Crisix + Suicidal Angels + Skull Fist + Evil Invaders – 14 de Octubre ’16 – Sala Salamandra (L’Hospitalet de Llobregat)
Menudo bolazo el que tuvimos la ocasión de disfrutar en mayúsculas el pasado viernes en la sala Salamandra. Cuatro bandas cañeras, divertidas y entregadas al máximo enloquecieron a un público que no sabía ni por dónde le venían. Los jóvenes speed metaleros Evil Invaders y Skull Fist nos transportaron treinta años atrás con su energía desenfrenada, los griegos Suicidal Angels nos aplastaron los sesos con su thrash duro y perverso lleno de riffs apoteósicos, mientras que nuestros Crisix arrasaron con todo y con todos, llevando la locura más absoluta tanto al escenario como a la pista. Una noche memorable que los que estuvimos allí difícilmente olvidaremos.
Texto y fotos: Albert Vila
Si os gusta el thrash metal y os perdistéis este concierto no puedo sino decir que lo siento en el alma. Yo mismo tuve mis dudas sobre si asistir o no debido a la gran cantidad de bolos apetecibles que nos esperan este otoño en los escenarios barceloneses, y no sabéis lo que me habría arrepentido de haber acabado no yendo. Hay grupos magníficos en directo, con canciones fantásticas y sonido impecable, pero lo que vivimos el pasado viernes en Barcelona fué un auténtico fiestón de la mano de cuatro bandas jóvenes y divertidas (bien, Suicidal Angels no son ni tan jóvenes ni tan divertidos, pero son igualmente una apisonadora del thrash con temazos para parar un tren) que pusieron la sala Salamandra de L’Hospitalet absolutamente del revés. Y este tipo de veladas son las que, con el tiempo y entre el mar de conciertos al que todos acabámos yendo al largo de los años, acaban perdurando en la memoria y generan vínculos irrompibles entre el público y los artistas.
Cuando se anunció que el lugar escogido para el paso de esta gira por Barcelona iba a ser la sala Salamandra, me sé de muchos que pusieron una mueca de insatisfacción debido a su localización tan lejana del centro de la Ciudad Condal y al recuerdo más bien agridulce de dos de las últimas grandes veladas thrasheras que tuvieron lugar aquí: el concierto del apagón de Kreator con Morbid Angel hace tres o cuatro años, en el que Mille Petrozza pilló un rebote de consideración, y la descarga de Testament y Exodus en 2015, cuando creo que se intentó meter más gente de la que físicamente cabía, resultando en una incomodidad generalizada que hizo que muchos no pudieran disfrutar del concierto como hubieran querido. En esta ocasión, por suerte, la Salamandra resultó ser el emplazamiento ideal para ubicar este evento, con su escenario alto y sin foso para fotógrafos, lo que facilitó y mucho las constantes subidas de los fans al escenario y la interacción continua entre el público y las bandas.
Durante toda la gira europea Suicidal Angels han venido siendo los indiscutibles cabezas de cartel, aunque para las fechas españolas los griegos han cedido esta posición de privilegio, acertadamente, a los catalanes Crisix, favoritos de un público local que es perfectamente consciente de lo que pueden ofrecer sobre el escenario. En realidad, y así es como estaba anunciado, ambos grupos compartieron la posición de cabezas, ya que Suicidal Angels también pudieron hacer su repertorio prácticamente completo, pero a la hora de la verdad Crisix acapararon todo el protagonismo y fueron, de largo, la banda más demandada y disfrutada de la noche. Los de Igualada superaron el reto sobradamente y ofrecieron una descarga memorable, liderando así una de esas veladas en que todos los grupos dieron el máximo de sí mismos, siendo imposible resistirse a ninguno de ellos.
Es innegable que el thrash metal vive una época dorada. No solo hay muchos grupos revivalistas de gran calidad (y los cuatro que veremos hoy son un ejemplo perfecto) sino que las nuevas generaciones han abrazado el estilo con fuerza. Aún así, me sorprendió bastante ver que, a pesar de contar también con algunos thrasheros veteranos de los que no se pierden una entre el público, la mayoría de asistentes eran realmente jóvenes, incluso adolescentes en muchos casos, demostrando que aquello que motivó la creación de este estilo divertido y transgresor hace más de treinta años sigue perfectamente vigente y conecta aún con ciertos sectores de la juventud actual. A pesar del estusiasmo de los asistentes, la sala Salamandra no se llenó ni mucho menos, presentando poco más de media entrada. La sala es bastante grande, y tampoco podíamos esperar que llenaran como Kreator o Testament, así que calculo que debimos ser unas 400 personas que disfrutaron cómodamente de un montón de espacio para montar circle pits y walls of death a tutiplén.
