Escondido tras una psicodélica y seductora portada encontramos el cuarto trabajo del terceto mallorquín Taifa que lleva como nombre el no menos seductor título de “Embrujo”. Una amalgama de sonidos y estilos que te embaucan y te transportan a distintos destinos sin necesidad de salir de tu cuarto. Si eres amplio de miras, déjate embrujar por el fenomenal rock de Taifa.
Luis de Juan
Algo así como el miedo a la página en blanco de los escritores, salvando las siderales distancias, es como me siento en estos momentos, pues he de reconocer mi temor a enfrentarme a la ardua tarea de reseñar un trabajo como el que factura Taifa. Si de por sí es complejo opinar sobre el trabajo de cualquier grupo de música, esta labor se acentúa aún más ante un disco como el que nos ocupa, pues son tantos los matices que se utilizan, tan rica la variedad de estilos ofrecidos (y no sólo dentro del amplio mundo del rock o del metal) o la cantidad de instrumentos que participan en el trabajo, que dejan en evidencia mis escasos conocimientos musicales al respecto.
Disculpándome de antemano por mis posibles errores por tal ignorancia, continúo. Como he anticipado, nos encontramos con el cuarto trabajo de estudio de Taifa, banda establecida en Mallorca pero perteneciente al mundo. El piloto de la nave no es otro que el vocalista y bajista (entre otras cosas) Luis Massot el cual lleva muchos años al frente de Taifa siendo padre de la criatura. Lo acompañan Miguel Maya a la guitarra y Antonio Medina a la batería, completando un trio básico en número pero de sobrada calidad.
Pero nada es básico o sencillo en Taifa. Acompañan a los miembros de la banda una serie de músicos que, por su importancia en el disco, debemos incluir como miembros de pleno derecho de la banda y es que una propuesta tan rica como la que ofrece Taifa no se realiza sin la ayuda de un gran equipo de músicos. Ahmed Abdelaziz al laud andalusí, Khalid Masmoudi con el violín andalusí, Juan Delola con la guitarra flmenca, Jordi Moscarell a la dulzaina, Hanna Touk a la voz andalusí, Rajif Ahmed al sarangi, Choubani Abdou al tar, Chaouki Onrani a la darbuka y Ricardo de la Concepción al piano flamenco y las palmas, conforman la orquesta que acompañan a Taifa en esta aventura. Ojo al dato.
“Embrujo” ha sido grabado, mezclado y masterizado en Psychosomatic Recording Studio de Mallorca, mientras los instrumentos étnicos han sido grabados en Tetuan, Tanger, Mallorca, Marbella e India, encargándose de la producción vocal el antedicho Ricardo de la Concepción. Una mimada producción que ha dado como resultado un sonido impecable, muy claro y actual, perfectamente identificable y es que no era baladí tal labor, pues tantos instrumentos, de tan diferentes estilos, debían quedar perfectamente ensamblados o no quedar. Evidentemente, no hay duda de que nos encontramos ante un trabajo de diez en tal aspecto.
El amplio abanico de estilos que abarca la labor de Taifa tiene como nexo común el rock andaluz, eso sí, metalizado al más puro estilo de Medina Azahara, de los que se aprecia una clara influencia. El flamenco y los ritmos arabescos tienen una importancia capital en el disco siendo imprescindibles para que todo encaje en un trabajo tan ecléctico como “Embrujo”. Ritmos melódicos, acompañados de otros más heavys con preponderancia de los bajos dan paso a pasajes andalusís con guitarras y palmeros flamencos que conforman un engranaje instrumental que da soporte a unas letras magistralmente recitadas por Luis Massot y que dan como resultado el precioso rock andaluz con toques étnicos que factura Taifa.
El disco arranca con “El dueño del tiempo” que es, como no podía ser de otro modo, un resumen de lo que ofrece Taifa. Inicio arabesco que, de repente, se convierte en un riff moderno acompañado de palmas flamencas. Una potente base rítmica que nos conduce a lo largo de toda la canción mientras Luis recita la bonita letra con momentos muy heavys. Elementos arabescos vuelven a aparecer hacia mitad del tema que sirven de contrapunto a la canción que finaliza a toda velocidad. Un lujazo y una fenomenal carta de presentación.
