El primero en saltar a la palestra fue Ángel Ruiz, un joven almeriense con un estilo muy particular, increíblemente melódico y con una filosofía cercana a la de los Stryper más clásicos. Ángel y los suyos consiguieron calar en seguida en un público que , todo hay que decirlo, se portó a la perfección en todo momento, convirtiendo el espectáculo en una verdadera fiesta. El joven guitarra demostró tener grandes cualidades y un gran gusto por la melodía, algo que quedó claro en la presentación de su maqueta, 4 temas suaves, dulces pero intensos, dos de ellos cantados ( y que llevaría al directo con la ayuda de Moisés Berenguel ) y otros dos instrumentales. Sin duda se nota que disfruta en el escenario , que lo vive y eso se transmite. Uno de los momentos más intensos fue el pique guitarra / batería, en donde Ramón Fernández demostró tener un futuro mucho más que prometedor tras lo parches y Ángel dejó muy claro que , con trabajo y esfuerzo puede llegar lejos. Mención especial a la ejecución de "Eruption" de Van Halen ( Ángel digitalizaba mientras Sergio Berenguer , su guitarra, percutía sobre el mástil ) y el mini solo que se marcó con la guitarra por encima de la cabeza y de espaldas. Una gran actuación de una de las promesas más firmes de nuestro panorama.
El siguiente en demostrar el por qué de su progresivo éxito fue Nacho Mur, joven madrileño de 16 años que en menos de medio año se ha ganado un hueco en el terreno de la música instrumental gracias a su maravillosa y pulcra técnica y su gran madurez compositiva. Con una nutrida legión de fans entre el público Nacho salió a por todas, lo que se notó desde el comienzo. Es sorprendente lo que ha mejorado en unos meses. Fraseos que para muchos veteranos resultan imposibles, Nacho los ejecuta con una facilidad pasmosa, con elegancia y precisión. Su descarga fue intensa y en ella tuvieron cabida los dos temas de su primera maqueta, "Arabian Shades" ( bestial lo que gana en directo ) y "Thinking about you", junto con la presentación de dos de los temas que formarán parte de su próxima entrega , "You will win" ( tema sobre la anorexia ) y un corte muy cercano a Jorge Salán, "Keep on dreaming", que , sin duda , se quedará en su set list durante largo tiempo.
Por si fuera poco, Nacho nos regaló una gran versión de "Pathways to death", ( tema perteneciente a Jorge Salán ) que dejó atontado a más de uno. Me resulta difícil destacar algún momento ; el concierto fue realmente heterogéneo y potente y nos sirvió no sólo para constatar las virtudes de Mur sobre las tablas sino para descubrir otras pequeñas joyas como Víctor, el joven guitarrista rítmico de Nacho o Darío, su bajista, quien dejó gratamente sorprendido a toda la sala ( ¿ un mini Sheehan nacional ? ). Inmenso.
Uno de los platos fuertes de la noche era la descarga de José Rubio , veterano y excelso guitarrista , acompañado por una banda más que competente y que le daría réplica en todo momento. El cordobés dio una verdadera lección de cómo se debe tocar la guitarra, cómo rebosar técnica pero de tal manera que ésta palidezca ante el sentimiento que arranca del instrumento.
José comenzaría con el single de su banda Trilogy, un tema muy melódico para continuar con cortes instrumentales como "bienvenido a mi pesadilla" ( toda una declaración de principios, cómo realizar un homenaje a uno de los más grandes, en este caso Satriani, y no morir en el intento ) o "dentro de mi alma", una fantástica balada en donde la guitarra parecía llorar al ser acariciada por José. Pero la cosa no acabó aquí. La primera sorpresa de la noche vino de manos de Loky, cantante de Trilogy, gran "voceras" y mejor Showman, con quien la banda se marcó una versión del "Sweet Child O’mine" que , personalmente, disfruté como un enano.
El momento que todos estábamos esperando llegó cuando Ángel Ruiz y Nacho Mur se subieron a las tablas para realizar una jam. Al triunvirato se le uniría Jacobo, guitarra rítmico de José Rubio ( otro manco más ) y durante una media hora , los cuatro virtuosos nos regalaron una fantástica improvisación de temas como "Hotel California" de The Eagles, "La Grange" de ZZ Top o un breve fragmento de "Smoke on the water" con el que se despedirían tras demostrar no sólo su técnica o gusto al tocar la guitarra, sino la elegancia y el saber estar encima de un escenario, sin pisarse, sin marcar las distancias, dejando claro que lo que había sobre las tablas era una gran familia disfrutando y viviendo su propio sueño.
En situaciones como éstas es cuando uno se plantea si tan necesario es recurrir a lo de fuera para obtener calidad o entretenimiento…Después de lo vivido el otro día, me alegro de tener gente así en nuestra tierra. Para recordar.
Texto y Fotos: Alberto Bravo