Evil Invaders
Aunque Evil Invaders son belgas y Skull Fist canadienses, el año pasado ambas bandas ya giraron juntas por Europa en un tour que pasó por la sala Rocksound y al que, aunque me lo planteé seriamente, acabé por no ir (una pena, visto lo visto hoy). Me imagino que debieron hacer buenas migas o que algun promotor vió que entre los dos montaban un combo festivo y trallero, pero el hecho es que ambos han coincidido de nuevo en esta gira para hacer subir la temperatura y animar al personal ya desde primera hora. Los dos grupos tienen similitudes estilísticas evidentes, y aunque a priori lo suyo va más hacia el speed metal clásico de grupos como Angel Witch o Exciter que hacia el thrash metal contundente de los cabezas de cartel, lo cierto es que la energía que desprenden y el trabajo que hacen para calentar el ambiente es impagable.
Hay bandas que, en directo, ponen una marcha más y aceleran un poquito sus canciones, pero lo de los belgas va kilómetros más allá: si ya son rápidos en disco, sobre el escenario fueron un absoluto torbellino, descargando impecablemente tema tras tema a una velocidad endiablada sin parar de moverse, posar y saltar de un lado para otro en todo momento y haciendo honor de verdad al "speed" que define el género que practican. Su concierto no duró más de media hora larga pero fué tremendamente fogoso e intenso, repasando por encima su joven discografía sin levantar por un segundo el pié del acelerador, con una energía brutal y un sonido incisivo y afilado.
El cuarteto belga publicó recientemente el mini-EP In For the Kill, del que aprovecharon para descargar sus dos temas nuevos, la inicial "As Life Slowly Fades" y la antémica "Raising Hell". Aunque he de confesar que la voz del carismático y larguirucho Jöe Anus (ehem) me parece un pelín cargante en disco, con tanto gallo forzado, para mi alegría en directo sonó mucho más uniforme y contundente, erigiéndose como un excelente frontman. Es imposible no destacar y admirar la increíble habilidad técnica de todos los componentes de la banda, que son capaces de sonar con precisión quirúrgica a tales velocidades, aún corriendo y sacudiéndose constantemente.
El hecho de ser tremendamente veloces y tralleros no está reñido con el hecho de que su música esté repleta de melodía, con riffs y solos agudos y ultra técnicos como los de "Shot to Paradise" o, sobretodo, "Stairway to Insanity", que me parece el gran temazo de esta banda, una locura espitosa con guitarras afiladísimas y solos imposibles por dóquier. Acabaron con un "Victim of Sacrifice" procedente de su EP de début que desencadenó el primero de los muchos momentos de desmadre de la noche, con un wall of death con pocos efectivos pero sobrado de motivación. Abandonaron el escenario con ademanes de destrozarlo todo, supurando metal por todos sus poros y con una actitud y una energía absolutamente contagiosa que convenció ardorosamente a todo el mundo.
Setlist Evil Invaders:
As Life Slowly Fades
Pulses of Pleasure
Shot to Paradise
Raising Hell
Starway to Insanity
Victim of Sacrifice
Skull Fist
Los canadienses Skull Fist llevan algunas horas de vuelo más que sus compañeros belgas, ya que su primer EP data de 2010. Desde entonces han publicado dos discos completos y han escampado su motivante y alocado heavy / speed metal con toques sleazy por todo el mundo. Tantos bolos y tanta fiesta llevaron a que su líder, Zach Slaughter, tuviera que parar de cantar por culpa de un par de quistes en la boca (provocados, parece, por la falta de preparación y el abuso del alcohol y el tabaco). Por ese motivo, en esta gira el carismático Zach se encarga solo de labores a la guitarra, mientras que el micrófono lo agarra temporalmente Brian Stephenson, que fué bajista de Annihilator durante un breve periodo de tiempo. Según palabras del tal Brian, un tío con pantalones de campana y melena setentera que daba brincos hardcoretas y que convenció y mucho al público femenino, el problema de Zach con la voz fué debido a que "he was eating too much pussy".
