El rock and roll más clásico y el hard rock más puro se daban de la mano la noche del 14 de Enero en Barcelona, con la visita de The Darkness y The River 68’s a una Sala Bikini a la que le faltó poco para colgar el cartel de entradas agotadas. Lejos ya de la locura hype que se desencadenó con su disco de debut, en esta nueva visita a la ciudad condal, The Darkness venían para presentarnos su cuarto disco, el sólido "Last Of Our Kind". Con un nuevo fichaje tras los parches, nada más y nada menos que Rufus Taylor, hijo de Roger Taylor, el mítico batería de Queen, The Darkness ya no tienen nada que demostrar tras una accidentada carrera, y venían a Barcelona con la simple idea de hacernos pasar un buen rato.
Texto y Fotos: Edko Fuzz
Para abrir la velada se estrenaban sobre nuestros escenarios los escoceses The River 68’s, una joven banda que se presentó en minimalista formato de dúo con los dos hermanos, Craig y Chris McCabe, solos ante el peligro. Gracias a colaboraciones con el propio Dan Hawkins, The River 68’s gozan de una oportunidad única para presentar su talento por todo el continente, a pesar de venir en formato reducido respecto a los sonidos eléctricos de banda completa de sus grabaciones. No hay duda de que el referente básico de los McCabe son The Black Crowes, y sería de necios negarlo, así de claro. Todo en Craig recuerda a Chris Robinson: su voz, su manera de cantar y frasear, sus poses, sus bailecitos, su gorro… todo. Por detrás le apoya Chris a la guitarra, ya sea con la eléctrica o con slides en la acústica, en un intento ya no tan logrado de parecerse, por su parte, a Rich Robinson.
Se hace difícil de juzgar a la banda por esta actuación. Lo que pudimos sacar en claro es que ambos son muy simpáticos y agradecidos, así como que Craig tiene una voz prodigiosa que podría llegar a ser algo grande. Por lo demás, a pesar de que las grabaciones con banda completa suenan prometedoras, esta versión de directo fue un buen divertimento y no mucho más. Colaron en el setlist una curiosa versión de "Fever" de Aerosmith, y el resto del repertorio lo formaron temas originales muy basados en los sonidos Crowes de la primera época especialmente. Estaría interesante ver hasta dónde pueden llegar los hermanos con los apoyos correctos y una banda como Dios manda, pero por el momento se quedaron en diamante en bruto.
¿Cuántas veces nos habremos quejado todos cuando a una banda le da por tocar el último disco que está presentando entero, o en casi su totalidad? Pues eso es lo que debieron pensar los hermanos Hawkins y el resto de The Darkness cuando confeccionaron el setlist para esta gira, porque a pesar de la contundente "Barbarian" que abriría el set en Barcelona, solo cayeron dos temas más de "Last Of Our Kind". Y es que ni tanto, ni tan calvo, especialmente cuando el disco que nos ocupa ofrece calidad a raudales. Por supuesto, el gran beneficiado de la noche fue "Permission To Land", el disco de debut, del que llegaron a caer hasta nueve (!) temas de los diez que conformaban el disco. Al más puro estilo The Quireboys, vaya. Sin embargo, ello no es problema para el público, más bien al contrario, pues los temas del debut se celebran con especial jolgorio.
Ajenos a todo y a todos, The Darkness parecen estar viviendo una segunda juventud. La banda tiene desparpajo de sobras, temarrales a pares y suena como un cañón. La guinda del pastel es ese animal de escenario llamado Justin Hawkins, que esta vez nos obsequiaría con un look a medio camino entre mosquetero y caballero victoriano y su clásica actitud arrogante, cachonda y en definitiva "me-importa-todo-una-mierda." Las charlas y bromas de Hawkins entre tema y tema gustarán más o menos, pero lo que no puede negar nadie es que su estado de forma física y vocal están fuera de toda duda, como queda claro en los falsetes de "I Believe in a Thing Called Love" (celebradísima por la concurrencia), "Growing On Me" o incluso "Stuck in a Rut."
El acompañamiento del que disfruta Justin es de primera clase. Capitanea el equipo su hermano Dan con su característica entrega desde el minuto uno, aunque esta vez sin camiseta de Thin Lizzy. En la retaguardia, aparte de un contundente y solvente Taylor, está el Afro más famoso del hard rock, Frankie Poullain al bajo, con su look de discotequero setentero, que aporta una pizca más de locura en este maravilloso circo que es The Darkness. Y es que a pesar de ser objeto de burla de cierto sector purista del público, esta banda no es moco de pavo sobre el escenario. Ahí quedan interpretaciones potentes de "Mudslide", "Get Your Hands Off My Woman" o "One Way Ticket" para demostrarlo.
La personalidad y carisma apabullantes de Justin le permiten estar contínuamente jugando con el público, incluso burlándose de él, y salir airoso del embrollo. Un personaje singular y único, ciertamente, que puede pasar de pedir la cámara a un fotógrafo para sentarse sobre ella y así inmortalizar su culo, a invitar a una dulce niña pequeña para que le acompañe al piano en la maravillosa "Friday Night". Genio y figura.
El resto del show sigue por los derroteros más o menos previstos, con temas que no podían faltar como "Love is Only a Feeling" o "Black Shuck", pasando por alguna bizarrada oscura como "English Country Garden", alguna concesión obligada tipo "Every Inch of You" e incluso un tema nuevo aún no editado como "Rack of Glam". La sempiterna versión de Radiohead en el bis dio paso también a "Love on the Rocks With No Ice" que siempre cierra los conciertos de The Darkness, y durante la cual Justin se pasea entre el público a hombros de su roadie mientras toca la guitarra. Salidas de guión, las justas.
Y es que a pesar de proyectar esa imagen de banda alocada, The Darkness tienen muy claro cómo quieren hacer las cosas: conceden el grueso del show a su disco más popular y mantienen los momentos estelares de su show intactos. El resto, es barra libre para que el bueno de Justin Hawkins se desmelene buscando la oportunidad de hacer pasar un buen rato a su público. Y que me aspen si no lo consiguen. Una vez tras otra, The Darkness demuestran que no son una excelsa banda de directo, ni pretenden serlo. Nunca sales de un concierto de The Darkness pensando que has visto el show de tu vida, porque el terreno de lucimiento de The Darkness es el estudio, que no lo dude nadie. Sin embargo, sobre el escenario, la banda se lo pasa bien y siguen siendo una fiesta de rock and roll a la que vale mucho la pena asistir de vez en cuando. Y nosotros encantados.
Texto y Fotos: Edko Fuzz
Barbarian
Growing on Me
Black Shuck
Mudslide
Givin’ Up
Roaring Waters
One Way Ticket
Love Is Only a Feeling
Friday Night
English Country Garden
Every Inch of You
Rack of Glam
Get Your Hands Off My Woman
Stuck in a Rut
I Believe in a Thing Called Love
Encore:
Street Spirit (Fade Out)
Love on the Rocks With No Ice