Llegados a un punto en que aparecen supergrupos cada dos meses, es normal que el público empiece a tomárselos con cierto escepticismo y más aún, teniendo en cuenta de que no han sido pocas las bandas de este tipo que no han estado a la altura de las expectativas. No es de extrañar pues, que cuando a principios de 2013 supimos que el guitarrista y cantante Richie Kotzen (ex-Poison, ex-Mr. Big entre otros), el bajista Billy Sheehan (Mr. Big, ex-Talas, ex-David Lee Roth entre otros) y el batería Mike Portnoy (ex-Dream Theater, Transatlantic, ex y/o colaborador permanente o testimonial en veinticinco bandas más) se embarcaban juntos en un nuevo proyecto llamado The Winery Dogs, hubiera más signos de indiferencia que de entusiasmo.
Edko Fuzz
Nota:8,5/10  

Sheehan venía de reformar Mr. Big un par de años antes con Paul Gilbert a la guitarra, con lo cual esta nueva asociación con Kotzen (que a su vez venía de un periodo de cierta inactividad artística) arqueó unas cuantas cejas. Por su parte, Portnoy llegaba con el estigma de haber sido rechazado de su banda Dream Theater y, según sus detractores, haberse arrastrado mendigando puestos en otras bandas en las que no acababa de encajar a la vez que iniciaba un proyecto nuevo cada semana (entre ellos, uno con John Sykes que nunca llegó a ver la luz). Las incógnitas se amontonaban: ¿A qué sonaría un grupo formado por estos tres musicazos (con sus correspondientes egos)? ¿Serían capaces de conjuntarse y tocar para la banda y no para ellos mismos? ¿Serían buenos los temas?

Pues bien, basta escuchar el tema que abre el disco, "Elevate", y las dudas quedan despejadas de un plumazo. Hard rock potente, crudo y directo. Riffs de guitarra que suenan a Led Zeppelin y Lenny Kravitz a partes iguales. Kotzen cantando al más puro estilo Chris Cornell en la estrofa, para pasar a un estribillo más melódico donde todo encaja a la perfección. Portnoy lleva a la banda en volandas sin problemas, centrándose en llevar el peso rítmico y dando la sensación que se está divirtiendo como un niño, aunque le cuesta muchísimo no dejarse llevar y meter fills imposibles aquí o virguerías marca de la casa allá (esto será un constante durante el resto del disco, aunque, por suerte, nunca llega a agobiar). Sheehan, por supuesto, es todo clase y virtuosismo a las cuatro cuerdas, aunque sigue con su sonido horrible de siempre. Y Kotzen simplemente se destapa como un auténtico líder en una banda de líderes. Corta el bacalao a la voz, solea como nunca y lleva el peso de manera incuestionable mientras nos va dando referencias constantes en las letras a su pasado oscuro y tortuoso en lo que a relaciones personales y tóxicas se refiere.

Sigue avanzando el minutaje con la vacilona "Desire" donde Kotzen se suelta con ramalazos a lo David Coverdale y luego se embarca en juegos instrumentales con Sheehan. En "We are One" Portnoy decide hacerse con el tema, mandando con cambios de ritmo y registro para una B que si no suena a Soundgarden puro y duro dejo de escuchar música para el resto de mi vida. En el estribillo, tanto Sheehan como Portnoy apoyan a las voces de manera impecable, elevando esta banda a algo mucho más que un trío.

Bajan las revoluciones para "I’m no Angel" en la que Kotzen se pone la piel de viejo zorro que ha vivido de todo, y en el que nos da a entender que no todo es tan bonito como parece. Vuelve a levantar el vuelo el disco con la revolucionada "The Other Side", un tema también con tono oscuro en la letra (la época de Poison y los buenos tiempos porque sí ya queda muy atrás), un solo exquisito que pone la piel de gallina y un cambio de ritmo final a contratiempo que le encaja como un guante.

En la preciosa "You Saved Me", Portnoy escribe la letra y suelta todo lo que lleva dentro desde que dejó de formar parte de Dream Theater, mientras que a uno no le cuesta nada imaginarse la música siendo interpretada por Mr. Big con Eric Martin a la voz. "Not Hopeless" se inicia con un riff que, por alguna razón, me trae a otro supergrupo, Velvet Revolver, a la cabeza. El esquema del tema vuelve a apoyarse en un estribillo con buena melodía vocal en la que Kotzen se luce de nuevo. Otro tema vacilón, "One More Time", baja quizá el listón un poco para prepararnos para la parte final del disco.

"Damaged" es otro medio tiempo donde Kotzen vuelve a mirar atrás, no necesariamente con orgullo, en un tema recurrente en este disco. Aquí es él donde brilla especialmente de nuevo y Portnoy y Sheehan acompañan con profesionalidad y solvencia sin intentar destacar innecesariamente. "Six Feet Deeper" es un tema sin fisuras que, junto a "One More Time" me parece de lo menos potente del album, aunque quizá sea porque es inevitable compararlo con el trío de temones que le siguen para cerrar el disco. El primero de ellos, "Time Machine" es, descaradamente, de inspiración Alice in Chains (¿quizá por ello dan gracias a Jerry Cantrell en el libreto del CD?) tanto musical como vocalmente. Lento, pesado, oscuro y ligeramente disonante es un tema que casi podríamos encontrar en cualquiera de los dos últimos discos que ha grabado la banda de Seattle.

Cierran el disco dos temas también lentos, a cual mejor. "The Dying" es, probablemente, uno de mis dos o tres temas favoritos del album. Kotzen vuelve al leit-motiv del disco donde se identifica como un auténtico loser, posiblemente sin remedio, que al menos ha aprendido a aceptar su condición y vivir con ello. Un tema inquietante, de nuevo oscuro y, definitivamente, no apto para aquellos que solo busquen diversión y buen rollo. Aquí estamos hablando de atmósfera cuasi-grunge, crescendo pausado y solo explosivo. Una delicia que viene seguida de "Regret", con un aire musical mucho más optimista, bordeando el gospel en su parte final, pero en que Kotzen sigue empecinado en explorar los errores que ha cometido ya sea en su vida emocional o en su uso y abuso de las drogas.

En definitiva, este disco de The Winery Dogs da la sensación de ser un viaje al interior de ese ser humano llamado Richie Kotzen con todas sus miserias. Para llevar a cabo esa tarea se ha rodeado de dos músicos y colaboradores excepcionales que contribuyen y suman sin ningún tipo de limitaciones para dar forma a un trabajo en su mayor parte redondo, contundente, honesto y creíble. Una vez superada la (lógica) sorpresa por el sonido y dirección del disco, es imposible no quedar atrapado cuando, en el fondo, lo único que hay aquí es una gran banda interpretando grandes canciones.

Edko Fuzz

Temas:

1. Elevate
2. Desire
3. We Are One
4. I’m No Angel
5. The Other Side
6. You Saved Me
7. Not Hopeless
8. One More Time
9. Damaged
10.Six Feet Deeper
11.Time Machine
12.The Dying
13.Regret

https://www.thewinerydogs.com/