No es algo que se me pasara especialmente por la cabeza al escucharlos en disco, pero Skull Fist es una banda que rezuma sexo por todos lados, y en ese sentido Brian encaja perfectamente bien. Vocalmente no tiene el tono agudo e histérico de Zach, pero creo que consiguió dar la talla sin problemas. Por lo que respecta al resto del grupo, Zach actúa como líder indiscutible, arengando al público constantemente, mientras que Johny Nesta (del que celebramos el cumplaños, por cierto) a la segunda guitarra y el bajista Casey Guest no se quedaron atrás en cuanto a carisma y desparpajo, con muecas y poses constantes. Como detalle visual curioso, la batería de JJ Tartaglia llevaba los platos muy elevados, lo que era espectacular de ver, pero que causó que en más de una ocasión le diera accidentalmente al gigante cigarro humeante (wtf?!) que pegado a la boca del telón de fondo del grupo.
Si bien Skull Fist es un grupo con abundancia de temazos fiesteros y pegadizos, y que en estudio me gustan definitivamente más que Evil Invaders, la verdad es que lo tuvieron complicado para llegar a la altura del espectacular concierto que dieron los belgas. De hecho, en los primeros compases, quizás por tener aún al grupo anterior en las orejas, me dieron la sensación de sonar algo vacíos y desangelados, y no fué hasta bien entrados un par de temas que se hicieron definitivamente con el escenario y con el público, que tardó un poco en adaptarse a que aquí no habría tanta tralla, sino que el disfrute vendría a partir de melodía, actitud vacilona, motivación y bailoteos. Al final, su desbrodante energía, su compenetración y buen rollo en el escenario, y la sensación de cierto peligro sleazy que transmiten en todo momento puso a todo el mundo en sus bolsillos.
El repertorio estuvo perfectamente equilibrado entre sus dos discos, y personalmente, aunque "Head of the Pack" también sonara muy bien, difruté especialmente de la segunda mitad del concierto, donde temazos como "You’re Gonna Pay", la maidenesca "Get Fisted" (introducida con un "Visca el Pa amb Tomàquet!") o la melódica e infecciosa "Bad for Good", con su estribillo coreable de puño en alto más cercano al AOR que al thrash, brillaron con luz propia y consiguieron motivarme sin remedio. Acercándonos al final, con Brian ya sin camiseta y listo para inseminar a quién se le pusiera por delante, atacaron la potente y powermetalera (incluso de título) "Sign of the Warrior", en la que Brian bajó a cantar entre el público, mientras que el último tema fué "No False Metal", otro homenaje al género de estos que tanto gustan a las bandas jebis, donde Johny Nesta se subió a espaldas de Zach para ofrecernos un duelo de solos y una de las estampas más celebradas de una descarga energética y excepcional. Es muy interesante ver como Skull Fist son capaces de llevar unos estilos tan manidos a su terreno y crear un sonido natural, personal e identificativo. Al igual que Evil Invaders, los canadienses dieron un concierto que convenció e hizo sudar a todo el mundo.
Como anécdota curiosa, enmedio del apoteosis de redobles y vibratos que iba a desembocar en el entusiasta remate final del concierto, Zach entregó su guitarra al público, presumiblemente para que entre todos ayudaran a meter más ruido, en una idea que me pareció bastante molona. Pues un par de jovenzuelos (bendita inocencia) la agarraron con todas sus fuerzas como peleándose por ella casi con violencia. Inmediatamente Zach dejó de reírse, reclamó la guitarra de nuevo y les miró fulminantemente del rollo "pero qué coño hacéis?". Cuando paró la música pude oír a uno de los jovenzuleos comentar con un amigo que pensaba que se la estaba regalando, como si fuera una púa cualquiera. Estarán los Skull Fist para ir regalando guitarras!
