Con algo de retraso sobre el horario previsto se abrían las puertas de la Sala Arena y comenzaba a entrar la gente para disfrutar de dos bandas que están dando mucho que hablar en el mundo del metal nacional últimamente. Además era la ocasión para colaborar con una buena causa ya que parte de los beneficios irían destinados a la ayuda y tratamiento de Aimar Abril Navas, un niño de 11 años de Tordesillas afectado de parálisis cerebral con tetraparesia espástica. Texto: Alberto López Fotos: Mario López |
Siempre es de agradecer que haya grupos que se presten para este tipo de actos y se lo curren tanto como se lo curraron Vita Imana y Violent Eve ya que por desgracia la gente necesitada no disminuye, cosa que si pasa con las ayudas gubernamentales.Antes de entrar a desgranar lo que fue la descarga de cada grupo tengo que mencionar algo que, para mí, empañó sus actuaciones. Y eso fue el sonido. Los grupos lo dieron absolutamente todo, se dejaron el alma en el escenario y no se les puede reprochar nada, pero lamentablemente el sonido no acompañó demasiado. Alex Cappa era el encargado de este y en ningún momento hizo honor a su reputación. Un mal día lo tiene cualquiera, supongo.
Y, tras una breve espera, comenzó a sonar la intro de Violent Eve sobre la que sus componentes fueron apareciendo en el escenario para inmediatamente atacar “Mind Detonation”, primer tema de “Exile”, disco recién salido del horno y que venían a presentar. A pesar de los constantes acoples en la voz, y de la pelota de graves que se formó al comienzo, el tema me convenció mas que en el disco, quizá al verles tan entregados. El bajista Dani Fernández pedía a la gente que se moviera al comienzo de “Exile”, el siguiente tema que descargaron, y que, aún con problemas en la voz, fue muy aplaudido.
Continuaron el repaso al nuevo disco con “Consumed”, uno de los temas que más me gustaron y con el que la gente, un tanto parada al principio, empezó a reaccionar acompañando al grupo con palmas y puños en alto. Es de agradecer que el sonido mejorara a raíz de este tema y nos permitieran disfrutar, casi en totalidad, del gran directo que tienen estos chicos.
Tras tres temas casi sin respirar tomaron aire mientras J. Jurado se dirigía a la audiencia por primera vez en la noche y encararon “Bloodlust”, el que ha sido single de su nuevo disco y es todo un autentico pelotazo. Brutalidad sonora en estado puro. Javier Cardoso, cantante de Vita Imana, se les unió en el escenario para marcarse una gran versión del “Toxic Garbage Island” de Gojira. La gente terminó de despertar con este tema que se ganó una buena ovación.
“The Nexus” y “Of Flesh And Bone” llegaron a sonar realmente bien y fueron lo mejor del concierto de unos Violent Eve entregados, con una base rítmica que destaca por encima de todo dando una contundencia demoledora, que consiguieron desatar los primeros pogos de la noche con estos dos temas y con el siguiente que cayó, que no fue otro que “Lotus Overdose”, aquel que cerraba su primer disco y con el que también cerraron momentáneamente el concierto.
Se despidieron muy aplaudidos y enseguida volvieron para ofrecernos un tema mas: “Too Sick”, también de su primer álbum, con el que cerraron definitivamente un gran concierto por su parte, que habría podido ser de 10 de haber tenido un aliado a los mandos del sonido y no a un enemigo como pareció a veces.