Esquema parecido sigue “Libre para soñar” sonando el tema como una apisonadora gracias a los contundentes ritmos facturados por la banda. Nos encontramos con una letra y una estructura vocal aflamencada al estilo de Manuel Martínez. “Tetuan” es una de las canciones más bonitas del disco. La inicia cantando a capela Hanna Touk para dar paso a un precioso ritmo arabesco acompañado de un brutal riff de guitarra a medio tiempo que sirve de guía a las voces de Hanna y Luis. Una simbiosis entre la fuerza del metal (ojo al solo de guitarra a mitad del tema) y la elegancia de los ritmos marroquíes más clásicos. Un precioso homenaje a la ciudad de Tetuán que a mí, personalmente, que ha gustado mucho.
Iniciamos un apartado menos cañero con “Tan solo la lluvia”. Arranca lenta, recitada, donde la voz es acompañada por la guitarra. Tras esta breve introducción, surge un tema de rock clásico, muy melódico y grandilocuente. Siguiendo este paréntesis está “Escrito en la piel” siendo ésta más alegre que su predecesora. Acompañada de unas palmas flamencas arranca este medio tiempo que es transportada a caballo por la bestial batería a doble bombo que le da velocidad a un tema muy optimista. Destacamos la guitarra flamenca hacia mitad del tema que compite con un solo de guitarra eléctrica creando un efecto de batalla entre las guitarras limpias y distorsionadas con un resultado muy chulo.
“Crepúsculo de perdón” retoma el lado más étnico de la banda si bien es cierto que el ritmo ultra pesado que le han metido a la canción otorga un aspecto muy curioso. Base rítmica contundente, ritmos de guitarra pesados, instrumentos andalusíes y voces flamencas en un mismo cajón…eso es Taifa. El ágil final del tema es, sencillamente, bestial. Un temazo. “Rumbo incierto” se inicia de manera alegre y original, con unos arreglos sinfónicos muy currados. Otro tema marca de la casa, un medio tiempo con aires flamencos acompañados de elementos africanos y agudos heavys como guinda del pastel.
“Caravana de la vida” pisa el freno. Un tema sentimental de los que se dicen cantados con el corazón. Difícil, por el desconocimiento del que suscribe, apreciar correctamente los estilos aquí identificables, cornetas y tambores propios de la semana santa incluidos. “Imaginar” retoma la chicha. Un arranque fulgurante al son del bajo inicia las hostilidades. La orquestación es una constante en el tema que fluye de manera precisa hacía un estribillo elegante y coreable. De nuevo, destacan los ritmos pesados y contundentes, y es que es increíble lo bien que han sabido conjuntarlos con una propuesta tan melódica. Algo así como cañero y dulce a la vez. Otro temazo más, esto no es casualidad.
Para poner fin el punto y final al trabajo tenemos “Un extraño sentimiento” que es, llanamente, una pasada, cien por cien Taifa. Un precioso tema interpretado de manera brutal por la banda, cantado de manera elegante por Luis y facturado de manera majestuosa por la orquesta andalusí. Espectacular es la parte del solo de guitarra a todo rabo, como si no hubiera un mañana que, de repente, vuelve a pisar el freno y da paso al pegadizo estribillo. Podría afirmar que han dejado lo mejor para el final, pero eso sería mucho decir.
Muy buen trabajo de Taifa. Propuesta arriesgada y ejecutada de manera magistral que te va atrayendo de manera paulatina hasta que acabas completamente embrujado por la ecléctica propuesta de los mallorquines. Si tienes la mente y los oídos abiertos, no dejes pasar esta fantástica obra, pues te garantizamos que la degustaras con placer. Muchas gracias Taifa.
Luis de Juan// @SentenciadeJuan
Temas:
El dueño del tiempo
Libre para soñar
Tetuán
Tan solo la lluvia
Escrito en la piel
Crepúsculo de perdón
Rumbo incierto
Caravana de la vida
Imaginar
Un extraño sentimiento
https://www.youtube.com/watch?v=x3NXDQEWnFU