Setlist Skull Fist:
Hour to Live
Ride the Beast
Head of the Pack
Chasing the Dream
You’re Gonna Pay
Get Fisted
Bad for Good
Sign of the Warrior
No False Metal
Suicidal Angels
Por veteranía y entidad, los griegos Suicidal Angels son los cabezas de cartel indiscutibles de esta gira. Tampoco es que sean ni mucho menos un grupo veterano (de hecho su primer disco es de 2007), pero si que tienen unos cuantos años más de experiencia que sus jóvenes compañeros de gira, y eso se nota musicalmente y en actitud, mucho más serios, sobrios y violentos. Con el thrash metal más clásico y agresivo de bandas como Slayer o Kreator por bandera, el cuarteto ateniense ha conseguido hacerse un hueco entre la multitud de grupos aparentemente parecidos que han florecido en los últimos tiempos gracias a una serie de discos impecables y, sobretodo, un talento para los riffs a la altura de lo mejor del género. Esta noche vienen a presentarnos su último trabajo, un Division of Blood que me parece realmente excelente, quizás el mejor álbum de su carrera, lleno de temazos y riffacos inspiradísimos. Ellos saben perfectamente que han dado en el clavo, y el setlist contó con mayoría de canciones nuevas, que fueron bien recibidas por el público.
Después de una breve y bombástica introducción militar, su materia predilecta, los Suicidal Angels subieron al escenario dispuestos a empezar su concierto al igual que lo hace el disco, con la pareja "Capital of War" / "Division of Blood". Ya desde el primer momento dejaron claro que su intención inequívoca era la de chafarnos la cabeza sin piedad con pesada y violenta precisión, y tanto la batería de Orpheas Tzortzopoulos como el bajo de Angel Lelikakis sonaron de inicio como potentes metralletas bien engrasadas, mientras que las afiladas y punzantes guitarras de Nick Melissourgos y de la nueva incorporación, Gus Drax, abordaron los veloces riffs que conforman el esqueleto de la música de la banda con rigor y belicosidad, demostrando que técnicamente son todos unas bestias. Tal y como pasa en el disco, si alguien tuvo alguna duda o reparo sobre el inicio del concierto de los griegos, esta se disipa tan pronto Nick suelta eso de "Welcome to the Nightmare", y empieza el espectacular medio tiempo que ocupa la parte central de la inicial "Capital of War", y que rápidamente puso a toda la sala a sacudir el cuello con violencia.
En un mar de luces rojas y verdes muy thrasheras, los griegos fueron descargando un tema tras otro con violencia y precisión. Después de "Division of Blood", tocó el turno para dos canciones un poco más antiguas, como son las rapidísimas "Bloodbath" y "Bleeding Holocaust", un tema con un rollo aún más Slayer que el resto de su repertorio, que ya es decir. Ya véis que a estos chicos les gusta la sangre, y de hecho creo que combinando las palabras "blood", "fire" y "war" podríamos formar los títulos de la mitad de sus canciones. La parte intermedia del concierto estuvo dominada de nuevo por cortes de su último disco, como las veloces "Image of the Serpent" y "Set the Cities on Fire", un tema trallerísimo que ejecutaron con una precisión asombrosa y que sonó comó un cañón. Una de las canciones que más disfruté fué la grandiosa "Front Gate", de las mejores de Division of Blood, pegadiza, dinámica y con un épico y motivante final. Solo el machacón medio tiempo "Seed of Evil", quizás la canción más lenta que escuchamos en toda la noche, y única incursión en su anterior Divide and Conquer (2014), rompió la hegemonía de su último trabajo en este tramo del show.
Si hasta aquí la descarga había transcurrido de forma muy agresiva y amenazadora pero un tanto sobria, para el tramo final la cosa se desmadró un poco más. Nick animó al público a subir al escenario durante "Eternally to Suffer", poseedora también de un medio tiempo intermedio increíble. Durante todo el concierto se fueron sucediendo los circle pits, pero fué en la festiva "Moshing Crew" donde llegó el ansiado wall of death, que contó ahora sí con bastante participación de un público que se lo estaba pasando pipa. Para terminar, como no podía ser de otra manera, dejaron su clásico "Apokathilosis", otro temazo repleto de riffs espectaculares. A pesar de no ser los cabezas indiscutibles, pudimos disfrutar prácticamente del set completo de los griegos, ya que, comparado con otros conciertos de la gira, solo se dejaron en el tintero "Reborn in Violence".
