Tres décadas dan para mucho y, como suele pasar en las bandas ya añejas, las joyas discográficas de TANKARD las encontramos en sus primeros trabajos ya que es allí donde gestaron su auténtico sello de identidad. Prueba de ello son los históricos “Zombie Attack” (1986), “Chemical Invasion” (1987), “The morning after” (1988) o, el fantástico, “The meaning of life” (1990), tras el que podríamos decir que empezaron una época de cierto declive (aunque siguieron publicando regularmente discos sin parar).
Como tantas otras bandas, gracias a su resistencia y a la capacidad de aguantar el chaparrón de la década de los noventa, pudieron aprovechar el relanzamiento de su carrera con la entrada del nuevo siglo y el resurgir del thrash. Por eso, desde aquel “Kings of Beer”(2000), la banda volvió a brillar con trabajos que retomaban la pura esencia de la banda como puedan ser “B-day” (2002), “Beast of bourbon” (2004), “The beauty and the beer” (2006), “Thirst” (2008), “Vol(l)lume 14” (2010), “A girl called cerveza” (2012) y ahora este “R.I.B” (2014).
Pese a que solamente hay dos miembros originales de la banda, a saber, su líder Andreas Geremia (Gerre) a la voz y el bajista Frank Thorwarth al bajo, lo cierto es que la banda mantiene una formación estable con Olaf Zissel en la batería (se incorporó a la banda en 1995) y el guitarra Andreas Gutjahr (desde 1999). Por tanto, podemos afirmar, sin duda alguna, que estamos ante una formación fuertemente cohesionada.
¿Qué nos podemos encontrar en este “R.I.B”? Pues observando la portada del disco uno ya puede hacerse la idea y es que el guiño que hacen a aquel “Chemical Invasion” (1987) con ese médico loco en la portada no creo que sea algo gratuito. Sencillamente, lo que tenemos entre manos es otro disco de Tankard, es decir, otra colección de temas, diez para ser concretos, en los que los alemanes se despachan a gusto con su incofundible estilo y repartiendo tralla como de costumbre. Solamente hace falta meter el volumen a tope con cortes como “War cry”, el single “Fool by your guts”, el himno “Rest in beer” (sin duda será uno de los nuevos clásicos), la vacilona “Breakfast for Champions” o la acelerada “Enemy of order”, para darse cuenta que estos tipos van a morir siendo fieles a su estilo y sin intención alguna de decepcionar a sus incondicionales fans.
Tal vez lo que podríamos destacar de este trabajo es que han incorporado algunos temas no tan acelerados y berreantes dotando así al disco de un toque más “melódico”. Encontramos un claro ejemplo de esto en temas como “Riders of the doom” o “Hope can’t die”, que me recuerdan un poco a esa faceta más “accesible” de Tankard que nos dejaron ver en aquel incomprendido “The Tankard” (1995).
En cualquier caso, lo que sigue predominando son los cortes rápidos, directos, crudos y gamberros como “Clockwise to deadline” o la fiestera “The party ain’t over ‘til we say so” (toda una declaración de principios jeje). Destaco lo de “fiestera” porque eso de meter un corte con un estribillo borrachuzo y fiestero es, precisamente, uno de los sellos de la banda o, lo que es lo mismo, una sana costumbre con la que consiguen que el oyente se sumerja en su alcohólica memoria para navegar de nuevo en sus juergas de juventud.
TANKARD no deben rendir cuentas a nadie, cada uno se gana la vida con sus propios trabajos al margen de la música y, evidentemente, eso les permite hacer lo que les viene en gana y, concretamente, seguir sacando discos que no hacen otra cosa que mantener viva la llama del legado que representan en sí mismos. En lo personal creo que si Tankard sigue siendo capaz de mantener a sus fans es porque, en el fondo, todos los que empezamos a seguir a esta banda hace treinta años seguimos manteniendo vivo ese pequeño demonio gamberro que llevamos dentro y siempre es un gustazo que Gerre y los suyos, cada dos años, se encarguen de despertarlo.
Como conclusión, solamente me queda decir que TANKARD vuelve a triunfar con este nuevo lanzamiento que para nada defraudará a sus fieles seguidores. El sonido habitual, la agresividad, rudeza y a la vez diversión de siempre y una demostración más que evidente de que a pesar de llevar más de 30 años de carrera, a estos jóvenes veteranos (ninguno de ellos llega a los 50 todavía), les queda cuerda para rato. “LA FIESTA NO SE ACABA HASTA QUE LO DIGA TANKARD!!!!”
Marcel·lí Dreamevil
Temas: 1. War Cry, 2. Fooled By Your Guts, 3. R.I.B. (Rest In Beer), 4. Riders Of The Doom, 5. Hope Can’t Die, 6. No One Hit Wonder, 7. Breakfast For Champions, 8. Enemy Of Order, 9. Clockwise To Deadline, 10. The Party Ain’t Over ‘Til We Say So
Enlace relacionado:
www.tankard.org