Durante los inevitables cambios en el escenario seguía entrando gente y para cuando comenzó a sonar “11º 19’N 142º 15’E”, la intro de “Uluh”, el ultimo disco de Vita Imana, la sala estaba bastante mas llena que con Violent Eve, algo que no terminaré de entender y que me apenó un poco. La gente aplaudía mientras se proyectaban imágenes en la pantalla de detrás del escenario y veíamos prepararse al grupo para atacar “Taikos II”, tema instrumental para empezar, con su percusión ya característica a cargo de Miriam Baz y también del cantante Javier Cardoso. Un comienzo algo extraño para mi gusto. Siempre es arriesgado comenzar con un tema largo y encima instrumental, pero Vita Imana lo hicieron y, a juzgar por la reacción del publico, les salió bien. Un publico que estuvo entregadísimo durante todo el concierto, con pogos constantes, y que no pareció apreciar todos los problemas sonoros que acaecieron esa noche. Y digo que no pareció porque después, una vez terminado el show, a todo el que pregunté se quejó de eso mismo. Así que un punto más a favor de Vita Imana que consiguió que el publico disfrutase y lo pasase en grande a pesar de que la voz de Javier Cardoso fuera prácticamente ininteligible durante todo el concierto y que la mayoría de los temas sonasen pasados de graves.
“Gondwana” y “Nada por ti”, de su primer disco, desataron la locura en la sala y la gente no paraba de botar y moverse al ritmo percusivo de los madrileños. La percusión de Miriam fue de lo más destacado de la noche, ya que fue lo que más claro sonó. El resto tuvo mucha potencia, eso es indudable tratándose de Vita Imana, pero poca nitidez.
Al grito de “¡Sangreee!”, coreado por el publico, continuaron con “Animal”. Las voces muchas veces se perdían en el entramado sonoro del grupo pero el público seguía encantado. Algo fríos, sin embargo, se quedaron con el comienzo pesado y entrecortado de “Parásito”, donde volvían a su primer disco, pero que quedó solucionado con un final de infarto. Seguían alternando temas de su primer y segundo disco. “Crudo Invierno”, con el contrapunto de las voces limpias sonó menos embarullado que el resto y fue de agradecer, y “Sin piedad” fueron las siguientes en caer.
Para “Corpus” contaron con la colaboración de Diego López, de Violent Eve, a las guitarras y el tema sonó demoledor, tras el cual Javier Cardoso se dirigió al publico agradeciendo a un montón de bandas, extranjeras y nacionales, todo lo que les habían dado. Mientras, el resto tomaba aire para encarar “Sistema nervioso” y “Nunca”, tema donde Miriam y su berimbao, con su sonido tan particular, destacaron por encima del resto.
El sonido del didjeridoo nos anunciaba que llegaba “El edén”, corte brutal de su primer disco, donde Javier Cardoso se bajó del escenario para unirse al gran pogo que se había formado en el centro de la sala. Algo magullado consiguió volver al escenario para cerrar el tema y dar paso a uno de los momentos que ya forman parte de lo habitual en los concierto de Vita Imana como es su “Batukada”. Las guitarras desaparecen del escenario y son sustituidas por elementos percusivos, con los que se encargan de transportarnos a otro lugar, festivo a más no poder, con sus ritmos brasileños. Una autentica fiesta tras la cual tuvo lugar el momento más emotivo de la noche cuando desde el escenario nos explicaban el porque estaban allí y el motivo benéfico del concierto y todo el público se volvía para aplaudir y ovacionar a Aimar Abril que estaba disfrutando desde la parte alta de la sala.
Encaraban ya la recta final con las miras puestas en su disco mas reciente, “Uluh”. “Cráneo”, “Un nuevo sol” y “Romper con todo” vinieron una detrás de otra sin prácticamente dejarnos respirar y el respetable no podía parar de moverse, totalmente entregados. Y para terminar “Paranoia” y “Quizás no sea nadie”. Brutal.
Dos bandas en un estado de forma envidiable, que, en lo que a ellos respecta, nos ofrecieron un concierto plagado de fuerza, actitud, contundencia y calidad, pero que, como ya hemos comentado, quedó algo empañado por un sonido que no estuvo a la altura. Un diez por lo tanto para las bandas y la organización (asistir a algo organizado por Sobry Music es un placer), única y exclusivamente para ellos que seguramente también sufrieron el sonido allí imperante.
Texto: Alberto López
Fotos: Mario López