El concierto de Suicidal Angels fué un pepinazo, y probablemente es el grupo que más me gusta de los que vimos esta noche, pero para mí palidecieron un poquito ante la sensación de evento especial que supusieron las descargas de las otras tres bandas, y seguramente, a pesar de haberlo disfrutado como el que más, no creo que los vaya a recordar con tanta emoción. Evidentemente, no le podemos pedir a Tom Araya ni a Mille Petrozza que se suban a las torres de luces y hagan el cabra como Joey Belladonna, pero sí le podemos pedir que lidere una descarga potente, compacta y maléfica de thrash metal del mejor, y eso exactamente es lo que nos ofrecieron Nick Melissourgos y los suyos.
Setlist Suicidal Angels:
Capital of War
Division of Blood
Bloodbath
Bleeding Holocaust
Image of the Serpent
Seed of Evil
Set the Cities on Fire
Front Gate
Eternally to Suffer
Moshing Crew
Apokathilosis
Crisix
Aquellos que nos reunimos en la sala Salamandra el viernes disfrutamos como gorrinos de todas las bandas sobre las tablas, pero no hay duda que el principal motivo por el cual la mayoría se encontraba aquí era para desfasar con los locales Crisix. Y es normal, ya que un concierto de los de Igualada, y más jugando en casa, es siempre una garantía de desenfreno, locura y festival. Ya se veía también que poca gente se iba a desvirgar con ellos esta noche: cada vez que alguno de los miembros de Crisix salía del backstage a dar una vuelta por la pista era abordado por media sala. En el resto de paradas de esta gira europea los catalanes se han mantenido en un segundo plano, con un tiempo de actuación bastante limitado, pero en las fechas españolas se les ha dado la posibilidad de cerrar los conciertos, en un movimiento por un lado lógico y por otro parece que habitual en algunas giras de jóvenes bandas de thrash metal. De hecho, por ejemplo, y si no recuerdo mal (perdonadme si no es así, ya que no fuí a ese concierto), en la última visita a España de estos mismos Suicidal Angels hace un par de años llevaron como uno de los teleneros a los albaceteños Angelus Apatrida, y para sus conciertos en España también les cedieron la posición de máximo privilegio.
Para completar el repertorio en estos shows peninsulares, los Crisix le pidieron a la gente via Facebook que les propusieran una canción de cada disco. El resultado fué un setlist equilibrado, con alguna sorpresa que ya desvelaremos, e incluyó un par de temas de su nuevo álbum junto con los favoritos imprescindibles de la hinchada, que aunque tengan pocos años han alcanzado ya el estátus de clásicos inevitables. La corta discografía del quinteto es intachable, pero para mí cada disco es un poquito más y un poquito mejor, y considero que este reciente From Blue to Black, nostalgia a parte, es su mejor obra hasta el momento. Ante un telón inmenso con la portada de su último disco, preparado para escenarios mucho más grandes, y entre unas luces blancas y luminosas que no escondieron absolutamente nada y pusieron el trabajo fácil a los fotógrafos, los miembros de Crisix fueron saliendo uno a uno al escenario para empezar, al igual que From Blue to Black, con las opresivas y motivantes guitarras agudas que abren "Conspiranoia". Y a partir de ahí, el descontrol.
Liderados como siempre por un feliz y animado Juli a las voces, encantado de estar en casa y alternando el catalán y el castellano para dirigirse al público, la banda disfrutó sobre el escenario tanto como la gente en la pista. La base rítmica formada por Carry a la batería y Ramis al bajó sonó tan contundente como siempre, mientras que Busi y el nervio que es Albert Requena no pararon de moverse en todo momento. Crisix hace canciones que invitan a pit, a mosh, a subirse al escenario y a perder el control, y exactamente esto es lo que pasó. "Rise.. then Rest" es un temazo frenético y brutal que volvió a la gente loca, y sorprendieron bastante incluyendo en el setlist un tema nuevo como "Agents of M.O.S.H.", que solo está disponible en la reedición de The Menace publicada hace bien poco. La sala no cuenta con foso para los fotógrafos, así que nos tuvimos que pelear para conseguir la primera fila enmedio del entorno festivo. A pesar de no haber en este caso el clásico límite de "tres primeras canciones sin flash", y habiendo acompañado mucho las luces, decidí parar de tirar fotos igualmente y aprovechar que ya estaba en primera fila para dejarme contagiar por la locura a mi alrededor, quedándome en el pit durante el resto del concierto mientras protegía la cámara con uñas y dientes. Sin duda, la mejor decisión de la noche.
