condiciones sanitarias y "habitable" en un evento de estas características.
Una vez dentro del recinto del festival, vemos los cinco ya clásicos escenarios donde tendrán lugar los conciertos en los 4 días que dura el Sweden Rock: el 4 sound que es el más pequeño, el Sweden Rock que es el mediano, la carpa Rockklassiker, el Rock Stage que es para un gran aforo y el festival stage que como su propio nombre indica es el más grande y donde tocarán las bandas con más renombre. El merchandising oficial se encuentra en un único puesto en el que va rotando las camisetas de los grupos que tocan cada día y que siempre se puede encontrar atención y material disponible, incluso hasta a altas horas de la noche.
Parte de la ciudad que comentábamos antes que rodea al festival, también se encuentra dentro del recinto, con la mayor parte de puestos de comida ya sea en forma de food trucks, barbacoas o puestos pequeños donde puedas tomar un café italiano con cantuccinis caseros para defenderte de las frías noches suecas…. Imponente era el ahumador de nuestros amigos del Holy Smoke BBQ que este año con ganas de seguir ganando espacio en el festival tenían dos puestos en el recinto, además de una gran bandera coronando su ahumador…
Los latigazos de olor a carne ahumada eran constantes durante el festival, aunque como hemos dicho la oferta gastronómica del Sweden Rock es bastísima: carnes, diferentes tipos de hamburguesas, pizzas,oferta veggie, sopas, gofres, batidos saturados de azúcar y sus ya clásicos donuts. Además, cual feria de productos, varias de las marcas que patrocinan el festival tenían un stand con merchandising como Sofiero, Barhauss o Arla dando muestras gratuitas de sus productos a lo largo de todo el festival, les seguían también stands de vehículos, como las motos de Indian o quads o el siempre ya clásico stand de Gibson y Fender para probar guitarras… ah, una excavadora y unas placas solares inmensas. Este año había sold out y se notó desde el primer día respecto a la afluencia de público, aunque los amigos suecos siempre tan correctos,sentados en sus hamacas, amables y contenidos (excepto las primeras filas obviamente), pero siempre es de agradecer que sin tener acceso al foso de conciertos puedas meterte entre algún lateral y no mueras sepultado por el bloque de gente o por alguna mirada asesina que te regalen.
A nivel musical, los más clasistas y los más exigentes seguían buscando las exquisiteces que un día reinaban el Sweden Rock, pero diferentes motivos (entre ellos el generacional) hacen que las bandas vayan turnando y siendo de diferentes estilos… aún así como decíamos el cartel fue actual a los tiempos que corren, no tan abierto como el del año pasado pero si con una gran ristra de bandas por ver llegandonos a plantear cuando íbamos a comer alguna cosa el viernes ya que durante todo el día había algo interesante por ver. Lejos del tópico típico de las bandas "que vemos aquí", este año teníamos ciertas golosinas ya típicas del festival y que no íbamos a ver en ningún sitio más como la reunión de Ratt, la vuelta de Kix, la interpretación del disco "Dreamhunter" de Treat, la gira de despedida de Rhapsody, el combo de soul de Little Steven o un show aniversario por los 25 años de carrera de Edguy.
Hubo sorpresas, decepciones, grandes conciertos… sol, lluvia, pantalones cortos, gorro de lana, todos los elementos que nos puede ofrecer un gran Sweden que ya queda en nuestros recuerdos y del que os explicaremos lo allí vivido en los próximos días/artículos.
Seguid atentos y esperamos que lo disfrutéis.
David Aresté