Continuamos con "I.Y.F.F." y con la siempre reclamada y disfrutada "Brutal Gadget", ese extraño tema que pasa en un pis-pas de un disco-funk a lo Fundación Tony Manero a un bajo sombrío y oscuro que recuerda a unos Megadeth más contundentes, para convertirse finalmente en un pepino thrash metal histérico con estribillo rumba beat zambombero coreable. Vamos, cómo se puede resistir alguién a eso? La fiesta continua con "Bring ‘Em To the Pit", uno de los favoritos del público. Un tema muy crossover, con mucho de Anthrax, que desencadenó la locura más absoluta, incluyendo el descenso de Juli a la pista para intentar organizar su característico "Football of death" (o eso fué en el siguiente tema?). Cuando recuperamos un poco la compostura, Juli subió de nuevo al escenario para anunciar que llegó la hora de tocar su tema favorito del nuevo álbum (luego lo intentó disimular diciendo "uno de los favoritos", pero vamos, que es el favorito), un "The Great Metal Motherfucker" que es otro pepinazo, y que apunta claramente a himno para el futuro.
Que a los Crisix les encanta hacer versiones no es ningun secreto, ya que siempre que tienen la oportunidad se sueltan con algo. Así que, intercambio de instrumentos mediante, y defendiéndose más que bien con ellos, atacaron un pequeño medley a modo de muestrario de influencias con trozos del "Symptom of the Universe" de Black Sabbath, el "Phantom Lord" de Metallica, el "Black Magic" de Slayer y, para acabar, el "A New Level" de Pantera. En otros conciertos españoles añadieron aquí algunos temas que no pudimos escuchar en esta ocasión, como "Fallen" y la magnífica "Frieza the Tyrant", probablemente mi favorita de su segundo disco, pero de haberlos tocado hoy no hubiésemos tenido la oportunidad de disfrutar de lo que fué la apoteosis de la noche. Los cantantes de Evil Invaders y de Skull Fist subieron al escenario (este último en calzoncillos y con el polinizador a punto) para empezar a atacar las notas del "Creeping Death" de Metallica. En el momento del solo apareció Gus Drax de Suicidal Angels y, finalmente, para el "Die! Die! Die!" se unió a la fiesta Nick Melissourgos, que intentó erigirse como maestro de ceremonias con bastante poco éxito: pidió que subieran tres personas al escenario y subió media sala, pidió que cada vez que dijera "Die!" una persona saltara, y la gente le ignoró vilmente, saltando cuando les dió la real gana, generando un caos descontrolado y divertidísimo. Una vez acabaron todos los "dies!" quedaron solo los miembros de todas las bandas para acabar la canción entre la locura del público.
Duró poco el escenario vacío, ya que fué anunciar que era hora de ir terminando con su tema probablemente más icónico, como es "Ultra Thrash", y que la gente se subiera de nuevo como si no hubiera mañana, abarrotándolo hasta los topes. El circle pit se hizo aún más grande y todo el mundo, tanto arriba como abajo, se dejó la energía que aún les quedaba en este último y frenético temazo, dando el carpetazo final a una velada con mucha actitud y mucho metal, divertida y maravillosa. En concreto, el concierto de Crisix fué absolutamente espectacular, y me encantaría pensar que en sus fechas en el resto de Europa han sabido apreciar también su calidad. Por nuestra parte, es un orgullo ver de lo que son capaces nuestros paisanos, y una alegría comprobar el nivel de energía, talento, compromiso y carácter con el que vienen las bandas que estan destinadas a ser grandes en los próximos años. El futuro del metal está asegurado, y ahí estaremos nosotros para verlo!
Texto y fotos: Albert Vila
Setlist Crisix:
Conspiranoia
Rise.. then Rest
Agents of Mosh
I.Y.F.F.
Brutal Gadget
Bring ‘Em to The Pit
G.M.M. – The Great Metal Motherfucker
Medley de versiones con Symptom of the Universe, Phantom Lord, Black Magic, A New Level
Creeping Death (con miembros de Suicidal Angels, Skull Fist y Evil Invaders)
Ultra Thrash